El partido comunista har¨¢ un recuento paralelo para evitar fraudes
Cuatro fornidos guardaespaldas y un enjambre de periodistas acompa?aron al l¨ªder comunista, Guennadi Ziug¨¢nov, cuando acudi¨® a las diez de la ma?ana de ayer a depositar su voto en el colegio electoral 124, en el Palacio de los Pioneros de la moscovita plaza de Miuskaya. Se mostr¨® optimista. Habr¨¢ segunda vuelta, dijo, y su partido efectuar¨¢ su propio recuento para evitar el fraude masivo. M¨¢s a¨²n, asegur¨® que no pasaba por su mente ni la idea de la derrota ni la de renunciar a la direcci¨®n de su partido, el mayor de Rusia.
Con tanto tumulto, ni siquiera pudo prestar atenci¨®n a la estatua de Lenin de m¨¢s de dos metros de alto que se encuentra en el vest¨ªbulo y muestra al fundador del Estado sovi¨¦tico con traje, chaleco y corbata, con una mano en el bolsillo y la otra sosteniendo un pu?ado de papeles. Tiene este Vlad¨ªmir Ilich de escayola la cl¨¢sica mirada hacia un futuro que ¨¦l confiaba en que fuese por siempre comunista, aunque dur¨® s¨®lo 74 a?os en Rusia y termin¨® aplastado por un cambio que rompi¨® la URSS en pedazos e hizo realidad las peores pesadillas de los revolucionarios bolcheviques.Ziug¨¢nov se mostr¨® convencido de que s¨®lo las trampas pod¨ªan impedir que hubiese segunda vuelta. Por eso, record¨®, su partido ten¨ªa representantes en cada uno de los 94.500 colegios electorales con el encargo expreso de hacerse con copias de las actas de resultados para efectuar su recuento propio.
A una periodista que le pregunt¨® por su estado de ¨¢nimo le contest¨® que era excelente, porque sab¨ªa que ella le iba a votar (se equivocaba, ni siquiera era rusa). Y a otra que quer¨ªa saber si dimitir¨ªa en caso de perder le replic¨® sin perder la sonrisa: "?C¨®mo una mujer tan guapa como usted puede lanzarme esa provocaci¨®n?".
En el Palacio de los Pioneros hay dos colegios electorales. En el 123 se impuso en las legislativas de diciembre la Uni¨®n de Fuerzas de Derechas (que dirige el exprimer ministro Sergu¨¦i Kiriyenko), seguido de cerca por los comunistas. Sin embargo, en el 124, el de Ziug¨¢nov, en el que hay registrados m¨¢s de 2.000 votantes, fueron los rojos quienes se impusieron, con el 33%, seguidos del bloque Patria-Toda Rusia (de Yuri Luzhkov y Yevgueni Primakov), con el 24%, y de los liberales de Grigori Yavlinski, con el 16%.
Fue una clara derrota de Unidad, el invento que el Kremlin puso al servicio de Putin y que, sin embargo, a nivel nacional, pis¨® los talones a los comunistas. Ayer costaba Dios y ayuda encontrar a alguien que confesase abiertamente su voto a Ziug¨¢nov. Lo hicieron, por supuesto, dos j¨®venes que utilizaban por primera vez su derecho al sufragio y que resultaron ser miembros del Komsomol (las juventudes del partido comunista). Y tambi¨¦n Irina, de 62 a?os, que tiene una pensi¨®n de 450 rublos (menos de 3.000 pesetas) y que se?alaba con amargura: "No soy comunista. Nunca lo fui. Mi padre pas¨® cuatro a?os en un campo de concentraci¨®n, y Stalin fue un salvaje que s¨®lo hizo algo bueno, defender la patria de los nazis. Pero hasta Stalin era mejor que Yeltsin y su pandilla de ladrones".
Yevgueni, un ingeniero de 43 a?os con la enorme suerte de que nunca hasta ahora ha dejado de cobrar su salario de casi 3.000 rublos, destac¨® de Putin su determinaci¨®n de acabar con "esa jaur¨ªa de perros rabiosos" (los combatientes chechenos). Nadezhda (Esperanza), de 44 a?os, una profesora que gana 6.000 pesetas al mes, hizo honor a su nombre y afirm¨® que, aunque Ziug¨¢nov prometa que va a triplicar el sueldo a los maestros, s¨®lo Putin es capaz de hacerlo. "El comunismo", se?al¨®, "es algo del pasado. Yo quiero que mis hijos tengan oportunidades de progresar".
Alexei, militar retirado con 2.500 rublos de pensi¨®n (el doble del salario medio), asegur¨® que "lo que importa es que haya un Estado fuerte capaz de hacer respetar la ley y liquidar la corrupci¨®n, y Putin, aunque sea el delf¨ªn de Yeltsin, lo har¨¢ sin dejarse mangonear por nadie". A la pregunta de si no es eso, en el fondo, lo mismo que promete Ziug¨¢nov, contest¨®: "Tal vez, pero Putin ya est¨¢ en el poder. ?Para qu¨¦ correr riesgos?".
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