Urzaiz resurge y aleja a¨²n m¨¢s al Celta de Europa

Gracias a Ismael Urzaiz ayer qued¨® demostrado que mientras el f¨²tbol se alimente de goles los delanteros resultan imprescindibles. Ya pueden los entrenadores superpoblar el campo de tipos rudos, de linces en el robo del bal¨®n y cortos de vista en la organizaci¨®n, que si no llega un jugador con pegada y olfato (por mucho que los haya perdido esta temporada) nadie mueve un partido. A Urzaiz, condenado al ostracismo en la ¨¦poca m¨¢s reciente de Luis Fern¨¢ndez en el Athletic, le concedieron 27 minutos para que se las compusiera a su manera y desatascara el monumental enredo en que se convirti¨® el partido. S¨®lo necesit¨® 13. Marc¨® un gol sin lugar a la reacci¨®n y de la misma salv¨® al Athletic de m¨¢s disgustos -el panorama se le ha aclarado de forma casi definitiva- y descorazon¨® al Celta, que ve la UEFA con prism¨¢ticos.El partido hab¨ªa empezado con honestidad y alegr¨ªa. El Celta se repiti¨® a s¨ª mismo, y consigui¨® llegar a la porter¨ªa del Athletic tres veces en los tres primeros minutos, y otra m¨¢s un poco m¨¢s adelante. Algo loable si no fuera porque, por reiterativo, esto en el equipo de V¨ªctor Fern¨¢ndez significa m¨¢s una lacra que una virtud. Siempre tiene el mismo resultado: cero. El Athletic respondi¨® a su manera. A la elegancia y primer toque del Celta contest¨® con f¨²tbol racial. Pero con igual desenlace.

La tarde mereci¨® la pena mientras los jugadores recordaron la consigna de ir a ganar. Cuando cambiaron de clavija y rememoraron las penurias que les han acompa?ado ¨²ltimamente el partido languideci¨® en un estado comatoso demasiado repetido en este final de campeonato. Adem¨¢s, para que ese instinto conservador prospere, los entrenadores se han preocupado de poblar sus alineaciones de esa figura llamada pivote, una especie en v¨ªas de expansi¨®n. Ayer hubo cinco, gracias sobre todo a Luis Fern¨¢ndez, que coloc¨® a tres. As¨ª, el juego termin¨® derivando en una cadena de malos pases e imprecisiones en tierra de nadie. En un partido en el que ni Mostovoi ni Karpin aparecieron (Joseba Etxeberria se convirti¨® en un recurso demasiado fugaz y aislado) s¨®lo pod¨ªa morir en la inanici¨®n del centrocampismo o salvarse con un gol de alg¨²n jugador al que verdaderamente le paguen para eso, como Urzaiz.