Antoni Llid¨®, en el recuerdo
,Durante la dictadura franquista la mayor¨ªa de curas rurales se adaptaban rigurosamente a los ideales nacional-cat¨®licos del r¨¦gimen. Atend¨ªan formalmente a los feligreses y predicaban un concepto inamovible de familia. Pero cuando Antoni Llid¨® (X¨¤bia, 1936) fue ordenado sacerdote en 1963, no quiso adaptarse a las exigencias de la ¨¦poca. Pensaba que los sacerdotes deb¨ªan desempe?ar un papel activo en la sociedad, y esa visi¨®n diferente de la religi¨®n le llev¨® de Alicante, su tierra natal, a Chile, donde ejerci¨® una importante labor social en favor de la poblaci¨®n pobre de aquel pa¨ªs andino. All¨ª lleg¨® en 1969, pero desapareci¨® en 1974 tras ser torturado por miembros de la DINA, la t¨¦trica polic¨ªa del r¨¦gimen del dictador Augusto Pinochet.Despu¨¦s de 26 a?os de su desaparici¨®n, la Universitad Aut¨®noma de Barcelona (UAB) organiz¨® el pasado martes un acto de homenaje con diversas actividades. Una conferencia, una exposici¨®n y la proyecci¨®n de un documental recordaron la figura de este sacerdote valenciano. Adem¨¢s se present¨® el libro Antoni Llid¨®. Epistolari d'un comprom¨ªs (T¨¤ndem, 1999), una recopilaci¨®n de las cartas que el eclesi¨¢stico escribi¨® a amigos y familia durante su vida.
Uno de los participantes en la conferencia, Aldo Gonz¨¢lez, chileno amigo de Llid¨®, asegur¨® que hablar de este alicantino era hacerlo de "la historia del compromiso de un revolucionario". Y es que Llid¨® no fue en absoluto un sacerdote convencional.Pensaba que el socialismo y el cristianismo no eran incompatibles. Crey¨® en un modelo educativo que desarrollara la capacidad cr¨ªtica de las personas y, cuando lo puso en pr¨¢ctica en su primer destino pastoral -dos parroquias de Alicante- , la jerarquia eclesi¨¢stica le desterr¨® a Ferrol , donde ejerci¨® como sacerdote castrense durante poco tiempo, ya que nuevamente le cambiaron de destino. Finalmente, decidi¨® ir a Chile.
Gonz¨¢lez asegura que, desde que lleg¨® a ese pa¨ªs, en 1969, el sacerdote se implic¨® activamente con la gente m¨¢s pobre. Milit¨® en el movimiento izquierdista de la ¨¦poca y ese compromiso le llev¨® a ser detenido. Ahora, la asociaci¨®n cultural Antoni Llid¨® lucha por mantener viva la memoria del sacerdote y por lograr que se juzgue a los responsables de su desaparici¨®n.
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