Rotllo i canya
El agua era el manantial de la vida. No se jugaba a trasvases para especular con horizontes adosados o verticales apartamentos como, ahora, hacen los que mandan, que, ciegos, donde ven terrenos, ven un solar. Sin agua era el hambre, la miseria, la muerte. Con el agua resucitaba la tierra; hasta el devastador diluvio universal se ten¨ªa por el renacimiento c¨®smico de una nueva humanidad. Y, cuando la natura se renueva en mayo -"?bienvenido sea, regando ca?adas, casando doncellas!"- el agua es imprescindible -Aigua de maig, pa per a tot l'any- y recibe culto.La lluvia -Aigua de maig, el b¨¦ desitjat- invoca con magia simp¨¢tica -se compran botijos- el r¨ªo de peregrinos de la ciudad de Alacant a la Santa Fa?, que camina con benditas ca?as, signo de humedad -hoy en la catedral italiana de Ancona se reparten manojos de acuosos juncos de san Cir¨ªaco-, y romero ("roc¨ªo de mar"), consagrando a las diosas lunares que engendran las lluvias y ahuyentan malos esp¨ªritus; el rotllo que se reparte proteg¨ªa los sembrados.
Y, el agua fue el origen del santuario, en el siglo XV de los Borja, que ayudaron a consolidar el cenobio; la nuera del Papa facilit¨® las siete primeras clarisas, desde Gandia. En la Cuaresma de 1489 una romer¨ªa -como la Magdalena de Castell¨®- con una copia de la vaticana Ver¨®nica -Vero-eikon, verdadera imagen- se vio sorprendida por prodigiosos lloros del lienzo, nubes como el icono, arco iris en forma de cruz y el encargo de un monasterio a la Fa?; hubo en Roma una pr¨®spera industria del souvenir que fabric¨® los santos rostros de Ja¨¦n, Mallorca, Llutxent... Pero el lienzo de Alacant protege del mal, la sequ¨ªa -Fa? divina, miseric¨°rdia!- y la p¨¦rdida de identidad: Ver¨°nica compassiva, eixuga aquell front sagrat, de la sang, pols i saliva amb que l'han profanat.
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