Espa?a y Marruecos aumentar¨¢n la asistencia a los inmigrantes
Los Gobiernos de Madrid y Rabat estudian f¨®rmulas para mejorar la asistencia a la colonia marroqu¨ª que vive en Espa?a. El nuevo embajador de Marruecos en Madrid, Abdeslam Baraka, declar¨® ayer en Rabat su deseo de que se abra en breve un consulado marroqu¨ª en Almer¨ªa, proyecto que cuenta con el apoyo del Ministerio espa?ol de Asuntos Exteriores. Los problemas derivados de la emigraci¨®n figuran en lugar destacado en la agenda de contactos hispano-marroqu¨ªes.
La pr¨®xima VI Reuni¨®n de Alto Nivel (RAN) que se celebrar¨¢ en Marruecos antes del verano pondr¨¢ en marcha el grupo de trabajo sobre inmigraci¨®n, cuya creaci¨®n se decidi¨® durante la reciente visita a Madrid de Mohamed VI. La cargada agenda diplom¨¢tica hispano-marroqu¨ª incluye tambi¨¦n una visita oficial del presidente del Gobierno espa?ol, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, al pa¨ªs del Magreb antes de que en el mes de septiembre Mohamed VI haga su anunciada visita de Estado a Espa?a. Con su visita a Rabat, Aznar mantendr¨¢ la tradici¨®n de que la primera visita oficial bilateral de un presidente espa?ol sea a Marruecos.El nuevo embajador marroqu¨ª, que presentar¨¢ en breve sus cartas credenciales, declar¨® al diario marroqu¨ª Liberation que "la provincia de Almer¨ªa es un ejemplo, entre otros, en el que la presencia de una estructura consular puede ser necesaria para responder a las necesidades de nuestra comunidad".
En Madrid, un portavoz de Exteriores se?al¨® que "las relaciones con Marruecos son una prioridad para cualquier Gobierno, ya que Espa?a ha comprometido desde el primer momento su apoyo a la transici¨®n y transformaci¨®n de Marruecos que auspicia el nuevo monarca". El Ejecutivo espa?ol conf¨ªa tambi¨¦n en alcanzar, en el marco de la Uni¨®n Europea, un acuerdo con el pa¨ªs magreb¨ª sobre pesca, aunque no sea igual que el que expir¨® el pasado mes de noviembre.
"Espa?a es para Marruecos un mercado privilegiado por su tama?o y su proximidad para la pesca, y es del inter¨¦s de los dos pa¨ªses alcanzar, en el marco de la Uni¨®n Europea, un acuerdo que nos beneficie a ambos. La opini¨®n p¨²blica espa?ola no entender¨ªa una exclusi¨®n total de Espa?a de los caladeros marroqu¨ªes donde faenan flotas extracomunitarias", se?al¨® otra fuente diplom¨¢tica.
J¨®venes y transici¨®n
Con la mitad de su poblaci¨®n con menos de 20 a?os, graves problemas econ¨®micos y sociales y un complejo proceso de transici¨®n pol¨ªtica, Marruecos es el vecino que merece la atenci¨®n prioritaria de una diplomacia espa?ola que conf¨ªa en el colch¨®n de intereses comunes -la creciente presencia de empresas espa?olas y el aumento de los intercambios comerciales- para amortiguar las diferencias que existen entre ambos pa¨ªses.
Los incidentes xen¨®fobos contra inmigrantes marroqu¨ªes ocurridos en El Ejido han obligado a la Administraci¨®n espa?ola a asumir el problema de la creciente presencia de trabajadores extranjeros en situaci¨®n irregular. El grupo de trabajo sobre inmigraci¨®n hispano-marroqu¨ª dise?ar¨¢ pol¨ªticas de prevenci¨®n contra el tr¨¢fico ilegal de trabajadores y de asistencia a inmigrantes.
Las buenas relaciones diplom¨¢ticas y los crecientes intereses econ¨®micos no impiden que subsistan diferencias de criterio en el plano pol¨ªtico como, por ejemplo, sobre Ceuta y Melilla o en el contencioso del S¨¢hara.
En opini¨®n de la diplomacia espa?ola, el Gobierno de Rabat sigue sin comprender que exista en Espa?a una corriente de opini¨®n favorable al Frente Polisario. Espa?a, que mantiene oficialmente una actitud de "estricta neutralidad" en el conflicto, es consciente de que la cuesti¨®n del S¨¢hara Occidental sigue siendo la "causa nacional central" de Marruecos, que s¨®lo admitir¨¢ la celebraci¨®n de un refer¨¦ndum de car¨¢cter confirmativo.
En ese sentido, conf¨ªa en que tenga ¨¦xito la nueva misi¨®n que el Consejo de Seguridad ha encargado al exsecretario de Estado de Estados Unidos, James Baker, para desbloquear el conflicto. Un empeoramiento de la crisis del S¨¢hara repercutir¨ªa en la situaci¨®n interna de Marruecos, donde se detectan s¨ªntomas de desilusi¨®n ante las expectativas de cambio que despert¨® la llegada al Gobierno de un antiguo exiliado pol¨ªtico, el socialista Abderram¨¢n Yusufi.
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