Judy Davis duda de que los filmes que ganaron el Oscar sean tan alternativos
La actriz ha rodado en Barcelona 'Tardes con Gaud¨ª', de Susan Seidelman
Cuando en 1992 Judy Davis fue candidata al Oscar por Maridos y mujeres, de Woody Allen, la jefa de mercadotecnia de la productora le aconsej¨® que si quer¨ªa el premio ya pod¨ªa empezar a patearse los programas espect¨¢culo, del tipo del que presenta Johnny Carson, de todas las televisiones. "No puedo, estoy trabajando", la cort¨®. La an¨¦cdota, que la actriz explic¨® ayer en Barcelona, la retrata bastante. Inteligente y esc¨¦ptica, Davis relativiz¨® la trascendencia de los Oscar y dijo que los ¨²ltimos no le parecen tan alternativos como se ha dado a entender.
Judy Davis (Perth, Australia, 1956) departi¨® con un grupo de periodistas coincidiendo con el final del rodaje, en la capital catalana, de Tardes con Gaud¨ª. La actriz interpreta el papel principal de la pel¨ªcula, que ha dirigido la cineasta estadounidense Susan Seidelman (Buscando a Susan desesperadamente, Fabricando al hombre perfecto...). Davis, que gusta poco de prodigarse en la prensa, vive en Australia con su esposo y sus dos hijos, Jack y Charlotte, lejos de la meca del cine. Cuando trabaja fuera de casa -o sea, siempre- no tolera estar separada de su familia, as¨ª que viaja con su marido, si es posible, sus reto?os, una ni?era y un profesor. Adem¨¢s de su prole, su tesoro m¨¢s preciado es su profesi¨®n: un curr¨ªculo intachable.Davis se dio a conocer al gran p¨²blico en 1984 con Pasaje a la India, de David Lean, despu¨¦s de haber estudiado arte dram¨¢tico -Mel Gibson fue uno de sus compa?eros de clase- y filmado varias pel¨ªculas en su pa¨ªs. Por Pasaje a la India fue candidata al Oscar a la mejor actriz. Ocho a?os despu¨¦s volvi¨® a serlo por Maridos y mujeres, de Woody Allen, con quien antes ya hab¨ªa rodado Alice (1990) y que despu¨¦s la dirigi¨® en Desmontando a Harry (1997) y Celebrity (1998).
Ahora, en Tardes con Gaud¨ª, una cinta basada en la novela hom¨®nima de Barbara Wilson que la directora define como "una comedia social", Davis es Cassandra, una norteamericana solitaria que malvive en Barcelona trabajando como traductora y que se encuentra en el trance de tener que ayudar a una paisana a buscar a su marido, que la ha abandonado y ha huido a Barcelona. La acompa?an en el reparto otras cuatro mujeres, tres de ellas directamente procedentes de Hollywood: Lili Taylor, quien curiosamente interpreta a un hombre; Juliette Lewis y Marcia Gay Harden. La cuarta es malague?a y se llama Mar¨ªa Barranco.
Cont¨® la actriz australiana que acept¨® el papel de Cassandra por tres motivos: porque le gusta "mucho" Susan Seidelman (rod¨® con ella el a?o pasado A cooler climate), porque le apetec¨ªa trabajar en Espa?a, un pa¨ªs que desconoc¨ªa, y porque la sedujo el papel. "Mi personaje es una mujer entre mujeres, y eso determina un car¨¢cter femenino distinto al que acostumbramos a ver en el cine, ya que normalmente en las pel¨ªculas se transmite la imagen femenina que ve el hombre", coment¨® esta actriz fetiche de Woody Allen. ?Y en otros casos, c¨®mo elige las ofertas? "Para un actor, siempre es dif¨ªcil escoger un papel. Por mi parte, lo primero que exijo es que el director me d¨¦ confianza; despu¨¦s, necesito que el gui¨®n me haga pensar, y finalmente me meto en la piel del personaje. Si siento que me interesa, me digo: 'Adelante", explic¨® la actriz.
Davis, menuda, muy delgada y vestida de negro de arriba abajo, acept¨® la reuni¨®n con unos cuantos periodistas, a la que acudi¨® acompa?ada por su hijo Jack, con la exigencia de no ser fotografiada. Singular antidiva, esta actriz cuida tanto su imagen que no permite que se difunda la que ella no puede controlar. Con las preguntas, contrariamente, no hubo imposiciones. Lo respondi¨® todo. Incluso se permiti¨® bromas.
Acerca de la fiesta de los Oscar, dijo que es el momento del a?o en que m¨¢s claramente se percibe que "la industria es un negocio". Y respecto a los ¨²ltimos filmes premiados -American beauty, Boys don't cry y Las normas de la casa de la sidra-, recel¨® de que sean tan alternativos como se ha difundido. "No s¨¦ hasta qu¨¦ punto estas pel¨ªculas", se?al¨® la actriz, "son las m¨¢s alternativas. Seguramente han costado poco dinero, pero despu¨¦s se ha gastado en ellas el tripe o el cuadr¨²ple de su presupuesto simplememente para promocionarlas".
Davis ha permanecido casi tres meses en Barcelona. En este tiempo ha aprendido a decir "no me jodas", con su voz grave, de fumadora empedernida, y cara de perro, una combinaci¨®n que arranca las risas del auditorio; y a amar la obra de Gaud¨ª, de quien dice que est¨¢ en el filme a trav¨¦s de sus construcciones (Sagrada Familia, parque y colonia G¨¹ell, Casa Batll¨®...) y en esp¨ªritu. "En la pel¨ªcula, la realidad es como una de las paredes de Gaud¨ª", compar¨® mientras con las manos parec¨ªa acariciar las curvas de los edificios del genial arquitecto.
El maestro Woody Allen
Judy Davis se deshizo en elogios hacia Woody Allen, el hombre que m¨¢s veces la ha dirigido y a quien calific¨® de "maestro". "Trabajar con Woody Allen es una constante lecci¨®n de comedia", precis¨® la actriz. Con el fin de que los presentes se hicieran cargo de ello, relat¨® su experiencia en una de las escenas de Maridos y mujeres: "Ten¨ªa que parar un taxi. En el momento de abrir la puerta, figuraba en el gui¨®n que se me ca¨ªa el bolso, lo recog¨ªa y lo tiraba dentro del veh¨ªculo. A Woody se le ocurri¨® que, al caer, el bolso se abriera, de modo que todo lo que llevaba en el interior quedara esparcido por el suelo. La gracia estaba en que no deb¨ªa recoger las cosas y volverlas a meter en el bolso, sino lanzarlas al asiento del autom¨®vil de una en una. Hab¨ªa de todo: un t¨¢mpax, un l¨¢piz de labios... Fue divertid¨ªsimo".
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