'Sensaci¨®n de vivir' termina hoy en Estados Unidos

Esta noche se emitir¨¢ en Estados Unidos el episodio que pone fin a Sensaci¨®n de vivir, la serie sobre un grupo de j¨®venes estudiantes que nunca estropeaban su bronceado sentados en un pupitre. El programa, que ha ense?ado a los j¨®venes de todo el mundo un para¨ªso de ricos, termina despu¨¦s de 10 temporadas dedicadas, seg¨²n los productores, a las preocupaciones comunes de adolescentes y veintea?eros (algunos ya con canas o entradas en el pelo), aunque en el caso de los protagonistas de la serie el abanico de supuestas preocupaciones quedaba reducido a lo puramente hormonal. El t¨ªtulo que se le dio a la serie en Espa?a no ofrece la referencia de su original en ingl¨¦s: Beverly Hills, 90210. El n¨²mero no se corresponde con medidas corporales, sino con el distrito de ese barrio privilegiado de California en el que viven los protagonistas.

Sensaci¨®n de vivir ha aportado algo en sus 10 a?os de existencia: rompi¨® el molde con el que los adolescentes quedaban retratados hasta entonces en las series de televisi¨®n. Antes siempre eran chicos buenos en familias m¨¢s o menos acomodadas, sin mayores tribulaciones que las puramente escolares. Sensaci¨®n de vivir llev¨® a la pantalla un perfil adolescente con preocupaciones m¨¢s mundanas (el sida, los divorcios de los padres...) y una carga de sexualidad m¨¢s aproximada a la realidad, aunque tan desbocada como para convertirse en un fen¨®meno sociol¨®gico juvenil.

Adem¨¢s, la serie tiene un hueco garantizado en la historia de la televisi¨®n por algo estrictamente empresarial: fue la primera serie dise?ada para atraer s¨®lo a los espectadores de un determinado grupo de edad y sexo. Hasta su aparici¨®n, s¨®lo los deportes y los dibujos animados divid¨ªan a la audiencia por sexo y edad; con Sensaci¨®n de vivir la cadena Fox se arriesg¨® a perder espectadores maduros a cambio de asegurarse una audiencia joven pero publicitariamente suculenta. Ahora, ya todas las grandes cadenas de televisi¨®n diversifican sus productos en funci¨®n del grupo de edad para el que est¨¢n concebidos.

El creador de la serie, el irreductible Aaron Spelling (padre de serias hist¨®ricas como Dinast¨ªa o Los ?ngeles de Charlie), se hizo a¨²n m¨¢s rico, ayud¨® al nacimiento de la cadena Fox en EE UU, coloc¨® a su hija (la nada teleg¨¦nica Tori Spelling) y estir¨® la franquicia en Melrose Place, un producto que a?ad¨ªa algunos a?os m¨¢s a los protagonistas y que tambi¨¦n se agot¨® cuando acabaron las posibles combinaciones y permutaciones sexuales entre los personajes. Spelling, a sus 72 a?os, apenas tiene un par de series menores escondidas en alguna cadena. Los protagonistas ya no son estrellas y la audiencia, aunque es fiel, est¨¢ agotada. A Sensaci¨®n de vivir la han matado sus propios hijos, como Dawson crece, Buffy (Canal +) o Felicity (Tele 5). A la serie se le notaban los a?os, tantos como para que sus personajes hayan tenido tiempo de terminar el instituto y la universidad, e incluso busquen un plan de pensiones.

Ninguno de sus actores ha llegado a ser nada en la vida cinematogr¨¢fica, ni siquiera Luke Perry, que parec¨ªa destinado a convertirse en James Dean, al que imitaba. Pero nadie habr¨ªa imaginado que una de las actrices secundarias en el 97, Hilary Swank, llegar¨ªa a ganar un oscar en la ¨²ltima edici¨®n por Boy's don't cry.