Chirac estudia la reducci¨®n del mandato presidencial de siete a cinco a?os

Jacques Chirac ha terminado por arrojar la toalla. La reivindicaci¨®n que pretende un mandato presidencial m¨¢ximo de cinco a?os, y no de siete como hasta ahora, ha dejado de ser un asunto recurrente, destinado a alimentar las pol¨¦micas de sal¨®n. Por primera vez en 20 a?os, el quinquenato presidencial tiene visos de hacerse realidad. Francia pondr¨¢ coto seguramente el a?o pr¨®ximo a ese su particular sistema de cohabitaci¨®n forzosa en el que un presidente y un primer ministro de signos pol¨ªticos opuestos est¨¢n obligados a enmascarar y a destapar simult¨¢neamente sus diferencias y tambi¨¦n, en ocasiones, a tejer y destejer sus enemistades y odios personales. Con 70 a?os cumplidos en 2002, fecha de las pr¨®ximas elecciones presidenciales, Jacques Chirac no puede aspirar a ser reelegido por siete a?os m¨¢s, frente a un candidato, Lionel Jospin, que enarbola la bandera de la modernidad y la reforma de la vida pol¨ªtica francesa. Aunque nada puede impedir que los electores elijan a un presidente y a un primer ministro de partidos distintos, el quinquenato debe facilitar, en buena l¨®gica, lo contrario, puesto que los comicios presidenciales y legislativos se celebrar¨ªan casi a la vez, en el intervalo de unas semanas. Los dos a?os de diferencia actualmente existentes entre una y otra elecci¨®n fomentan que el voto de castigo contraponga al presidente con el primer ministro.

La presi¨®n ven¨ªa increment¨¢ndose, desde luego, en los ¨²ltimos tiempos, pero ha sido el ex presidente Val¨¦ry Giscard d'Estaing, viejo enemigo de Chirac, el que ha dado el ¨²ltimo empuj¨®n eligiendo, como acostumbra, el momento y el terreno precisos. El mi¨¦rcoles deposit¨® en la Asamblea una proposici¨®n de ley que establece que el presidente de la Rep¨²blica s¨®lo podr¨¢ ser elegido por dos mandatos de cinco a?os. Es una propuesta que, seg¨²n su promotor, cuenta ya con la firma de un centenar de diputados. Excepci¨®n hecha de los senadores, muy preocupados ellos de que la ola renovadora pol¨ªtica recorte sus c¨®modos mandatos de nueve a?os, empieza a ser dif¨ªcil encontrar entre la clase pol¨ªtica francesa alguien que no diga que ¨¦l siempre ha estado por el quinquenato.

Tras haber afirmado p¨²blicamente, la ¨²ltima vez el 14 de julio ¨²ltimo, que "el quinquenato es un error que yo no aprobar¨¦", Jacques Chirac dice ahora haber abierto un periodo de "reflexi¨®n", estadio que los propios chiraquistas interpretan como el anuncio mismo de que la decisi¨®n est¨¢ tomada.

Consulta en oto?o

Ayer, el presidente de la Rep¨²blica dio un paso m¨¢s al indicarle al primer ministro que en realidad ¨¦l "no se opone" a la reducci¨®n del mandato. Todo invita a pensar que el jefe del Estado someter¨¢ la cuesti¨®n a refer¨¦mdum en el oto?o del a?o pr¨®ximo, tras las elecciones municipales.

Frente a quienes denuncian la cohabitaci¨®n como un sistema perverso que entorpece las necesarias reformas y consagra la permanente pelea entre las instituciones, los enemigos del cambio destacan el riesgo de incurrir en un r¨¦gimen presidencialista. Seg¨²n esa teor¨ªa, el presidente contar¨ªa con la doble legitimidad de haber obtenido tambi¨¦n la mayor¨ªa parlamentaria y, dado el peso institucional simb¨®lico y las prerrogativas del jefe de Estado, acabar¨ªa imponi¨¦ndose claramente sobre el primer ministro.