Munitis lanza al Racing
El Madrid sucumbe ante la habilidad del delantero c¨¢ntabro y su propio cansancio
![Santiago Segurola](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fe505581b-3596-4161-bc77-1816c8c68bf7.png?auth=d22627484165dfcb062103e8d1fdebeb92a54c13220f4fd6553111e786e168fa&width=100&height=100&smart=true)
Encabezado por un maravilloso Munitis, el Racing volvi¨® a hacer uno de sus trabajos habituales en Chamart¨ªn, donde se mueve con una facilidad escandalosa. Hace tiempo que le tom¨® la medida al Madrid y cada a?o ofrece un recital. Lo de Munitis fue m¨¢s impresionante todav¨ªa. Pocas veces, un jugador ha causado tantas dificultades al Madrid como este jugador de regate indescifrable. Pero no s¨®lo asombr¨® su habilidad. Su voluntad de victoria fue decisiva para conducir al Racing a una victoria que mereci¨® de punta a cabo.La hinchada, tan cr¨ªtica con su equipo durante toda la temporada, recibi¨® al Madrid con afecto. Ven¨ªa de conseguir una memorable victoria en Manchester, y no era cuesti¨®n de discutir el juego que se ha visto en la Liga. Con el aprecio de la afici¨®n y con un estado general de optimismo, el Madrid se encontr¨® repentinamente ante la realidad de un partido que se le complic¨® desde el principio. Como suele suceder con el Racing, por otra parte. Pocos equipos se mueven con mayor comodidad en Chamart¨ªn, o eso dice la historia m¨¢s reciente. Y a esa cuesti¨®n estad¨ªstica hay que a?adir la eficacia del Racing fuera del Bernab¨¦u. Parece mentira que se encuentre en una situaci¨®n apurada despu¨¦s de siete victorias en el campeonato, cifra que s¨®lo est¨¢ reservada a los que protagonizan la pelea por el t¨ªtulo.
REAL MADRID 2RACING 4
Real Madrid: Casillas; Michel Salgado (Geremi, m.25), Iv¨¢n Campo, Karanka (Baljic, m.56), Roberto Carlos; McManaman, Helguera, Redondo, Savio (Anelka, m.46); Ra¨²l y Morientes.Racing: Lemmens; Tais, Mellberg, Arzeno, Sietes; Manjar¨ªn (Txema, m.77), Espina, Colsa, Vivar Dorado (Shustikov, m. 71), Munitis ; y Salva (Bestchasnykh, m. 85). Goles: 1-0. M. 26. Roberto Carlos marca con la derecha desde el borde del ¨¢rea. 1-1. M. 28. Manjar¨ªn remata a la primera un centro atr¨¢s de Munitis. 1-2. M. 41. Vivar Dorado. 1-3. M.55. Salva remata tras una gran jugada de Muntis. 2-3. M. 57. Anelka centra, remata Morientes, tapa el portero y McManaman marca. 2-4. M. 74. Salva, de penalti. ?rbitro: Carmona M¨¦ndez. Amonest¨® a Manjar¨ªn, Karanka, Helguera y Geremi. Unos 50.000 espectadores en el Bernab¨¦u.
Ni tan siquiera se fortaleci¨® el Madrid con el gol de Roberto Carlos, autor de una jugada de primera y de un tiro mediocre con la derecha. Pero Lemmens se comi¨® el remate y la pelota entr¨® junto al palo. Era m¨¢s de lo que merec¨ªa el Madrid, pero el gol se interpret¨® como el colch¨®n que necesitaba para tramitar un encuentro muy dif¨ªcil. No fue as¨ª porque Munitis dio vuelta a la defensa madridista en la siguiente jugada. Apareci¨® como un cohete por la derecha y pas¨® hacia atr¨¢s desde la l¨ªnea de fondo. El bal¨®n cruz¨® toda la l¨ªnea defensiva y lleg¨® hasta Manjar¨ªn, que remat¨® instant¨¢neamente. Esta vez, Casillas no pudo desviar el tiro. No le faltaron ocasiones para demostrar su categor¨ªa frente a los delanteros del R¨¢cing, pero el h¨¦roe de la noche fue Munitis, colosal durante todo el partido.
Munitis destroz¨® al Madrid. Tuvo el acompa?amiento de un equipo que se movi¨® con criterio y agilidad. Sin embargo, Munitis puso much¨ªsimos cuerpos entre ¨¦l y todos los dem¨¢s, compa?eros o rivales. Peque?o y fuerte, con unas piernas extraordinariamente poderosas, con su bajo centro de gravedad que le permite acelerar y frenar de manera instant¨¢nea, Munitis dio un curso maravilloso en Chamart¨ªn. Si encontr¨® ayuda en el p¨¦simo marcaje que recibi¨®, eso no desmerece una actuaci¨®n asombrosa no s¨®lo por la habilidad de este peque?o delantero, sino por su extrema intensidad. Munitis decidi¨® ganar el partido y no par¨® hasta conseguirlo. Esa cualidad es la que distingue a las figuras. Y Munitis lo es. Si su rechoncha estampa no convoca a la est¨¦tica, si su recorrido en el f¨²tbol ha sido el del t¨ªpico meritorio, todo eso poco importa. En Chamart¨ªn, ning¨²n jugador ha generado tantos problemas al Madrid como Munitis, imparable en sus regates, febril como una fiera. Magn¨ªfico siempre.
Su abrumadora actuaci¨®n tuvo adem¨¢s el beneficio de la insistencia. Particip¨® en tres de los cuatro goles de su equipo, provoc¨® las amonestaciones a Helguera y Karanka, que debi¨® ser expulsado, y desestabiliz¨® a la defensa madridista en cada una de sus intervenciones, llenas de ingenio y astucia. Munitis encabez¨® de manera gloriosa la victoria del Racing, que jug¨® con una decisi¨®n que parec¨ªa inexplicable a la vista de su posici¨®n en la Liga. Pero el f¨²tbol espa?ol cada vez admite peor las diferencias de clase. Cualquiera gana a cualquiera, por mucho prestigio que tenga. Es uno de los atractivos de este democr¨¢tico campeonato.
El Madrid sucumbi¨® al efecto Munitis, al buen juego del Racing y a una fatiga que pes¨® excesivamente sobre muchos jugadores. El equipo funcion¨® con poca claridad y sin rapidez. Algunos futbolistas, como Savio, Ra¨²l y Redondo, pagaron el cansancio del partido de Manchester y de una temporada extenuante. Apenas tuvieron presencia en el partido. Otros, como Morientes, andan preocupados por su falta de punter¨ªa. Morientes ha entrado en la t¨ªpica depresi¨®n de los goleadores que no golean. Saldr¨¢ del agujero, pero por ahora vive los partidos con desesperaci¨®n. Eso fue el partido de ayer: la diferencia entre la gozosa ebullici¨®n de Munitis y la esterilidad de Morientes. Ellos vinieron a significar lo que hicieron los dos equipos.
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