Manuela Vargas, por derecho
La gala del pasado s¨¢bado en el teatro Alb¨¦niz de Madrid no tuvo acentos reivindicativos, se mostr¨® normalita en los terrenos de la calidad y mostr¨® sus momentos m¨¢s emotivos en la danza cl¨¢sica espa?ola y en el homenaje a Manuela Vargas, uno de los sellos m¨¢s caracter¨ªsticos, personales y potentes del baile flamenco de las ¨²ltimas d¨¦cadas. Manuela Vargas subi¨® a escena como siempre, elegante, ir¨®nica y resalt¨® que, premios muchos, pero ¨¦ste era el primer homenaje que le daban en toda su carrera. Es inolvidable su Medea tanto como su Mirabr¨¢s y su se?era bata de cola amarilla, desafiando los malos hados a base de una pat¨¢ que ya es leyenda.
En la primera parte bailaron la compa?¨ªa Losdedae un fragmento de Vergine, ¨²ltima coreograf¨ªa de Chevy Muraday con fuerte acento en el sonido techno; una versi¨®n escolar de Aguas primaverales, de Messerer, interpretada con arrojo por Mar¨ªa Guti¨¦rrez y Eugeni Uzlencov; del ballet de la Comunidad de Madrid Ana Noya y Carlos Pinillos abordaron el pas de deux del segundo acto de Giselle y cerraron con un tr¨ªo del Scapino de Rotterdam creado por Inma Rubio, muy ligado a la globalizaci¨®n de corte Forsythe, a esos modos de deconstrucci¨®n que se localizan como citas extempor¨¢neas en la cor¨¦utica actual.
Merche Esmeralda
En la segunda parte vimos a Merche Esmeralda, siempre en su cuerda tan expresiva bailando a su propio son, cantando una nana, grata sorpresa y modalidad antigua en desuso que hizo pensar en Rosario; despu¨¦s, el joven Saulo Garrido hizo El paseo de los tristes, creado por Paco Morales, donde el int¨¦rprete luci¨® estampa y dotes para el rango solista.
La compa?¨ªa catalana Increpaci¨®n hizo un detalle de Annus domini, ¨²ltima obra de Montse S¨¢nchez y Ram¨®n Baeza que se acerca a la liturgia paleocristiana y donde su rasgo de m¨¢s inter¨¦s es el uso novedoso e investigativo de los palillos.
Los dos n¨²meros del final reservaron lo m¨¢s emocionante. Mayte Bajo hizo de Azabache y plata un solo virtuoso; ella se mostr¨® espl¨¦ndidamente vestida por Choni Mart¨ªn y dando un verdadero recital de palillos y frases ligadas. Su baile es singular y amplio, con esencias de antigua escuela (una joya as¨ª deb¨ªa estar en las filas de la compa?¨ªa titular espa?ola: su perfil no abunda).
Cerraron la velada Rafaela Carrasco y Rafael Amargo con un d¨²o que es parte y adelanto de su pr¨®ximo estreno. Ellos hacen un baile flamenco novedoso a la vez que racial, dan credibilidad a sus emociones y as¨ª los capt¨® el p¨²blico.
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