Un salto cualitativo en la inversi¨®n en I+D
El ciclo de bonanza econ¨®mica continuado del que gozan los Estados Unidos de Am¨¦rica se debe en gran medida a la apuesta de aquella sociedad por la inversi¨®n en investigaci¨®n y desarrollo (I+D). En nuestro entorno geogr¨¢fico, semejante afirmaci¨®n puede hacerse de pa¨ªses como Irlanda o Finlandia, que han alcanzado recientemente cotas de desarrollo espectaculares. En efecto, la econom¨ªa de los pa¨ªses desarrollados depende cada vez m¨¢s de la inversi¨®n en I+D.La figura adjunta muestra, volviendo a los EE UU, que la inversi¨®n en I+D, una vez descontada la inflaci¨®n, se ha mantenido constante, con ciertos altibajos, dependiendo de factores socioecon¨®micos, por encima del 2,5% del PIB [Producto Interior Bruto] desde 1960. Pero el otro dato importante, quiz¨¢s fundamental, que tambi¨¦n muestra la figura, es el espectacular crecimiento de la inversi¨®n en I+D desde mitad de los cincuenta hasta mitad de los sesenta.
La clave de que los EE UU sean hoy d¨ªa una potencia econ¨®mica, cient¨ªfica y tecnol¨®gica est¨¢ en la apuesta decidida por elevar sustancialmente el entonces (a?os cincuenta) existente nivel de inversi¨®n en ciencia y tecnolog¨ªa. A ello se une el mantenimiento de esta inversi¨®n en niveles pr¨¢cticamente constantes durante los ¨²ltimos 30 a?os. Sin embargo, sin el salto cualitativo de los cincuenta, posiblemente no se hubieran alcanzado los valores actuales. Tanto m¨¢s cuanto la econom¨ªa de los EE UU ha estado sujeta a un elevado d¨¦ficit presupuestario, del que s¨®lo ahora est¨¢ empezando a salir.
La etapa inversora de los cincuenta y sesenta fue provocada en los EE UU por la guerra fr¨ªa y espoleada por la inicial supremac¨ªa sovi¨¦tica en el espacio. La reacci¨®n no se hizo esperar y, si bien estuvo liderada por la inversi¨®n en defensa, la estrategia adoptada fue un ejemplo de visi¨®n de futuro, tanto en el ¨¢mbito de las universidades como en el de la industria civil y militar, para dar respuesta a una serie de problemas tecnol¨®gicos acuciantes. Estos problemas fueron claramente definidos y de ellos surgi¨® la necesidad de desarrollar una serie de ¨¢reas espec¨ªficas, como, por ejemplo, sensores y c¨¢maras para la observaci¨®n remota, el desarrollo del espacio para la observaci¨®n de la Tierra (militar en un principio y para usos civiles muy poco despu¨¦s), el estudio de la f¨ªsica de materiales, y en especial de los semiconductores y sus aplicaciones en electr¨®nica, y la f¨ªsica nuclear y de altas energ¨ªas. Las universidades llevaron la mayor parte de la investigaci¨®n b¨¢sica; los laboratorios del Gobierno y la industria se encargaron de la investigaci¨®n aplicada, pero la clave fue que el trabajo se llev¨® a cabo de modo coordinado; la Universidad, supliendo las carencias de conocimiento b¨¢sico de la industria, y ¨¦sta, resolviendo los problemas tecnol¨®gicos y reclamando de la Universidad soluciones a nuevos interrogantes de la f¨ªsica fundamental y de otras ramas de la ciencia.?Qu¨¦ podemos hacer en nuestro pa¨ªs? Espa?a, que goza en la actualidad de una situaci¨®n econ¨®mica relativamente buena, est¨¢ en un momento clave para dar un empuj¨®n significativo a su sistema de ciencia y tecnolog¨ªa. No necesitamos guerra fr¨ªa. Necesitamos s¨®lo la visi¨®n y el arrojo para entender que el empuj¨®n que Espa?a necesita para dar este salto cualitativo y convertirse en una sociedad m¨¢s culta, una econom¨ªa m¨¢s competitiva, m¨¢s l¨ªder en la Uni¨®n Europea, est¨¢ en la apuesta decidida por elevar dr¨¢sticamente el nivel de inversi¨®n en I+D. Todo acompa?ado por un programa con visi¨®n de futuro en el que se impliquen coordinadamente la Universidad, los centros de investigaci¨®n y, fundamentalmente, la industria; todo ello con plena referencia al modelo de sociedad avanzada que se quiere construir. Creo que cualquier otra aproximaci¨®n con tendencias m¨¢s o menos constantes a incrementar el nivel de inversi¨®n en I+D nunca dar¨¢ el resultado que se quiere. La apuesta ha de ser decisiva. El salto ha de ser cualitativo.
Jos¨¦ M. Rodr¨ªguez Espinosa es investigador del Instituto de Astrof¨ªsica de Canarias (espinosa@ll.iac.es).
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