Los papeles de ETA
Los encargados de la imagen de ETA han cometido un error de dise?o al difundir su versi¨®n de los contactos con el Gobierno un d¨ªa despu¨¦s de haber reconocido que la tregua que los hizo posibles era una trampa. Es imposible leer las actas de la reuni¨®n suiza de mayo de 1999 y los argumentos ahora utilizados para justificar la ruptura de las conversaciones sin tomar en consideraci¨®n que la propia ETA ha admitido que el objetivo de todo el montaje no era la paz, sino chantajear al nacionalismo democr¨¢tico.A la vista de las actas de ETA, no parece que los representantes del Gobierno dijeran en privado cosas diferentes a las que han venido diciendo en p¨²blico. Dejaron claro que ni ellos, ni siquiera el presidente del Gobierno, pod¨ªan adoptar decisiones que afectasen a cuestiones como la autodeterminaci¨®n, la situaci¨®n de Navarra o la reforma de la Constituci¨®n. Pero que el Gobierno no impedir¨¢ un debate sobre esos u otros puntos. En otras palabras, que las aspiraciones de los independentistas son planteables, pero con respeto a las reglas del juego democr¨¢ticas: lo mismo que dijo Aznar hace una semana en su respuesta a Anasagasti. Esa firmeza no es incompatible con una actitud respetuosa: no van a convencer a ETA, a obligarle a renunciar a sus convicciones, sino a ver si hay posibilidades de convertir la tregua en definitiva.
A la vista de lo que estaba en juego, el motivo invocado por ETA para romper los contactos parece de poco peso: que se hab¨ªa acordado que la noticia de la reuni¨®n la diera ETA y la confirmara el Gobierno, y ocurri¨® al rev¨¦s. Pero en las propias actas se refleja que no era una cuesti¨®n importante e incluso, en un momento dado, el portavoz etarra sugiere que se haga conjuntamente. La filtraci¨®n de la participaci¨®n del obispo Uriarte fue una torpeza, pero tampoco es motivo para romper. M¨¢s veros¨ªmil es pensar que ETA ten¨ªa dudas sobre la utilidad de volver al planteamiento del di¨¢logo con el Gobierno, y esa primera cita le convenci¨® de que por ese camino iba a sacar poco. El tema de los presos ni siquiera es invocado, pese a una insinuaci¨®n de Uriarte que daba pie a ello.
Los papeles suscitan una duda y una certeza. No es seguro que fuera prudente la iniciativa de Aznar de ofrecer di¨¢logo una vez que ETA hab¨ªa desistido del planteamiento negociador. Es, en cambio, evidente que era ETA la que no quer¨ªa ninguna salida que implicase su retirada de escena. A la vista de lo que ETA misma ha revelado, s¨®lo desde la ceguera o la mala fe cabe seguir invocando el supuesto inmovilismo del Gobierno para mantenerse (a cubierto) en la equidistancia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.