Coma diab¨¦tico
JOSEP TORRENT
La dulce derrota que los socialistas sufrieron hace cuatro a?os ha concluido en un coma diab¨¦tico y con el paciente en la UVI pol¨ªtica. Con ser esto grave, peor es que quienes circunstancialmente ocupan cargos de responsabilidad en el socialismo valenciano atiborren al enfermo de az¨²car. Los sorprendentes an¨¢lisis con que alg¨²n portavoz de la gestora del PSOE valenciano ha tratado de maquillar el desastre sin paliativos ocurrido el pasado domingo s¨®lo pueden provocar el sarcasmo o la misericordia de perdonarle porque no sabe lo que se dice. Es verdad que achacar el hundimiento de los socialistas en la Comunidad Valenciana a la crisis interna de su organizaci¨®n territorial es un simplismo que no se sostiene; pero acabar por echarle la culpa el empedrado porque en otras autonom¨ªas los resultados han sido peores, o porque, como en la peor te¨®rica anguitista, los ciudadanos no se nos merecen es una ceguera pol¨ªtica que conduce ya no al hoyo, donde se encuentran, sino a la fosa abisal. Los hechos son muy tozudos: El PSPV ha cosechado su peor resultado electoral desde 1977 y, por primera vez, los datos de unas generales son m¨¢s negativos que los de las auton¨®micas. Si alguien pensaba que en 1999 los socialistas hab¨ªan tocado fondo, es evidente que menos de un a?o despu¨¦s han seguido escarbando. Y, a tenor de las manifestaciones realizadas ayer por sus ocasionales dirigentes, siguen con la pala, el pico y el azad¨®n. Da la impresi¨®n que estos supuestos l¨ªderes viven m¨¢s pendientes de seguir en el machito que de encontrar una salida a la crisis en que se encuentra inmerso su partido. M¨¢s az¨²car envuelto en el papel de la abstenci¨®n para el diab¨¦tico, a ver si revienta.
Las posibles soluciones al desgarro interno del PSPV pasan, velis nolis, por Madrid, por los acuerdos del pr¨®ximo congreso federal, adelantado por la dimisi¨®n de Almunia. Pero de ac¨¢ a entonces, los socialistas valencianos tienen varias alternativas: Seguir como hasta la fecha, practicando un canibalismo pol¨ªtico que acabe por hundirles definitivamente en la miseria. O bien, echarle unos gramos de pragmatismo y de generosidad para acudir a la cita sin desangrarse del todo por el camino y con alguna aportaci¨®n pol¨ªtica. Ciertamente no es ¨¦sta ¨¦poca para exquisitices. Pero, o paran el carro, o los doce a?os de Joan Lerma al frente de la Generalitat ser¨¢n un breve periodo comparados con los lustros que gobernar¨¢n los populares en la Comunidad Valenciana. Las primeras reacciones tras la derrota del 12-M no invitan precisamente al optimismo, sino m¨¢s bien a todo lo contrario.
Tal y como han venido sucedi¨¦ndose los acontecimientos en el seno del PSPV en los ¨²ltimos tiempos parece urgente y necesaria ya no una renovaci¨®n, sino una refundaci¨®n que implique nuevas ideas (alguna idea que no suponga una mera emisi¨®n de los mensajes que se cocinan en Madrid) y una nueva direcci¨®n que conjugue experiencia, juventud, decisi¨®n y generosidad. Aunque parezca que sea mucho pedir a un organismo en coma diab¨¦tico y al que atiborran de az¨²car.
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