M¨¢s de 8.000 indios de Brasil reivindican la atenci¨®n sanitaria
M¨¢s de 8.000 guerreros indios pertenecientes a las tribus de los calanc¨®, caruazul y geripanc¨® que habitan en el Estado de Alagoas, en el noroeste pobre del Brasil, se han levantado en pie de guerra tras acusar a las autoridades del Estado de haber desviado para otros fines el presupuesto aprobado para crear puestos de salud propios en sus comunidades. Como primer gesto de protesta, el pasado lunes invadieron la consulta de odontolog¨ªa de la ciudad de Parinconha, a 314 kil¨®metros de Macei¨®, la capital del Estado de Alagoas, llev¨¢ndose todo el material m¨¦dico que hallaron en el centro. Adem¨¢s, han amenazado con realizar nuevos asaltos a la ciudad si no son atendidas sus reivindicaciones, entre ellas la de que se cumpla la promesa que las autoridades brasile?as les hab¨ªan hecho de implantar unidades m¨¦dicas en sus poblados.Estas comunidades dirigen el grueso de sus denuncias contra el alcalde de Parinconha, Waldemar Alves Feitoza, al que acusan de ser uno de los principales responsables de que el dinero que hab¨ªa sido presupuestado para sus necesidades sanitarias haya sido desviados para otras necesidades de la ciudad. Tambi¨¦n acusan a las autoridades de haber retenido los equipos m¨¦dicos que hab¨ªan sido destinados a los calanc¨®, caruazul y geripanc¨® para destinarlos a las consultas para blancos de la ciudad.
Seg¨²n ha declarado Jorge Vieira, representante del Consejo Indigenista Misionero de Alagoas, la situaci¨®n de esos 8.000 indios "es cr¨ªtica, ya que est¨¢n aumentando la mortalidad y las enfermedades graves". Vieira cree que los recursos destinados a los indios est¨¢n siendo utilizados para otros fines, como ellos denuncian, por los alcaldes de las diferentes localidades del territorio.
Evitar enfermedades urbanas
Estas comunidades ind¨ªgenas reivindican que la asistencia m¨¦dica -tal como les hab¨ªa sido prometido- se realice en sus poblados con el fin de evitar exponerse en su contacto con la poblaci¨®n urbana a enfermedades desconocidas en su entorno y ante las que su organismo se encuentra especialmente indefenso.
La Fundaci¨®n Nacional del Indio (Funai) ha declarado que est¨¢ siguiendo con inter¨¦s y aprensi¨®n los ataques de estos indios a los consultorios de sanidad p¨²blica, y ha asegurado que ya ha tomado medidas para que se les atienda en sus comunidades.
Por otra parte, el presidente de la Funai, Carlos Mares, tuvo que viajar el viernes al Estado de Mato Grosso do Sul, en el suroeste brasile?o, para intentar mediar y liberar a su asesor Geraldo Duarte y al historiador Rog¨¦rio Alves de Resende, t¨¦cnico de una organizaci¨®n no gubernamental, secuestrados por la etnia terena el d¨ªa anterior. Esta etnia ocupa la aldea denominada Irmaos do Buritis, donde habitan 2.700 familias. Los terena desean la demarcaci¨®n de 18.000 hect¨¢reas y acusan a Alves de Resende, contratado por la Funai, de elaborar un mapa que reduce esa extensi¨®n a 2.300 hect¨¢reas.
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