Tijeretazo

El debate del mi¨¦rcoles en las Cortes Valencianas fue de los que explican para qu¨¦ sirve la pol¨ªtica. El Grupo Parlamentario Popular consigui¨® que se aprobara una resoluci¨®n por la que se insta al Gobierno de Eduardo Zaplana a "seguir trabajando" en la lucha contra los malos tratos a mujeres para poder "erradicarla". Sin embargo, el PP se neg¨® a aceptar las enmiendas presentadas por la oposici¨®n reclamando consignaci¨®n econ¨®mica e infraestructuras para garantizar la seguridad de las mujeres que se atreven a denunciar los malos tratos. Los socialistas ped¨ªan que se dedicara a este fin una partida de 175 millones de pesetas. Carmen Ninet, diputada socialista, denunci¨® que el PP s¨®lo ha destinado ocho millones a la lucha contra la violencia de g¨¦nero. Pero no, a pesar de los 1.584 de agresiones a mujeres de los que habl¨® la parlamentaria popular Macarena Montesinos, ni un duro m¨¢s para intentar paliar el problema. Una simple comparaci¨®n de esas cifras con los gastos destinados a subvencionar a Julio Iglesias y otros saraos servir¨ªa para sacarle los colores al m¨¢s pintado, pero se ve que el cemento armado con el que algunos blindan su rostro y el presupuesto es inalterable al m¨¢s m¨ªnimo sentimiento de humanidad.Con todo, el debate del mi¨¦rcoles en las Cortes Valencianas tiene, por lo menos, la virtud de clarificar las cosas. Porque lo m¨¢s grave no es que se niegue el dinero para asuntos sociales, sino que se diga que se destinan unas partidas en los presupuestos y luego se modifiquen. Y as¨ª de 2.587 millones de pesetas que el presupuesto de la Generalitat Valenciana destin¨® en 1999 para inversiones en centros de servicios sociales, se dejaron sin ejecutar 1.097 millones. Es decir, que por la v¨ªa de los hechos esta partida presupuestaria sufri¨® un recorte del 42%, seg¨²n denunci¨® hace unas semanas la oposici¨®n tras un estudio de la documentaci¨®n contable aportada por la Consejer¨ªa de Hacienda al cierre del ejercicio.

La frialdad de las cifras no puede ocultarnos los rostros de las personas a las que afecta la cirug¨ªa presupuestaria. Los centros para enfermos mentales sufrieron un tijeretazo de 169 millones; los de menores, de 203 millones; los de discapacitados, de 178 millones; las residencias p¨²blicas para ancianos de 125 millones; y de los 311 millones de pesetas destinados al equipamiento de los centros sociales sociales, s¨®lo se invirtieron 5,7 millones, por lo que el recorte de esta partida super¨® el 98%.

Los presupuestos son un pacto entre la ciudadan¨ªa que paga los impuestos y el Gobierno elegido para administrarlos. Cuando un gobierno incumple gravemente ese pacto, est¨¢ socavando la esencia del estado democr¨¢tico de derecho. En sus clases de derecho constitucional, Joaqu¨ªn Tom¨¢s Villarroya ense?aba a sus alumnos que el presupuesto es la expresi¨®n contable de la pol¨ªtica de un pa¨ªs. Por eso el debate presupuestario es el debate pol¨ªtico por excelencia.

A diferencia de lo que pasaba en la Edad Media, en que las promesas del mandam¨¢s de turno a sus s¨²bditos consist¨ªan en liberarles de los infieles o de otros fantasmas colectivos, desde el Renacimiento las promesas pol¨ªticas se contabilizan en dineros. Sin embargo, aqu¨ª y ahora parece que Zaplana prefiere volver a aquel tiempo y a aquel tipo de pol¨ªtica. Eliseu Climent cumple el papel de infiel y el catalanismo, el de fantasma a liquidar. Es un debate en el que el president se encuentra c¨®modo. Lo de los presupuestos y su ejecuci¨®n es otro cantar.