Internet llega a la gala de los 'oscars' m¨¢s lejos que la televisi¨®n
El a?o pasado, dos millones de personas siguieron la ceremonia de entrega de los oscars a trav¨¦s de Internet; la edici¨®n de este a?o no s¨®lo ha logrado multiplicar el n¨²mero de ciberespectadores, sino que ha permitido a ese p¨²blico no convencional acceder a lugares del Shrine Auditorium prohibidos a las c¨¢maras convencionales. Aunque la cifra dista de los 1.000 millones que siguen la noche por televisi¨®n, la red ha creado una nueva manera de asistir.La Academia de Cine, igual que las grandes productoras, ha aprendido la lecci¨®n que dej¨® en 1999 El misterio de la bruja de Blair: la pel¨ªcula deambulaba inadvertida por los cines hasta que el boca a boca en Internet demostr¨® el poder publicitario de la red. George Lucas conoc¨ªa ese valor a?adido que Internet suma a cualquier campa?a de promoci¨®n, y lo manipul¨® con sabidur¨ªa mercantilista en las semanas previas a su ¨²ltima entrega de La guerra de las galaxias.
Este a?o, los organizadores de la ceremonia se aliaron con el portal Go.com (propiedad de Disney) y con el servicio de Internet ABC.com, de la televisi¨®n que tiene los derechos de emisi¨®n (que tambi¨¦n pertenece a la empresa del rat¨®n), para crear Oscar.com, el servidor oficial del evento y con toda seguridad el lugar m¨¢s concurrido anoche en la red. Conectarse a esas p¨¢ginas durante la gala (sin quitar del todo la mirada de la televisi¨®n) facilitaba una doble perspectiva, delante y detr¨¢s del escenario. En televisi¨®n, como siempre, los premiados sub¨ªan al estrado y pronunciaban el discurso supuestamente improvisado; en Internet se pod¨ªa asistir al viaje de salida de ese mismo escenario.
Suculenta publicidad
Unas c¨¢maras facilitaban por primera vez las im¨¢genes de los ganadores, despu¨¦s de recibir el premio, en la carpa para periodistas montada detr¨¢s del tel¨®n de fondo. La Academia nunca lo hab¨ªa permitido, pero no hab¨ªa mejor excusa que la perspectiva de unos suculentos ingresos publicitarios procedentes de los ciberespectadores. Oscar.com tambi¨¦n ofrec¨ªa las ofertas interactivas habituales: tertulias, documentaci¨®n, estad¨ªsticas... Su principal competidor era Hollywood.com. Consciente de que no hab¨ªa nada que hacer para competir con el servidor de la Academia durante la ceremonia, este a?o se centr¨® en crear el mejor resumen de la gala una vez concluida, con v¨ªdeos y anecdotario listos ya para el caf¨¦ matinal. Un buen punto de partida sobre lo que han sido los oscars de esta edici¨®n es Movies.Yahoo.com, que ofrece un listado con los mejores sitios cinematogr¨¢ficos en la red.
Las posibilidades cibern¨¦ticas se completaron anoche con una propuesta pintoresca. La actriz Whoopi Goldberg, presentadora de la gala en tres infames ocasiones, retransmiti¨® en directo su versi¨®n de la ceremonia y ha lanzado una p¨¢gina (www.whoopi.com) en la que, adem¨¢s de darse un ba?o de egocentrismo, se permiti¨® criticar la gala y el trabajo de su presentador, Billy Crystal.
Protestas antiabortistas
J. DEL P Los ?ngeles
La polic¨ªa de Los ?ngeles trataba anoche de evitar las protestas de grupos antiabortistas radicales contrarios a la pel¨ªcula Las normas de la casa de la sidra. Antes de la gala instalaron grandes pancartas con im¨¢genes expl¨ªcitamente desagradables sobre la interrupci¨®n del embarazo. Algunas fueron retiradas para evitar que fueran captadas por las televisiones. Casi resultaba extra?o que los grupos m¨¢s conservadores de Estados Unidos no hubieran arremetido contra la pel¨ªcula, basada en la novela de John Irving (¨¦sta desat¨® en 1985 similares protestas), en la que un m¨¦dico explica a su aprendiz que en determinadas circunstancias debe ayudar a las mujeres a interrumpir su embarazo. Este extra?o silencio se justificaba por la ternura del filme y en el atractivo de sus protagonistas, Michael Caine y Tobey Maguire.
La asociaci¨®n de defensa del derecho al aborto Planned Parenthood ha entregado al escritor John Irving su premio anual por sus esfuerzos en este sentido.
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