Una patria excluyente

Que Euskadi sea, veinte a?os despu¨¦s de aprobado el Estatuto de Gernika, la ¨²nica autonom¨ªa carente de un d¨ªa oficial de la comunidad, de un evento c¨ªvico o religioso en el que pueda reconocerse el conjunto de los ciudadanos, es un s¨ªntoma gr¨¢fico de la falta de consensos b¨¢sicos que se produce en otros ¨¢mbitos m¨¢s trascendentales. Como en el de la convivencia democr¨¢tica, que exige la exclusi¨®n de la violencia para defender aspiraciones pol¨ªticas.El rechazo frontal del mundo de ETA-HB a la v¨ªa estatutaria y la consideraci¨®n de ¨¦sta por parte del PNV m¨¢s ideologizado como estaci¨®n de paso hacia la independencia impidi¨® en su momento institucionalizar el 25 de octubre, fecha de aprobaci¨®n del estatuto en 1980, como la fiesta del Pa¨ªs Vasco. De este modo, el Aberri Eguna (D¨ªa de la Patria) no ha pasado de ser una celebraci¨®n exclusiva de las formaciones nacionalistas herederas de la doctrina de Sabino Arana. Ni siquiera el pasado a?o, con la unidad de acci¨®n suscrita en Estella para arropar la tregua de ETA y la efervescencia soberanista, fue posible una celebraci¨®n unitaria del PNV, EA y HB m¨¢s all¨¢ de la ret¨®rica inflamada y los actos conjuntos convocados ante los ayuntamientos por Udalbiltza, la asociaci¨®n de electos municipales de Euskal Herria surgida del Pacto de Lizarra, cuyo manifiesto renueva el discurso en favor de la "construcci¨®n nacional" y aboga por un "debate en ausencia de violencia e imposici¨®n".

Con mayor motivo no lo ha sido en la jornada de ayer, una vez que ETA, con sus asesinatos, ha hecho insoportable la colaboraci¨®n institucional con quienes no pueden rechazarlos. Pero la continuidad de la coacci¨®n terrorista contra quienes no comulgan con la "Naci¨®n Vasca" no es sino un impedimento f¨¢ctico para el proyecto nacionalista. Arzalluz dec¨ªa ayer en Bilbao que cuanto m¨¢s use las armas ETA, "m¨¢s obstaculizar¨¢ la pol¨ªtica nacionalista unida y retrasar¨¢ la fecha de nuestra independencia". El problema de fondo de aquel proyecto radica, como han advertido las voces m¨¢s l¨²cidas del nacionalismo, en que excluye a los no nacionalistas.

Se reivindica una "patria ¨²nica de todos los vascos", como hace el PNV en su ¨²ltimo manifiesto, pero sin dar participaci¨®n en su dise?o al 50% de los ciudadanos de Euskadi. A esa mitad que, seg¨²n las diferentes consultas electorales, no ve incompatible su identidad de vascos con la pertenencia a un Estado altamente descentralizado. Reconocer la pluralidad vasca y propugnar como ¨²nica soluci¨®n al "conflicto" la aceptaci¨®n del programa m¨¢ximo del nacionalismo es algo m¨¢s que una perversa contradicci¨®n. Como lo es rechazar la violencia y plantear como derechos negados al pueblo vasco aspiraciones tan alejadas de la realidad pol¨ªtica y social que invitan al uso de la coacci¨®n para modificarla.