Las razones del s¨ª FRANCESC DE CARRERAS

Como han subrayado todos los comentaristas en todos los medios de comunicaci¨®n, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar no hizo ni un gesto para captar el voto favorable de CiU y, sin embargo, Xavier Trias le dio el s¨ª. Es m¨¢s, el discurso de Aznar conten¨ªa algunas cargas de profundidad que, en tiempos nada lejanos, hubieran desatado una victimista campa?a en Catalu?a contra el nacionalismo espa?ol. Dos ejemplos. Primero, el prop¨®sito de que en los pr¨®ximos cuatro a?os todas las capitales de provincia espa?olas estar¨ªan a menos de cuatro horas de tren de Madrid no refleja, precisamente, una visi¨®n descentralizada del transporte p¨²blico en Espa?a, sino que responde a la misma mentalidad que planific¨®, en el siglo XIX, los transportes por ferrocarril y, en el siglo XX, la red de carreteras. Segundo, el anuncio de una Ley de Humanidades para "que se conozca nuestro pasado com¨²n" no es otra cosa que la repetici¨®n exacta de algo que escandaliz¨® hace un par de a?os a todos los sectores de opini¨®n liderados por CiU. Y, sin embargo, a pesar de todo ello, Xavier Trias le dio el s¨ª. ?Cu¨¢les pueden ser las razones de este total apoyo sin contrapartidas a pesar de que el discurso de Aznar hurgaba en viejas heridas que afectan a la identidad misma del pujolismo y penetran en los recovecos m¨¢s sensibles del actual nacionalismo catal¨¢n?El apoyo de CiU al PP es justificable a partir de tres datos: la aritm¨¦tica parlamentaria en Catalu?a, la debacle financiera de la Generalitat y los resultados electorales del ¨²ltimo a?o. Ciertamente, el apoyo para que Pujol pueda seguir como presidente puede lograrse igualmente con los votos de ERC, algo que desean muchos dirigentes y militantes de Converg¨¨ncia y algunos, muy pocos, de Uni¨®. Sin embargo, los malos resultados electorales conseguidos por la coalici¨®n nacionalista indicaron que una parte substancial de su electorado no estaba de acuerdo con el giro radical que significaron la nueva ley de Pol¨ªtica Ling¨¹¨ªstica, la alianza con el PNV expresada en la Declaraci¨®n de Barcelona y el simbolismo independentista concretado en la ley de selecciones deportivas catalanas. Pujol es un fundamentalista en las creencias pero un pragm¨¢tico en la actuaci¨®n pol¨ªtica y sabe perfectamente que su fuerza electoral proviene de la alianza entre un sector de nacionalistas convencidos, tanto de derechas como de izquierdas, a los que complac¨ªa este giro radical, y un sector social y pol¨ªticamente conservador de catalanistas moderados a los que este giro les incomodaba y asustaba. En este a?o electoral se ha ido convenciendo, a fuerza de perder votos, del descontento de este segundo sector. Hab¨ªa que corregir, pues, el rumbo, aun a costa de un desgaste por el costado nacionalista: rehacer el discurso d¨¢ndole un tono m¨¢s moderado, sanear las finanzas de la Generalitat y mejorar su obra de gobierno, que ya ha dado excesivas muestras de ineficacia y falta de imaginaci¨®n.

Sin embargo, al no poder utilizar la excusa de la gobernabilidad debido a la mayor¨ªa absoluta del PP en Madrid, se hac¨ªa necesario buscar alguna sinton¨ªa entre las peticiones electorales de CiU y las intenciones del futuro Gobierno. Alg¨²n gesto, aunque fuera vago e indeterminado, se esperaba del discurso de Aznar. Pero anteayer no se produjo nada de todo ello. Ni una concesi¨®n a las peticiones de Trias, sequedad total en la respuesta de Aznar: ¨²nicamente se ofrece cerrar el modelo auton¨®mico y mejorar los mecanismos de financiaci¨®n y de relaciones federales entre comunidades aut¨®nomas, todo ello, dentro de la filosof¨ªa del "caf¨¦ para todos". Y, sin embargo, Xavier Trias le dio el s¨ª.

Tanta docilidad por parte de CiU pone sobre el tapete un ¨²ltimo argumento para esta rendici¨®n incondicional: se trata del s¨ªndrome Kohl que, al parecer, est¨¢ afectando a Jordi Pujol. Quien m¨¢s claramente ha expresado esta idea ha sido el periodista del Avui Francesc-Marc ?lvaro, comentarista pol¨ªtico del entorno de Converg¨¨ncia y nada sospechoso de antipujolismo, sino de todo lo contrario. Lo expresaba en su habitual comentario semanal de El Mundo, el pasado 9 de abril, y se refer¨ªa, precisamente, a las dificultades para explicar las razones de votar positivamente en la sesi¨®n de investidura: "Pujol tiene fama de decidir siempre un minuto tarde. Esta vez el toro le ha cogido bien cogido. Adem¨¢s, se sabe que el asunto del final pol¨ªtico del canciller Kohl tiene muy obsesionado al dirigente de CiU. Tanto que puede haber hecho intersecci¨®n en la toma de una decisi¨®n en la que el argumento oficial es malo, pero el oculto ser¨ªa de peor digesti¨®n".

Las decisiones casi nunca tienen una sola causa. Normalmente se acumulan varias, aunque una de ellas suele ser la principal, la que da una explicaci¨®n global y ¨²ltima a la complejidad del conjunto. En los pr¨®ximos meses, la capacidad de "tragar bilis" de la direcci¨®n convergente ante las probables nuevas provocaciones del PP, las posiciones diferenciadas de Uni¨® que ya se han comenzado a manifestar, los nuevos descubrimientos en el affaire Pallarols, las distintas tomas de posici¨®n dentro de Converg¨¨ncia ante su congreso de octubre, entre otros detalles m¨¢s, nos pondr¨¢n sobre la pista de cu¨¢l ha sido la causa determinante -oficial u oculta- de la claudicante actitud de CiU en la investidura de Aznar. En todo caso, una nueva etapa parece abrirse en el seno de la coalici¨®n que gobierna en la Generalitat y tambi¨¦n, por supuesto, una nueva etapa se abre para la pol¨ªtica catalana.