Una red obligaba a nigerianas a prostituirse tras amenazarlas con rituales de vud¨²
La polic¨ªa ha desmantelado en varios pisos del barrio madrile?o de Aluche una organizaci¨®n que obligaba a ejercer la prostituci¨®n a mujeres nigerianas en la Casa de Campo bajo la amenaza de someterlas a rituales y cultos de vud¨², seg¨²n la Jefatura Superior de Polic¨ªa. Los detenidos cortaban a las chicas las u?as y el vello del pubis y lo met¨ªan en un bolsa. Si las mujeres no obedec¨ªan, las amenazaban con enviar esas partes de su cuerpo al lugar de nacimiento de cada una de ellas para ocasionarles una desgracia en su entorno familiar. En la operaci¨®n policial han sido detenidos los cerebros de la organizaci¨®n: Maris A. I., de 30 a?os, y su esposo, Andy E., de 31 a?os. Tambi¨¦n fueron apresados Christopher A. I., hermano de la primera, y su conductor, identificado como Jhoseph. Todos carecen de antecedentes, resid¨ªan en Espa?a sin papeles y viv¨ªan en las calles de Sese?a y Maqueda, de Aluche.
La investigaci¨®n arranc¨® a primeros de mes tras la denuncia de un joven nigeriano, residente en el municipio de Getafe, quien declar¨® a la polic¨ªa que seis hombres y una mujer de su pa¨ªs les hab¨ªan agredido a ¨¦l y a su novia, a la que raptaron.
El denunciante, a quien los raptores dieron una "brutal paliza" por la que tuvo que ser ingresado en un hospital, relat¨® a los agentes que su novia hab¨ªa llegado a Espa?a con la promesa de un puesto de trabajo que le ofrecieron unos compatriotas a cambio de medio mill¨®n de pesetas en concepto de gastos de viaje y tramitaci¨®n de documentos.
Nueve millones
Cuando la muchacha lleg¨® a Espa?a, la red le dijo que deber¨ªa abonar nueve millones de pesetas m¨¢s. Para saldar la deuda la obligaron a prostituirse. Durante ese tiempo, la chica conoci¨® a su novio en la Casa de Campo. Asqueada por la explotaci¨®n a la que estaba sometida, seg¨²n la Polic¨ªa, huy¨® y se fue a vivir con ¨¦l a su casa de Getafe, donde la descubri¨® un miembro de la organizaci¨®n.
La pasada semana, el novio recibi¨® una llamada de la chica, quien de nuevo hab¨ªa sido obligada a prostituirse en la Casa de Campo. La joven explic¨® que fue encerrada en un locutorio propiedad de un miembro de la organizaci¨®n. Transcurridos cinco d¨ªas la volvieron a llevar a la Casa de Campo, donde pudo conseguir un tel¨¦fono m¨®vil para pedir ayuda a su novio.
La polic¨ªa descubri¨® los domicilios de los implicados en la red delictiva y detuvieron a sus responsables. Tambi¨¦n encontraron en las viviendas a seis nigerianas de entre 22 y 24 a?os que se dedicaban a la prostituci¨®n. Ninguna hab¨ªa denunciado a su raptores. Seg¨²n la polic¨ªa, la organizaci¨®n, que llevaba dos a?os dedicada a esta actividad, alojaba a las j¨®venes en pisos de alquiler y les retiraba los documentos y el dinero que llevaban. Para justificar su residencia en Espa?a, los cabecillas de la red ped¨ªan asilo pol¨ªtico para las chicas, quienes no se atrev¨ªan a denunciar por temor al ritual vud¨².
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