El poder, para qu¨¦
El presidente de la Generalitat ha liquidado la supuesta crisis del Consell con una frase: "Tengo previsto hacer un solo cambio". Atendiendo a la literalidad de sus palabras, parece claro que Eduardo Zaplana se limitar¨¢ a cubrir la vacante de Carmen Mas en Bienestar Social, y aqu¨ª paz y all¨¢ gloria. Claro que siempre queda lo imprevisto, y qui¨¦n sabe si en el pr¨®ximo Consejo de Ministros no le toca la pedrea a alg¨²n consejero de por aqu¨ª, provocando de paso una remodelaci¨®n m¨¢s amplia. De hecho, si el propio Zaplana no hubiera abierto el mel¨®n de las especulaciones al proponer a Mas para la Delegaci¨®n del Gobierno en la Comunidad Valenciana; todos, inclu¨ªdos los dirigentes del PP, nos hubi¨¦ramos evitado un sinf¨ªn de conjeturas. En realidad no exist¨ªa raz¨®n alguna para provocar un cambio de gobierno en la Generalitat, m¨¢xime cuando no hace ni dos meses el PP volvi¨® a arrasar electoralmente en la Comunidad Valenciana. S¨®lo la cuestionada figura del consejero de Sanidad, Jos¨¦ Emilio Cervera, a¨ªslado pol¨ªticamente incluso por sus propios compa?eros de gabinete, hac¨ªa prever alg¨²n tipo de modificaci¨®n en el Consell. Pero la presentaci¨®n ayer mismo de una denuncia por parte de Esquerra Unida contra este consejero, lejos de debilitarle le consolida. En consecuencia, si Aznar no lo remedia, Cervera seguir¨¢ en Sanidad.La ausencia de razones partidistas para introducir cambios en el Consell no significa que no existan motivos sobrados para realizarlos. En realidad, el gobierno auton¨®mico funciona al tran-tran, limit¨¢ndose a una mera gesti¨®n burocr¨¢tica de sus responsabilidades, mientras los grandes temas permanecen aparcados, a la espera de Dios sabe qu¨¦ milagros. Es cierto que en algunos casos, como es la constituci¨®n de la Acad¨¨mia Valenciana de la Llengua, la falta de un interlocutor desde la oposici¨®n dificulta cualquier posible acuerdo. Pero existen otros cuyas responsabilidades son exclusivas del poder. La fusi¨®n de las cajas, cualquiera que sea la decisi¨®n que se tome, compete directamente al Gobierno. Mantener la actual indefinici¨®n, transfiriendo la responsabilidad de la misma al PSOE y a Esquerra Unida, demuestra la falta de coraje pol¨ªtico de un Consell que sabe qu¨¦ hacer, pero no se atreve a dar el paso por temor a las reacciones que se producir¨¢n especialmente en Alicante. La Ley de Ordenaci¨®n del Territorio, pese a ser una apuesta estrat¨¦gica anunciada hace ya cerca de dos a?os, avanza a paso de tortuga por las diferentes despachos de la consejer¨ªa de Obras P¨²blicas, sin que se sepa muy bien cu¨¢les son sus objetivos. Del AVE Comunidad Valenciana-Madrid est¨¢ todo dicho salvo lo m¨¢s importante: el trazado y la duraci¨®n del trayecto. Y el Plan de Investigaci¨®n y Desarrollo se ha hecho, deshecho y rehecho en tantas ocasiones que este es el momento en el que todav¨ªa no se sabe cu¨¢l ser¨¢ el papel de las industrias, las universidades y el propio Consell.
Todas estas cuestiones fueron puestas sobre el tapete por el presidente de la Generalitat durante la reuni¨®n que mantuvo con los diputados y senadores del PP por la Comunidad Valenciana. Todas son cuestiones de Estado y todas parecen dejadas de la mano de Dios, pol¨ªticamente hablando. El poder absoluto que acumulan los populares en las instituciones no acaba de traducirse en iniciativas de calado, mientras Zaplana se lamenta en privado de la inactividad de su gabinete, cuyos miembros est¨¢n m¨¢s ocupados en la rutina de la gesti¨®n que en la decisi¨®n pol¨ªtica. Y ya se ha consumido el 25 por ciento de esta legislatura y hay que descontar una buena parte de la recta final de la misma, cuando los populares se entretendr¨¢n con la elecci¨®n del heredero. Les quedan, pues, un par de a?os para sacar adelante todos los proyectos. Pero para ello tendr¨¢n que empezar a gobernar en serio y dejar de perder el tiempo en ver c¨®mo le tocan las narices a Eliseu Climent o en fastidiar a quienes, seg¨²n su particular visi¨®n, no son de su cuerda. Gobernar tiene poco que ver con la gestualidad, con fabricar lemas con mejor o peor fortuna, repartir subvenciones, transferir responsabilidades a quienes no la tienen o prodigarse en bodas, bautizos y comuniones institucionales. Es una perogrullada, pero gobernar es tomar decisiones, como lo es que una oposici¨®n d¨¦bil no genera un gobierno fuerte sino m¨¢s bien todo lo contrario. Pero esto es lo que hay, y no valen excusas. No se puede utilizar el poder absoluto para arrollar a la oposici¨®n en las Cortes y, al mismo tiempo, derramar l¨¢grimas de cocodrilo porque no hay manera de entenderse con los socialistas y Esquerra Unida. Es el Consell el que debe tomar la iniciativa, plantear propuestas y negociar con la oposici¨®n para alcanzar los consensos que sean de menester. No al contrario, como quieren hacer ver. Se gobierna para algo m¨¢s que para seguir en el machito o para despistar con historias de que Zaplana, alejado Madrid, piensa en Europa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.