Los veteranos prometen paz en Zimbabue, pero sin devolver las granjas
Es la segunda vez en ocho d¨ªas que el l¨ªder de la Asociaci¨®n de Veteranos, Chenjerai Hunzvi, Hitler, promete el final de la violencia. Tras el fracaso de la reuni¨®n de Londres, en la que el Reino Unido ofreci¨® 10.000 millones de pesetas para financiar la reforma agraria a cambio del fin de las ocupaciones en Zimbabue y la convocatoria de elecciones, el acuerdo con los granjeros anunciado ayer por Hunzvi parece un gesto m¨¢s en las t¨¢cticas dilatorias.
"Toda la violencia debe terminar. Los veteranos continuar¨¢n en las granjas, pero sin interferir con las actividades", dijo Hunzvi en Harare. La presi¨®n diplom¨¢tica sobre el r¨¦gimen de Mugabe es tremenda. El presidente surafricano, Thabo Mbeki, por ejemplo, ha elaborado un plan para solucionar la crisis, que es muy similar al anunciado por el Reino Unido el jueves y rechazado por Harare: financiaci¨®n de la compra de tierras a los granjeros blancos para su posterior reparto entre la poblaci¨®n negra, en un proceso que debe ser transparente; fin de las ocupaciones; reapertura de la l¨ªnea de cr¨¦ditos del FMI, y la celebraci¨®n de las elecciones legislativas libres.El plan de Mbeki, revelado en su edici¨®n de ayer por el diario de la oposici¨®n The Daily Mail, demuestra que, a pesar de las declaraciones p¨²blicas de apoyo a Mugabe en la reciente cumbre de las cataratas Victoria, los pa¨ªses de la zona buscan soluciones fuera de la publicidad de las declaraciones. El presidente de Mozambique, Joaquim Chissano, un aliado de Mugabe, dijo ayer: "Estamos trabajando en una soluci¨®n que satisfaga a todas las partes". No es lo que dijo en las cataratas Victoria.
Mbeki ha cancelado la visita de Estado a Zimbabue, prevista para la pr¨®xima semana, porque podr¨ªa interpretarse como un respaldo sin condiciones al presidente Mugabe. Mbeki, que tiene un problema similar que no ha sido resuelto despu¨¦s del apartheid, debe ser cuidadoso, pues la opini¨®n p¨²blica surafricana ve con simpat¨ªa la cruzada emprendida por Mugabe.
Hace ocho d¨ªas, cuando Hitler prometi¨® el final de las ocupaciones de granjas, ¨¦stas se multiplicaron. Junto a los veteranos participan ahora las juventudes de la Uni¨®n Nacional Africana de Zimbabue (ZANU-PF), el partido de Robert Mugabe. La campa?a tiene como objetivo real la intimidaci¨®n de los militantes del Movimiento para el Cambio Democr¨¢tico (MCD), la oposici¨®n democr¨¢tica que nace de los sindicatos que promovieron las huelgas de 1997. La violencia se ha reducido en las haciendas concentr¨¢ndose en el MCD y no en los colonos blancos, como en los primeros d¨ªas. El acuerdo de ayer puede estar m¨¢s en la l¨ªnea de evitar los ataques incontrolados que de iniciar una retirada de las tierras conquistadas a la fuerza. ?sta es una orden que, desde el punto de vista electoral, Mugabe no puede afrontar.
Las condiciones que impulsaron esta campa?a se mantienen, seg¨²n los analistas locales. No parece probable, dicen, que las ocupaciones concluyan antes de que el presidente Mugabe anuncie la fecha de las elecciones. Primero se habl¨® de abril; despu¨¦s, de mayo, y ahora ya ni quiera se habla. El Parlamento fue disuelto en abril por Mugabe y el ¨²nico contrapeso constitucional activo es el Tribunal Supremo, al que el Gobierno y sus veteranos ignoran constantemente.
Los m¨¢rgenes de juego para Mugabe y los granjeros no son amplios. El primero se asienta sobre una situaci¨®n econ¨®mica explosiva y las amenazas de sanciones internacionales, que ser¨ªan la puntilla; los segundos no pueden obtener el m¨¢ximo rendimiento de sus granjas mientras que los tipos de inter¨¦s de sus cr¨¦ditos superan el 60%. No parece, sin embargo, que la crisis se resuelva antes de la celebraci¨®n de las elecciones legislativas para un Parlamento de 150 miembros, de los cuales 30 son de designaci¨®n presidencial.Cada vez parece m¨¢s lejana la hip¨®tesis de una victoria electoral de la oposici¨®n, cuya fuerza se limita a las ciudades. En el momento en que Mugabe se convenza de su victoria inapelable, habr¨¢ comicios. Por ahora dispone de la fuerza de los veteranos, de la televisi¨®n p¨²blica, de varios peri¨®dicos, de la radio y de la polic¨ªa, que el jueves se reserv¨® el derecho legal a autorizar los m¨ªtines (de la oposici¨®n, se entiende) en aras de la seguridad p¨²blica.
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