Los editores espa?oles luchan en Buenos Aires por el precio fijo y la libre circulaci¨®n del libro Arrancan las sesiones del 26? Congreso de la Uni¨®n Internacional con 700 participantes

ENVIADO ESPECIALEl precio fijo, la libre circulaci¨®n del libro y el fomento de la lectura. ?sos van a ser tres de los caballos de batalla que la amplia delegaci¨®n espa?ola va a tratar de elevar a conclusiones en el 26? Congreso de la Uni¨®n Internacional de Editores, que arranc¨® ayer con la participaci¨®n de unos 700 profesionales de todo el mundo. La primera jornada fue una aproximaci¨®n a las preocupaciones generales, que sintetiz¨® la argentina Ana Mar¨ªa Cabanellas, presidenta del comit¨¦ ejecutivo, al pedir para su pa¨ªs el mantenimiento del precio fijo y una nueva Ley del Libro, al estilo de la que invent¨® el ministro franc¨¦s Jack Lang, que devuelva a Argentina el poder editorial que tuvo un d¨ªa.

M¨¢s o menos esa misma ley es la que va a defender la Federaci¨®n de Gremios de Editores de Espa?a, que tiene listo un documento con seis puntos, que defiende la liberalizaci¨®n racional, tecnol¨®gica y progresista del sector. Estas sugerencias fueron consensuadas en la ¨²ltima junta de la Federaci¨®n, una entidad que dirige con mano firme Antonio ?vila y que fue creada por Pancho Gonz¨¢lez en 1979. Agrupa a unas 700 editoriales espa?olas, re¨²ne el 85% de la producci¨®n libresca y se divide en ocho agrupaciones regionales y una sectorial (la de los libros de texto).La Federaci¨®n, que trata de mantener el peliagudo equilibrio de intereses Madrid-Barcelona mientras pone de acuerdo a los seis grandes grupos (Anaya, SM, Santillana, Planeta, Oc¨¦ano y Plaza-Bertelsmann) con las editoriales peque?as, es hoy, adem¨¢s de una mera asociaci¨®n de exportadores de libros (el 40% del negocio editorial espa?ol est¨¢ en Latinoam¨¦rica), el lobby editorial espa?ol por antonomasia y uno de los m¨¢s influyentes del mundo. De ah¨ª, justamente, la importancia de sus sugerencias, que ser¨¢n elevadas al comit¨¦ de conclusiones el mi¨¦rcoles, donde hay tres representantes espa?oles y uno argentino.

En el primer punto, los editores espa?oles piden que Iberoam¨¦rica facilite las condiciones para consolidar un espacio cultural sin barreras arancelarias o impositivas, por el que circulen libremente los libros, en todos los soportes posibles, y las ideas. La propuesta, de la que es adalid hace ya muchos a?os el ex presidente colombiano Belisario Betancur, trata de rebajar la voracidad recaudatoria de pa¨ªses como Per¨² o Chile, que gravan la importaci¨®n de libros y otros bienes culturales con impuestos que oscilan entre el 12% (Per¨²) y el 18% (Chile).

Derechos de los autores

El segundo apartado es m¨¢s universal. Hace referencia a la necesidad de proteger firmemente la propiedad intelectual frente a las editoriales piratas y la reprograf¨ªa ilegal. El documento sugiere que las legislaciones nacionales deben incorporar los nuevos criterios tecnol¨®gicos a las normas que rigen la propiedad intelectual y considerar los derechos de autor (y su compraventa) derivados de las nuevas tecnolog¨ªas un elemento clave del intercambio comercial. Adem¨¢s, exige que se actualice el concepto de libro, ampliando su definici¨®n con la de nuevos soportes, como disquetes y CD Rom.

El tercer punto pide a los gobiernos una condena expl¨ªcita de "la lacra de la pirater¨ªa", que, seg¨²n la Federaci¨®n, supone "competencia desleal, fraude fiscal y violaci¨®n de los derechos de los autores". Pero tal vez la gran preocupaci¨®n de los editores espa?oles se esconde en el cuarto punto: la lucha por mantener el precio fijo de los libros, vieja costumbre en pa¨ªses como Alemania, y en Espa?a aprobado por ley en 1975, aunque el texto dejaba exentas del precio fijo a excepciones que suponen hasta un 60% de los libros editados.

Seg¨²n Antonio ?vila, la figura del precio fijo ha permitido en Espa?a "la creaci¨®n de una red editorial y librera muy plural, igualitaria y extensa", y su desaparici¨®n ser¨ªa un drama: "Es una restricci¨®n vertical de la competencia, pero, curiosamente, mejora la competencia: defiende la pluralidad y la riqueza cultural, permite competir mejor a los peque?os y medianos libreros y salva al libro de una demanda puramente economicista y de una oferta puramente visceral".

El precio fijo consiste, b¨¢sicamente, en que es el editor quien fija el precio ¨²nico de sus libros para la venta al p¨²blico en todo el territorio nacional, lo que impide a los libreros subirlo o bajarlo seg¨²n su conveniencia. Contra esta medida unilateral se han elevado voces ultraliberales como la de Pedro Schwartz, que desde el Instituto de Libre Comercio ha pedido repetidamente su desaparici¨®n. Seg¨²n ?vila, Schwartz habla en nombre de las grandes cadenas de hipermercados francesas, "que s¨®lo quieren atrapar el mercado de los libros de texto bajando los precios a su antojo como reclamo de lo que de verdad da dinero en septiembre a la vuelta del cole: la ropa, los zapatos y las mochilas de los ni?os".

Una armada potente y vers¨¢til

Entre los 700 editores y profesionales que se han dado cita en Buenos Aires para repasar el presente y decidir el futuro de la edici¨®n mundial destaca una muy nutrida representaci¨®n espa?ola, en la que hay de todo: desde los grandes grupos multinacionales hasta los peque?os representantes de sectores especializados, como el arte o el libro infantil y juvenil; editoriales de ensayo y pensamiento, grandes colecciones de narrativa, jur¨ªdicos, de historia y raros, casi todo est¨¢ cubierto.

Ayer, en la apertura del congreso, unos y otros se saludaban en un clima de optimismo generalizado, quiz¨¢ motivado por la impresi¨®n de que el peso de la edici¨®n en espa?ol va creciendo cada d¨ªa m¨¢s. Un ejemplo es la presencia en la mesa de constituci¨®n de las sesiones de trabajo de Pere Vicens, de Vicens Vives, que, cuando acaben las jornadas, el pr¨®ximo mi¨¦rcoles, empezar¨¢ a ejercer como nuevo presidente de la Uni¨®n Internacional de Editores (UIE), entidad que organiza y convoca estas sesiones en su 26? edici¨®n.

Vicens, hasta ahora vicepresidente para congresos de la UIE, fue elegido como m¨¢ximo responsable de la Uni¨®n en la ¨²ltima feria de Francfort. Junto a ¨¦l se sent¨® a la mesa inaugural la argentina Ana Mar¨ªa Cabanellas, editora de Heliasta y Claridad y adem¨¢s buena amiga de los editores espa?oles, presidenta del comit¨¦ ejecutivo de la UIE y nueva responsable (desde el pasado s¨¢bado) del Grupo Interamericano de Editores (GIE).

Figuras clave

Los corrillos y los pasillos, sitios donde se discuten las ponencias y se fraguan posibles acuerdos, eran un hervidero de rostros clave de la edici¨®n internacional. Por aqu¨ª andan personajes como Manfred Grebe, gran jefe de Bertelsmann, que hablar¨¢ hoy de fusiones y adquisiciones con, entre otros, Alberto Vitale, de la firma Random House, de EE UU, y Jos¨¦ Manuel G¨®mez, presidente de Anaya; Jorge Herralde, el fact¨®tum de Anagrama, que participa en una mesa sobre editoriales independientes ante la globalizaci¨®n, o Francisco P¨¦rez Gonz¨¢lez (Tim¨®n), que se encontrar¨¢ hoy en una mesa con Jaime Brull (Revista Delibros) y otros para hablar de capacitaci¨®n y entrenamiento profesional.

Tambi¨¦n est¨¢n, y algunos de ellos tienen mucho que decir en los 30 paneles que se van a celebrar, Ferm¨ªn Vargas (Anaya), Josep Llu¨ªs Monreal (editor de Oc¨¦ano y presidente de la Federaci¨®n de Editores de Espa?a), Isabel de Polanco, Juan Gonz¨¢lez y Emiliano Mart¨ªnez (Santillana), Francisco del Carril (Emec¨¦), Juan de Isasa y Antonio Mar¨ªa de ?vila (SM), Leopoldo Blume (Lumen), Silvia Castrill¨®n (Fundalectura Colombia), Daniel Goldin (FCE, M¨¦xico)...

Pero hasta Buenos Aires han llegado tambi¨¦n nombres menos conocidos, pero igualmente cruciales para el libro, entregados con pasi¨®n a su trabajo, que tambi¨¦n aprovechan el congreso y la feria para comprar y vender derechos, cerrar acuerdos o buscar nuevos valores.

500 personas a la espera de autor

Iberia logr¨® el milagro: presentaci¨®n de un libro, pero sin su autor. Eso ha pasado en Buenos Aires con la nueva novela de Juan Luis Cebri¨¢n, La agon¨ªa del drag¨®n, que fue presentada el s¨¢bado por el embajador espa?ol en Argentina ante unas 500 personas, que esperaron largamente y en vano la llegada del autor a la Feria del Libro. Cebri¨¢n no pudo llegar a tiempo porque el vuelo IB 6841 no aterriz¨® en Buenos Aires, sino en S?o Paulo. Cuando faltaba una hora y media de vuelo, el comandante island¨¦s que lo pilotaba decidi¨® dar media vuelta para dormir.

As¨ª y todo, la presentaci¨®n de esta primera entrega de la trilog¨ªa sobre la transici¨®n que planea el acad¨¦mico result¨® una magn¨ªfica muestra del inter¨¦s que despierta en Argentina todo lo espa?ol. Medio millar de personas y much¨ªsimas preguntas rodearon el di¨¢logo que mantuvieron sobre los ¨²ltimos d¨ªas del franquismo el embajador, Carlos Carderera; el escritor Rodolfo Rabanal, y el consejero de Educaci¨®n de la Embajada, Pedro Caselles.

Esta noche ser¨¢ el turno de Mario Vargas Llosa, que ya est¨¢ aqu¨ª, y La fiesta del Chivo. Otra novela antidictaduras para abrir una ¨²ltima semana de feria llena de atractivos: por aqu¨ª andan tambi¨¦n Antonio Sk¨¢rmeta y Ernesto S¨¢bato, que cerrar¨¢ el s¨¢bado las presentaciones de autores que no sufren con Iberia.