A?overos sab¨ªa confiar

Brevemente, s¨®lo a?adir a todo lo bueno escrito, dicho y pensado sobre Jaime Garc¨ªa A?overos, mi testimonio, en medio de esta contumaz desaparici¨®n de amigos del alma que padezco.Ante todo, A?overos era un hombre cabal: "amaba la verdad y especialmente la justicia, que es por lo que en particularidad se entiende". Cabal, ¨ªntegro, de una pieza. Puede que as¨ª fuere por la educaci¨®n austera en la helada posguerra, o por los genes recios de Arag¨®n donde naci¨®, o bien por la curiosidad insaciable que le imped¨ªa perder el tiempo y as¨ª, saber cada vez m¨¢s.

Todo amasado con una inteligencia veloz y clar¨ªsima; un sentido del humor nato que luego ali?¨® con la chanza sevillana, una lucidez pol¨ªtica que ya quisieran para s¨ª otros... en fin todo junto hac¨ªa que A?overos fuera un hombre -y para m¨ª, un amigo- de unas cualidades dif¨ªciles de encontrar hoy en d¨ªa.

Ten¨ªa Jaime, adem¨¢s, una se?a que como amiga quiero resaltar. Ello es que sab¨ªa confiar, o sea sab¨ªa esperar de, se fiaba, ten¨ªa seguridad en lo que a uno/una encomendara. Se subraya el g¨¦nero porque es poco com¨²n en hombres de su cronolog¨ªa tener tal enfoque. S¨ª lo tuvo A?overos con quien -muy dolorida- esto escribe.

Efectivamente, en 1979 en momentos muy dif¨ªciles, el ministro Garc¨ªa A?overos me confi¨® el comisariado de la exposici¨®n La Hacienda p¨²blica en la Espa?a de los Borbones (1700-1731), y supo hacer que ilustres hacendistas y profesores lo hicieran tambi¨¦n. La exposici¨®n fue inaugurada por el Rey y muy visitada por el p¨²blico.

De esa manera se ciment¨® la amistad con Jaime Garc¨ªa A?overos: con confianza, en confianza. Nada menos.- . Madrid.