Martes de incertidumbre

Los del tiempo hab¨ªan dicho que para el martes no se esperaban precipitaciones en M¨¢laga, pero en el barrio de la Victoria, el protagonista en la tarde de ayer, los vecinos no terminaban de cre¨¦rselo. Al borde de las siete de la tarde, el barrio entero miraba hosco las nubes que amenazaban arriba. Estaba a punto de ver la calle la Cofrad¨ªa del Rescate, la m¨¢s tempranera de las tres de la Victoria. Despu¨¦s de acompa?arla a ella hab¨ªa que sacar la Sentencia y el Roc¨ªo, que tienen la casa hermandad calle arriba.Tres horas antes, la primera de las cofrad¨ªas del martes hab¨ªa decidido ya desafiar al cielo encapotado. La Hermandad de Nueva Esperanza sali¨® a la calle encomend¨¢ndose a las predicciones meteorol¨®gicas para acometer el recorrido m¨¢s largo de todas las procesiones malague?as.

Tambi¨¦n sali¨®, al borde de las seis de la tarde, la Hermandad de Las Penas con su virgen ¨²nica; ¨²nica porque cada a?o estrena un manto distinto de flores naturales. El del a?o 2000 llevaba claveles y lirios blancos sobre fondo de cipr¨¦s verde. Finalmente, a pesar de la incertidumbre, desfilaron tambi¨¦n las victorianas, y la Cofrad¨ªa perchelera del Cristo de la Humillaci¨®n y la Virgen de la Estrella. El ministro en funciones de Industria, Josep Piqu¨¦, presenci¨® en compa?¨ªa de Celia Villalobos varios de los desfiles.

Para hoy est¨¢ previsto en M¨¢laga buen tiempo, y los aficionados a las procesiones lo celebran porque el Mi¨¦rcoles Santo salen a la calle algunas de las cofrad¨ªas con m¨¢s tir¨®n popular y con m¨¢s historia y leyenda. Hoy es el d¨ªa de la Virgen de la Paloma, que procesiona en un trono tan grande que parece un barco en la calle y suelta palomas vivas en varias ocasiones a lo largo del recorrido.

Tambi¨¦n es el d¨ªa de las Fusionadas y de la Sangre, dos de las hermandades m¨¢s antiguas de M¨¢laga. Jes¨²s El Rico brillar¨¢ por conceder, como cada a?o desde el siglo XVIII, la libertad a un preso de la c¨¢rcel de M¨¢laga. La joven Hermandad de los Salesianos volver¨¢ a impregnar las calles de seriedad y la majestuosa Expiraci¨®n pasear¨¢ sus apabullantes enseres y tronos al son de tambores sordos, silenciando la ciudad al paso de su Cristo crucificado de Mariano Benlliure.