Presuntos
Cabe sospechar que la alcaldesa de M¨¢laga se encuentra en una situaci¨®n muy semejante a la de esos jugadores de f¨²tbol que cuando llegan al ¨¢rea del contrario pierden la pelota, aparatosamente angustiados por las ansias de gol, y desatan el descojonamiento general de los espectadores. La histeria -o cualquier otro mal de tipo nervioso- es la ¨²nica explicaci¨®n que se me ocurre ante el comportamiento de una mujer que ha conseguido acumular un despampanante racimo de querellas criminales y anuncios de futuros litigios de ¨ªndole penal en menos de un a?o de mayor¨ªa absoluta. Sin embargo, no ser¨¦ yo quien se descojone. La cosa es, m¨¢s bien, para entristecerse, y mucho.Me entristece que las ¨²ltimas decisiones judiciales parezcan indicar que Villalobos puso en peligro la vida de miles de malague?os al permitir que ocupasen un palacio de deportes que pudo derrumbarse ese mismo d¨ªa. Me entristece que alguno de sus concejales decida saltarse a la torera la democracia dejando con el culo al aire la labor de los funcionarios -he ah¨ª el caso del interventor del Ayuntamiento de M¨¢laga- que tienen la obligaci¨®n legal de fiscalizar el gasto de las instituciones. Me entristece m¨¢s a¨²n que Villalobos ridiculice el comportamiento, ya suficientemente rid¨ªculo, de su concejal de Hacienda y, en un rizar el rizo de lo chocarrero, exprese su deseo de asumir para s¨ª, mediante la firma de un decreto, todo el pelot¨®n de torpezas que significar¨ªa despojar al interventor municipal de sus atribuciones y crear, probablemente, una contabilidad paralela en el Ayuntamiento de M¨¢laga.
No puedo ocultar tampoco la tristeza que me provoca el comportamiento de otro concejal que supuestamente oculta mandamientos judiciales de embargo de sus haberes, ni la actitud de una alcaldesa que, en vez de reprocharle a su concejal esa conducta a todas luces reprobable y tal vez punible, justifica a su concejal afirmando que "todos tenemos deudas". ?Pues claro que s¨ª!, pero no todos tenemos la posibilidad de entorpecer la acci¨®n de un juez que ordena el embargo de nuestros bienes a causa de esas deudas. Es triste el panorama que Villalobos est¨¢ ofreciendo a los ciudadanos de M¨¢laga, es lamentable la situaci¨®n en la que Villalobos y algunos de sus concejales est¨¢n poniendo al Ayuntamiento de M¨¢laga. No veo motivo para descojonarse.
Mi amigo Rafael Ballesteros escribi¨® un poema en el que puede leerse el siguiente verso: "Es triste el animal que se?ala sus lindes". Tiene raz¨®n mi amigo Ballesteros, y a m¨ª no me gustar¨ªa tener ninguna raz¨®n para escribir que, en el caso del Ayuntamiento de M¨¢laga, son las lindes de lo injusto las que se?alan la existencia de algunos tristes animales no s¨®lo pol¨ªticos. Es triste que el l¨ªmite de lo justo -al parecer sobrepasado en varias ocasiones- sit¨²e a un Ayuntamiento tan cerca de la animalada.
Lo ¨²nico que puede alegrarme, entre tanta calamidad, es que todo se quede en paja, que todav¨ªa pueda enmendarse lo que con semejante incompetencia e ignorancia y temeridad se ha torcido y embarullado. Lo ¨²nico que puede alegrarme -si cabe aqu¨ª la expresi¨®n jubilosa- es que Villalobos y algunos de sus concejales se queden en presuntos y no lleguen a delincuentes. Es demasiado triste que una mayor¨ªa absoluta termine en el caos absoluto.
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