Centenares de miles de marroqu¨ªes exigen un cambio en la sociedad
La divisi¨®n de la sociedad marroqu¨ª qued¨® ayer patente en dos manifestaciones de distinto signo. Centenares de miles de marroqu¨ªes aprovecharon la pol¨¦mica sobre un plan oficial para la integraci¨®n de la mujer para invadir las calles de Rabat y Casablanca. Demandaban justicia, desarrollo, y el respeto a sus derechos ciudadanos, laborales y culturales. Pero, mientras en Rabat la marcha ten¨ªa un car¨¢cter progresista, la masiva demostraci¨®n de Casablanca fue convocada por los islamistas.
La manifestaci¨®n en Rabat, que reuni¨® a m¨¢s de 100.000 personas, fue convocada por m¨¢s de 100 asociaciones femeninas y de derechos humanos, junto con los principales partidos progresistas. La marcha de Casablanca fue organizada por dos agrupaciones islamistas: el moderado Partido de la Justicia y el Desarrollo, legal y con representaci¨®n parlamentaria, y el radical Justicia y Espiritualidad, no reconocido oficialmente y que lidera el jeque islamista Abdeslam Yasin. Es la primera vez, desde que Mohamed VI accedi¨® al trono, que ambos movimientos desfilan juntos con autorizaci¨®n. M¨¢s de 300.000 personas marcharon durante dos horas por Casablanca.Desde hace semanas viene gest¨¢ndose en Marruecos una divisi¨®n social y pol¨ªtica en torno a la problem¨¢tica de la mujer. Progresistas y dem¨®cratas, en un campo, e islamistas, en el otro, tienen apreciaciones opuestas sobre la liberaci¨®n de la mujer y la exigencia de igualdad de derechos. Hasta ahora, la divisi¨®n se hab¨ªa limitado a declaraciones y a tomas de posici¨®n en foros y debates televisados. Esta vez, la divisi¨®n ha ganado las calles.
El Gobierno presidido por el socialista Abderram¨¢n Yusufi ha sometido a debate un plan de integraci¨®n de la mujer en el desarrollo elaborado por uno de sus ministros, Said Saadi. Dicho plan propone un centenar de medidas destinadas a integrar a la mujer en la vida socioecon¨®mica y a defender sus derechos. El plan incluye una reforma del estatuto de la mujer, la mudawana, que permite la poligamia y el repudio, y legaliza la desigualdad frente al divorcio y la edad de casamiento, 15 a?os para la mujer. Los islamistas se oponen al plan por considerarlo "producto de Occidente, en especial de Francia y Estados Unidos", y "contrario a la ley isl¨¢mica".
La manifestaci¨®n de Rabat estuvo encabezada por algunos l¨ªderes pol¨ªticos, como los socialistas Mohamed el Yazgui, Aicha Belarbi y Mohamed Buzubaa; el comunista autor del plan, Said Saadi; Mohamed Bensaid, de la extrema izquierda, y el socialdem¨®crata Mohamed Uardigui.
M¨¢s de 100.000 manifestantes con sus familias acudieron a la convocatoria del Comit¨¦ Nacional en Rabat. La participaci¨®n de las mujeres fue mayoritaria. Los bloques mejor organizados fueron los de la central sindical Uni¨®n Marroqu¨ª del Trabajo y los de los Licenciados en Paro, que trajeron a la capital representantes de todas sus asociaciones locales. La manifestaci¨®n de Rabat mostr¨® la realidad popular marroqu¨ª tal cual es, con su improvisaci¨®n y aires de festejo.
En Casablanca el ambiente era muy distinto. Convocados por dos asociaciones islamistas, centenares de miles de manifestantes, coreando "Dios es grande", iban en formaci¨®n disciplinada, una columna de hombres y, frente a ella, otra de mujeres. Las mujeres, en su casi totalidad, con el velo y el pa?uelo isl¨¢micos, y los hombres, en su inmensa mayor¨ªa, con la barba distintiva del militante islamista.
La condici¨®n de la mujer en Marruecos es considerada un¨¢nimemente por todo el arco pol¨ªtico, incluidos los islamistas, como inaceptable. De los 700 parlamentarios, s¨®lo hay cuatro mujeres, y en el Gobierno actual, con 43 carteras, s¨®lo dos mujeres ocupan el cargo de secretarias de Estado. El 60% de la poblaci¨®n femenina es analfabeta, llegando hasta el 90% en algunas zonas rurales, y en los tres ¨²ltimos a?os, los tribunales han recogido 28.000 denuncias por violencia y malos tratos.
Frustraci¨®n en las calles de Rabat
La manifestaci¨®n de Rabat ha permitido desfilar a grupos pol¨ªticos y asociaciones que han aprovechado la oportunidad para expresar el malestar y las frustraciones acumuladas en dos a?os de Gobierno de izquierdas lleno de esperanzas insatisfechas. Miles de manifestantes enarbolaban retratos de los torturados y desaparecidos, de los que, a pesar de los requerimientos insistentes, las autoridades siguen sin dar precisiones de su muerte bajo la tortura. Retratos de j¨®venes y viejos, mujeres y hombres, que las decenas de miles de espectadores vieron desfilar en el anonimato. Entre ellos, los de los "familiares de los presos y desaparecidos saharauis secuestrados por la polic¨ªa". Carteles en todos los idiomas -¨¢rabe, espa?ol, franc¨¦s, ingl¨¦s y bereber- ped¨ªan justicia. Algunos grupos de extranjeros se manifestaron junto a los marroqu¨ªes. Un "comit¨¦ belgo-marroqu¨ª" y j¨®venes estudiantes negroafricanos se sumaron al desfile.
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