"En el PSOE hay mucha derecha y en el PP hay gran parte de la izquierda"
Portavoz del Grupo Popular en el Senado y responsable de Pol¨ªtica Auton¨®mica del PP
Pregunta. Es importante que a uno lo designen para un cargo, ?pero lo es m¨¢s que lo confirmen la legislatura siguiente?Respuesta. Hay confirmaciones, despu¨¦s de mucho tiempo, que suenan a saturaci¨®n, y hay confirmaciones, despu¨¦s de poco tiempo, que suenan a reafirmaci¨®n. En mi caso, fui elegido portavoz para un ¨²ltimo a?o con la intenci¨®n de liquidar una legislatura que hab¨ªa sido importante. Que me hayan vuelto a proponer, para m¨ª es una reafirmaci¨®n.
P. ?Lo suyo entra en el paquete del poder valenciano o es de otra cuota?
R. Todos los representantes del PP de la Comunidad Valenciana en Madrid actuamos con una misma programaci¨®n y representamos al un¨ªsono el poder valenciano.
P. ?Existe el poder valenciano o se trata de otra especulaci¨®n introspectiva?
R. El poder valenciano es una marca, una denominaci¨®n que permite describir una situaci¨®n, que consiste en encontrarse en Madrid trabajando en sinton¨ªa y de una manera coordinada para cumplir objetivos que se fijan desde Valencia. Muchas veces ha habido valencianos en altos cargos del Gobierno, pero cumpl¨ªan objetivos fijados por el Gobierno. Lo caracter¨ªstico de este momento es que los altos caros del PP en Madrid, desde luego cumplen con las directrices del Gobierno central al que sirven, pero tambi¨¦n siguen objetivos y estrategias trazadas desde Valencia.
P. ?Qu¨¦ impide la reforma del Senado?
R. La reforma del Senado es muy dif¨ªcil. En la Constituci¨®n, las autonom¨ªas se regulan de una manera flexible y el Senado de una manera inflexible. Son dos partes de una misma pieza, que es el Estado auton¨®mico, que deb¨ªa contener comunidades aut¨®nomas y una C¨¢mara de representaci¨®n territorial. Sin embargo, las comunidades aut¨®nomas se regulan de una manera que se podr¨¢ desarrollar a lo largo del tiempo, y el Senado se regula de una manera muy cerrada. En este tiempo las comunidades aut¨®nomas se han hecho adultas y toman sus decisiones propias, mientras que el Senado sigue siendo un ente reducido a 1978.
P. Hay un desfase.
R. Que ha provocado que las necesidades b¨¢sicas, ante la falta de preparaci¨®n del Senado para las exigencias planteadas por las comunidades a una C¨¢mara de representaci¨®n territorial, hayan sido asumidas por otros ¨®rganos constitucionales. La intermediaci¨®n de las relaciones entre las comunidades y el Gobierno ha sido asumida por el Gobierno. Y la resoluci¨®n de conflictos de competencias entre comunidades la ha asumido por el Tribunal Constitucional. Todos somos conscientes de la necesidad de una C¨¢mara territorial pero no hay patr¨®n al cual remitirnos eludiendo estas dos funciones.
P. Esta legislatura, ?tampoco es la de la reforma del Senado?
R. Esta legislatura es la de la reforma del Senado. Estoy convencido. Hay mucho que discutir, pero hay cuatro a?os por delante.
P. ?Qu¨¦ Senado quiere el PP?
R. Lo primero, que sea un modelo consensuado, como tambi¨¦n lo es el actual. Dicho esto, el PP quiere un Senado que sea un ¨®rgano de consenso del Estado auton¨®mico y que cubra, en segundo lugar, aquellos aspectos parlamentarios que el Congreso de los Diputados no alcanza a cubrir. Queremos que el Congreso sea la C¨¢mara de la democracia de oposici¨®n y que el Senado sea la C¨¢mara de la democracia de consenso. El Congreso tiene una esclavitud en la actualidad pol¨ªtica, y eso le impide ocuparse de otras pol¨ªticas que podr¨ªan encontrar en el Senado la C¨¢mara id¨®nea.
P. Lo acusan de querer una C¨¢mara m¨¢s social que territorial.
R. Es una acusaci¨®n obligada, porque est¨¢n ensayando f¨®rmulas de oposici¨®n para los pr¨®ximos a?os. Creo que no es malo que la C¨¢mara tenga un aspecto social, y me sorprende que a los socialistas les llame la atenci¨®n esto. Tenemos esa sensibilidad y creemos que el Senado tiene que estar cerca de la gente, pero no para que la gente venga a ver como trabajamos, sino para que vayamos a la calle a ver c¨®mo viven las personas.
P. Desde el PP se ha dicho que la derecha ya no existe, aunque, vistos los resultados, lo que no existe es la izquierda.
P. La derecha y la izquierda existir¨¢n siempre, lo que pasa es que no est¨¢n donde sol¨ªan. Han cambiado los tiempos y los supuestos pol¨ªticos. No es que las respuestas pol¨ªticas hayan cambiado: han cambiado las preguntas. Las respuestas de siempre suenan a alacena de la abuela. Ya no vale hablar de capitalismo y de proletariado, ni de naciones y de estados. Nos encontramos con naciones sin Estado y Estados sin naci¨®n. Con capitales que se destruyen sin haber existido, como los 18.000 millones de d¨®lares de la ca¨ªda de las acciones de Microsoft, que s¨®lo eran una especulaci¨®n en bolsa y destruy¨® cientos de miles de puestos de trabajo que s¨ª exisit¨ªan.
Ya no se puede hablar de clase trabajadora cuando el trabajador no vende su fuerza de trabajo sino su conocimiento o su inteligencia. Cuando la empresa m¨¢s importante del planeta no tiene patrimonio empresarial, sino que su principal bien son sus trabajadores. No se puede hablar de la relaci¨®n trabajo y capital cuando los trabajadores son accionistas de la sociedad. Podemos cuestionar los principios que sustentaban la idea de naci¨®n cuando las empresas transnacionales tienen presupuestos superiores a los de los estados.
O cuando empieza a circular sobre el planeta el dinero privado, en forma de puntos que son canjeables por noches de hotel, ropa, alquiler de coches... y est¨¢n actuando como dinero respaldado por el patrimonio de una empresa. El d¨ªa que sean intercambiables por los de otra empresa y empiecen a cotizar, habremos inventado un mercado de divisas privado. Y el d¨ªa que uno prefiera cobrar en puntos de determinada empres en vez de rublos o dracmas, el dinero privado habr¨¢ empezado a competir con el p¨²blico. El d¨ªa que una compa?¨ªa transnacional, adem¨¢s de transportarte, te ofrezca sanidad, educaci¨®n, Internet y ocio, habr¨¢ quien se pregunte por qu¨¦ paga sus impuestos al Estado y no a esta empresa. Las preguntas han cambiado todas, por lo que hay elaborar respuestas nuevas, y las derechas e izquierdas ya no estamos donde sol¨ªamos estar.
P. ?La derecha ya no est¨¢ en el PP?
R. No se puede identificar PP con derecha y PSOE con izquierda. En el PSOE hay mucha derecha y en el PP hay gran parte de la izquierda. La izquierda est¨¢ repartida entre PP y PSOE. Y la derecha est¨¢ repartida entre PP y PSOE. El error del PSOE fue abandonar el centro: radicaliz¨® su discurso e hizo un discurso antiguo, incongruente con la sociedad que estamos viviendo.
P. ?El centro ha sustituido a las ideolog¨ªas?
R. No han desaparecido las ideolog¨ªas: ha desaparecido el pensamiento ideol¨®gico. Durante los siglos XVIII, XIX y XX, el racionalismo nos hizo creer que el pensamiento pol¨ªtico deb¨ªa anteceder siempre a la praxis pol¨ªtica. La raz¨®n ten¨ªa que ser siempre anterior a la acci¨®n. La sociedad pod¨ªa ser imaginada antes de ser transformada. Las ideolog¨ªas lo explicaban absolutamente todo, porque eran unos anteojos para ver la realidad. Ahora nos hemos dado cuenta de que muchas veces la realidad antecede a la raz¨®n, y que la sociedad real se produce con independencia a la sociedad imaginada. No sirve de nada tener una visi¨®n ideol¨®gica del mundo cuando el mundo decide seguir su propio camino. Hoy tenemos que pensar c¨®mo defendemos la libertad y la igualdad en un mundo cada d¨ªa m¨¢s desigual y en el que los enemigos de la libertad tienen m¨¢s potencia y m¨¢s armas. Si nos entretenemos en pensar d¨®nde est¨¢n las ideolog¨ªas, vamos a perder unos a?os decisivos para la defensa de esos valores.
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