La gala del reparto

Ceremonia de entrega de los Premios de las Artes Esc¨¦nicas de la Generalitat Valenciana.Punt Dos. 27 de marzo.

Como es l¨®gico, la gala de entrega de los premios esc¨¦nicos de nuestra comunidad, presentada por Carles Sanjaime y Pilar Algarra, no desvel¨® el misterio de que Besos se haya alzado con el premio al mejor espect¨¢culo del a?o sin recibir por ello ning¨²n otro galard¨®n. La mejor pel¨ªcula de los Oscar, o el mejor montaje de teatro, suelen alzarse con esa distinci¨®n m¨¢xima atendiendo a un conjunto de m¨¦ritos que acostumbran a incluir el mejor gui¨®n o texto, mejor actriz o actor, mejor escenograf¨ªa o iluminaci¨®n, y as¨ª hasta un largo etc¨¦tera de merecimientos del que ha estado ausente este Besos.

Poco inter¨¦s televisivo tiene una gala que se limita como quien dice a hacer entrega de los premios anunciados, con alguna que otra interrupci¨®n a cargo de la troupe de Chicago, a lo largo de hora y media de efusi¨®n interminable. Se ve que se impone la austeridad creativa en esta clase de galas, que tampoco se ahorr¨® esta vez algunos detalles de genuflexi¨®n provinciana. Abundaron los galardonados que se acordaron, para bien, de su madre en el momento de recoger el premio, no s¨¦ yo si llevados por el glorioso ejemplo de Almod¨®var y con las mismas esperanzas de futuro, y destac¨® por sobre todo la esc¨¦ptica dignidad de Eduardo Zamanillo, que al recoger su Max Aub al mejor texto asegur¨® no haber solicitado combatir en batallas art¨ªsticas, un tanto a la manera de Macbeth cuando musita que si el destino ha decidido hacerle rey, que se le corone sin su intervenci¨®n. Los tres ¨²ltimos premios fueron entregados por Jaime Mill¨¢s, recibido con aplausos, Consuelo Ciscar, acogida menos calurosamente, y Manuel Taranc¨®n, recibido por el p¨²blico casi en silencio. A Eduardo Zaplana no se le vio. Estar¨ªa de viaje.