Pantomima en el S¨¢nchez Pizju¨¢n Un indolente Sevilla deja ganar al Oviedo en un partido vergonzoso

El Sevilla no s¨®lo perdi¨® ayer el partido contra el Oviedo y consum¨® su descenso a Segunda Divisi¨®n. El esperpento que protagonizaron ayer sus jugadores en el estadio S¨¢nchez Pizju¨¢n ensucia la m¨ªnima esencia del deporte. Con la indolencia m¨¢s descarada dejaron ganar al Oviedo, un equipo que no hab¨ªa conseguido un triunfo fuera de casa hac¨ªa 14 meses. Y lo que es peor, los futbolistas convirtieron el encuentro en un insulto que la hinchada sevillista agradeci¨®, y todo por ver bajar al Betis, que por s¨ª solo se encontraba con la debacle ante el Mallorca. Si los aficionados pretend¨ªan ponerse al mismo nivel de los hinchas del equipo verdiblanco que hace tres temporadas hicieron un rid¨ªculo espantoso en una situaci¨®n similar en un choque contra el Sporting, lo han conseguido.Al descarado comportamiento de los sevillistas respondi¨® el Oviedo con una falta de punter¨ªa que lleg¨® a la groser¨ªa. La defensa del Sevilla no hizo otra cosa que despistarse y el Oviedo concatenar hasta 12 fallos clamorosos que desesperaron a la parroquia sevillana. Uno tras otro, Dely Valdes hasta cuatro veces, Rub¨¦n (tres), Pompei (dos) y Nadj demostraron por qu¨¦ su equipo se encontraba en una situaci¨®n desesperada. Un remate de Nadj al larguero exasper¨® tanto a los hinchas sevillistas que empezaron a corear: "Oviedo, qu¨¦ malo eres". El meta sevillista Olsen dio una lecci¨®n de profesionalidad a sus compa?eros e hizo lo que pudo. Por fin, para la afici¨®n del Sevilla que lo jale¨® como propio, lleg¨® el primer gol del Oviedo de las botas de Paulo Bento. Un regalo de la ?defensa? sevillista.

El Sevilla por su parte daba lecciones magistrales de juego horizontal, la ant¨ªtesis del ataque. Cuatro tiros durante la primera parte y todos desde fuera del ¨¢rea. Con Juan Carlos en una posici¨®n antinatural, la banda derecha. Con unos delanteros tan pobres como Loren y Otero y unos organizadores tan mediocres como Juric y Francisco, y sin Tsartas. Una defensa que ayer hizo aguas -Marchena, Nando y Quevedo- . Con este equipo, quiz¨¢s la tragicomedia de ayer no hac¨ªa falta interpretarla con tanta desmesura. Afortunadamente, Luis Aragon¨¦s, sancionado, no vio desde el banquillo a su antiguo equipo dar tan lamentable espect¨¢culo. De todas maneras, ?c¨®mo atacar?, si cada vez que el Sevilla hac¨ªa el intento su propia afici¨®n le pitaba.

La segunda parte empez¨® con retraso. Olsen se indispuso repentinamente. Oficialmente el portero noruego ten¨ªa fiebre antes del partido, pero la enfermedad no impidi¨® que fuera titular. Por fortuna hay credibilidad en tanto lodo. En un primer momento pareci¨® que el Sevilla despertaba, que la primera parte s¨®lo hab¨ªa sido una mala pesadilla. Juan Carlos trataba de llegar hasta la porter¨ªa contraria desde atr¨¢s y con pocos apoyos. El Oviedo decidi¨® aguantar e intentarlo al contraataque. Cedi¨® la posesi¨®n del bal¨®n al Sevilla. Sabia elecci¨®n: los sevillistas no s¨®lo no pod¨ªan traspasar la barrera de jugadores oviedistas sino que no quer¨ªan.

En dos ataques el Oviedo convirti¨® una nimia victoria en un paliza obscena. En las gradas sorprendentemente hab¨ªa fiesta. Se cantaban los goles del Mallorca. Se hac¨ªa la ola mientras el Sevilla era vapuleado con el consentimiento de algunos de sus jugadores por un equipo de medio pelo.

Entonces a los jugadores del Sevilla les dio por el honor. Una cosa es perder por un gol y otra que el resultado demuestre que los de Aragon¨¦s se han paseado por el S¨¢nchez Pizju¨¢n. Y aqu¨ª lleg¨® la mayor provocaci¨®n. El Sevilla sin despeinarse le endos¨® dos goles al Oviedo en tres minutos. Jesuli no sali¨®, ni Zalayeta. No hab¨ªa que ganar. V¨ªctor demostr¨® su rabia por la impotencia premeditada con un tiro desde fuera del ¨¢rea. El partido termin¨®. La hinchada aplaudi¨®. ?Por qu¨¦? Si el Sevilla se va a Segunda. La guinda a una temporada para olvidar.