El candidato Jospin M. ?. BASTENIER
El jefe de Gobierno franc¨¦s, el socialista Lionel Jospin, ha dado el segundo paso en su carerra hacia la presidencia de Francia en las elecciones del 2002, con toda probabilidad contra el gaullista y ocupante del El¨ªseo, Jacques Chirac. El primero, hace unas semanas, fue el de poner en cuesti¨®n las prerrogativas del presidente en la formulaci¨®n de la pol¨ªtica exterior, con ocasi¨®n de un viaje a Palestina. El segundo ha sido la formaci¨®n de un nuevo Gobierno.Jospin ha escondido en un mero reajuste un cambio de fondo. S¨®lo han desaparecido cuatro ministros de su anterior Gabinete, pero dos de ellos y quienes les suceden desmienten el aparente sosiego con que se ha dado a conocer -por el sistema gota a gota- el remaniement ministerial.
Desaparecen, notablemente, el ministro de Educaci¨®n Claude All¨¦gre, carbonizado por la protesta estudiantil, y Christian Sautter, sucesor del procesado Strauss-Kahn en Econom¨ªa, parece que por poco peso para tanto ministerio. Al primero le sucede el veterano agitador del mitterrandismo Jack Lang, y al segundo, el casi igual de veterano y nada jospinista, Laurent Fabius, otro hombre del difunto presidente que fue capaz del llevar al socialismo al poder. Como, adem¨¢s, los comunistas ganan un tercer puesto en el Ejecutivo, los Verdes un segundo, y por mor del respeto a las cuotas aparecen tambi¨¦n un radical de izquierdas y un dirigente de la Izquierda Socialista, podr¨ªa parecer como si Jospin quisiera hacer creer a alg¨²n despistado que radicaliza su Gobierno cuando en realidad lo ablanda para salir de campa?a.
Lo que el presidente del Consejo pretende, en cambio, es que no quede nadie de las grandes familias del socialismo fuera del Gobierno, no tanto ya para que se cierre filas en el combate contra Chirac, como para que aquellas est¨¦n amordazadas en el Ejecutivo y no le creen complicaciones innecesarias. Al mismo tiempo, Jospin sustituye un Gobierno de su propia mano, artesanal, con bastantes mujeres y aspirantes de provincias, por una cosa mucho m¨¢s institucional, jacobina, parisina, y vetero-varonil, donde hasta los comunistas han de jugar un papel de socialistas in pectore, despu¨¦s de que se haya acusado al l¨ªder del PCF, Robert Hue, de querer inventar el "Partido Socialista bis" en su congreso de Martigues.
Jospin ha hablado, por otra parte, de la necesidad del reajuste "para reforzar la capacidad de acci¨®n del Gobierno", pero con una prudencia muy protestante no ha dicho hacia donde quiere orientar esa capacidad. Y m¨¢s que de capacidad habr¨ªa que hablar de electoralidad. Se ha dicho del jefe del Gobierno que con una ret¨®rica de izquierdas, la de un supuesto socialismo del sur, ha practicado una pol¨ªtica de privatizaciones y de recorte social no tan distinta de la del brit¨¢nico Tony Blair y su socialismo, que no es de ninguna parte.
Por ello, en el aspecto m¨¢s activo, no ya de impedir que act¨²en por su cuenta teni¨¦ndolos a buen recaudo en el Gabinete, sino pensando, incluso, en lo que pueden hacer sus ministros estrella, despliega ahora Jospin a Fabius y Lang. Con el primero, que ven¨ªa de un almohadillado purgatorio en la presidencia de la Asamblea tras el esc¨¢ndalo de la sangre contaminada cuando era ministro de Sanidad, podr¨¢ hacer una pol¨ªtica conservadora con nombre conservador, en cuanto el nuevo ministro de Econom¨ªa empiece a trabajarse la reducci¨®n de impuesto, que ya se ha comprobado en recientes elecciones que da mucho de s¨ª. De la misma forma, se espera que Lang, con su facilidad para la jaculatoria radical y una literaturizaci¨®n arcaizante del lenguaje de la pol¨ªtica, pacifique como un domador socialdem¨®crata de antes del eclipse de las ideolog¨ªas al encrespado mundo universitario.
Se trata, por tanto, de un Gobierno nombrado m¨¢s por razones de pol¨ªtica politicienne, como dicen con hast¨ªo los franceses, que por cosa de gobierno strictu sensu. Pero tambi¨¦n es un equipo de dif¨ªcil manejo, porque reposa en una extrema arquitectura de equilibrios, aunque el jefe de Gobierno haya evitado atiborrar la locomotora de maquinistas. Lionel Jospin adem¨¢s de gobernante quiere ser artista.
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