"Lo que m¨¢s me alegra es haber vencido al fatalismo"
![Xos¨¦ Hermida](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fe025824d-9859-458b-8543-f59a30f56188.png?auth=766204d1330997a091ada06595599afc403caa66d06fcbdee1e75b92e1fc62d8&width=100&height=100&smart=true)
Naci¨® en Ir¨²n, una de las cunas del f¨²tbol espa?ol, cuyo equipo, el hist¨®rico Real Uni¨®n, fue el primero en felicitarle por el campeonato que acaba de lograr con el Deportivo. Javier Iruretagoyena se apunt¨® pronto a la tradici¨®n local, se convirti¨® en un buen futbolista, le acortaron su apellido y lleg¨® a ganar dos Ligas y una Copa Intercontinental con el Atl¨¦tico de Madrid. Pero, como entrenador, le aguardaba una carrera m¨¢s humilde. Empez¨® desde la misma base, el Sestao, y acab¨® etiquetado como el cl¨¢sico t¨¦cnico que s¨®lo sirve para los equipos de supervivencia.En el Deportivo, tampoco se encontr¨® con un trabajo f¨¢cil. Tuvo que lidiar con el recuerdo de un equipo y un entrenador ya legendarios, con un vestuario tormentoso y una cr¨ªtica y una afici¨®n que lo examinaron con lupa. Pero, al final, Irureta se ha convertido en el primer t¨¦cnico nacido en Espa?a que gana la Liga en los ¨²ltimos 15 a?os. Ahora, mientras charla en el vest¨ªbulo del hotel donde vive, la gente no para de acosarlo. "?Qu¨¦ felices nos han hecho!", le dice una se?ora, "desde el viernes, mi hijo me dice al levantarse que a¨²n no acaba de cre¨¦rselo". Irureta afronta la nueva situaci¨®n con su serenidad habitual, aunque tampoco sin ocultar su orgullo.
Pregunta. ?Cuando uno gana un t¨ªtulo como entrenador, lo siente como un ¨¦xito m¨¢s personal que siendo futbolista?
Respuesta. El sentimiento es diferente en ambos casos. Como futbolista, lo compartes m¨¢s, una alegr¨ªa m¨¢s socializada. Como entrenador tienes un grupito de trabajo peque?o y te sientes m¨¢s implicado, m¨¢s responsabilizado en el triunfo.
P. Tampoco es lo mismo lograr un t¨ªtulo en un club acostumbrado al ¨¦xito que en otro sin tanta historia detr¨¢s.
R. No hay m¨¢s que ver las expresiones de j¨²bilo en la ciudad, esa ilusi¨®n tremenda que estamos viendo estos d¨ªas. Ganar es muy bonito y no resulta f¨¢cil para nadie, ni siquiera para Madrid y Barcelona. Pero en un equipo como ¨¦ste, que adem¨¢s hab¨ªa perdido otra oportunidad hace seis a?os, encierra un simbolismo mayor.
P. Hace dos a?os, usted hab¨ªa hecho una gran campa?a con el Celta, al que clasific¨® para la UEFA despu¨¦s de 27 a?os de ausencia. La situaci¨®n parec¨ªa ideal para quedarse all¨ª. ?Por qu¨¦ acept¨® la oferta del Deportivo?
R. Con el tiempo se puede ver que he acertado, pero en su momento fue una apuesta muy arriesgada, porque a m¨ª en Vigo se me reconoc¨ªa mucho mi trabajo: logramos entrar en la UEFA y empezamos a jugar bastante bien al f¨²tbol, aunque nos faltase un punto de madurez. Lo que pasa es que al final ocurrieron una serie de hechos que ya me hicieron dudar de que realmente se me reconociese. Yo ped¨ªa dos a?os de contrato y se me pusieron muchas trabas. Y tuve ofertas de hasta seis equipos de Primera. El Deportivo acept¨® en seguida contratarme por dos temporadas.
P. Tal vez estaba buscando la oportunidad que pocas veces tuvo en un equipo con aspiraciones. Hace a?os, se frustr¨® su fichaje por el Atl¨¦tico de Madrid y su paso por el Athletic acab¨® mal.
R. Bueno, tambi¨¦n hace siete u ocho a?os tuve la oportunidad de ser seleccionador nacional, pero me hab¨ªa comprometido con el Oviedo y all¨ª decid¨ª seguir. El Deportivo era un equipo grande, pero tampoco asentado entre los grandes. En presupuesto seguimos teniendo la tercera parte del Madrid o del Bar?a, y ya no digo nada en cuanto a infraestructura. La trayectoria de este club en los ¨²ltimos a?os lo hab¨ªa convertido en un espejo para otros. Pero no era ese equipo del que ya est¨¢s absolutamente convencido de que se ha consolidado. Es m¨¢s, dej¨¦ un equipo clasificado para Europa por otro que el campeonato anterior hab¨ªa sido 12? y parec¨ªa estar en una trayectoria descendente. No era ning¨²n chollo y, en el fondo, me dije: 'tienes m¨¢s valor que Manolete'.
P. Lo que nunca pens¨® es que aqu¨ª iba a ganar su primera Liga.
R. No, nunca. El a?o pasado, entramos en la UEFA, perdimos la Liga de Campeones al final y llegamos a las semifinales de Copa. A principio de esta temporada, pod¨ªas so?ar, pero la verdad es que dar un salto del sexto puesto del a?o anterior al primero parec¨ªa demasiado. Adem¨¢s, al comenzar la campa?a ve¨ªa muchas dudas en el equipo. Luego, al alcanzar el liderato pronto y consolidarlo, ganamos autoconfianza y el car¨¢cter del grupo se fue formando.
P. Usted se encontr¨® en A Coru?a con un vestuario conflictivo, plagado de nacionalidades y culturas distintas. ?Fue muy complicado lidiar con esa situaci¨®n?
R. Era una situaci¨®n m¨¢s compleja que las que hab¨ªa manejado hasta entonces. No puedes rechazar a nadie por el hecho de ser extranjero, pero es necesario buscar un lazo com¨²n, una especie de nexo dentro del vestuario, para que haya un sentimiento y unos objetivos generales. Por eso cre¨ª que ser¨ªa bueno que el equipo se espa?olizara un poco, no s¨®lo fichando jugadores nacionales, sino gente con experiencia en nuestra Liga, como ha sido el caso de Makaay y Jokanovic. El Valencia ha seguido una l¨ªnea muy parecida y tambi¨¦n le ha dado resultado. A veces es importante prescindir del tiempo de adaptaci¨®n de un jugador, porque hay futbolistas que son buenos en su entorno, pero que pueden cambiar si los llevas a un pa¨ªs diferente.
P. ?Cuesta m¨¢s comprometer con el equipo a los extranjeros?
R. Depende el car¨¢cter de cada uno. Aqu¨ª hay jugadores como Mauro o Donato absolutamente comprometidos con el deportivismo. Pero es verdad que el f¨²tbol vive un momento muy inestable. Los futbolistas se dejan guiar por los representantes, que tienen intereses muy variados, y est¨¢n poco tiempo en los sitios, se dejan llevar por sus propias ambiciones y no alcanzan la comuni¨®n que han de tener con el club y con la ciudad.
P. ?Le sorprendi¨® el nivel de exigencia de la afici¨®n coru?esa?
R. Ya me lo hab¨ªan dicho algunos compa?eros y hasta los mismos periodistas me lo advirtieron al llegar. En esta ciudad han nacido jugadores como Amancio y Luis Su¨¢rez, muy buenos t¨¦cnicamente, y eso deja su poso. Pero tambi¨¦n es verdad que este equipo ha bajado a Segunda B y a Tercera incluso, y que no se puede vivir s¨®lo de los recuerdos. A m¨ª hubo quien me dijo que aqu¨ª s¨®lo gustaba la calidad y no los jugadores correosos tipo vasco. Y yo les dec¨ªa: ?pero es que hab¨¦is estado toda la vida al nivel del Manchester? En todo caso, quiz¨¢ sea cierto que, a pesar de todo, aqu¨ª haya un modo diferente de ver el f¨²tbol. Esta es una ciudad a la que, en general, le gusta mantener su singularidad, que se siente un tanto especial.
P. ?Pes¨® mucho sobre el equipo la nostalgia por la ¨¦poca dorada del Superdepor?
R. Esa huella a¨²n no hab¨ªa quedado borrada y se hablaba mucho de ella, se recordaba constantemente a Bebeto, a Djukic, a Arsenio... Yo lo notaba en los corrillos, en las conversaciones con las pe?as,... Al final, las charlas siempre se remontaban a aquella ¨¦poca. El equipo ten¨ªa detr¨¢s esa sombra.
P. Los entrenadores que marcan una ¨¦poca dejan una sombra muy larga. La de Arsenio, por ejemplo, acab¨® con Toshack. ?Le complic¨® mucho las cosas esa situaci¨®n?
R. Yo siempre he dicho que Arsenio es para m¨ª un ejemplo a seguir, porque consigui¨® algo muy dif¨ªcil para cualquiera: triunfar y ser reconocido en su propia ciudad, algo que no es habitual en el deporte. La sombra exist¨ªa, pero tampoco fue algo molesto para m¨ª y yo siempre trat¨¦ de convertir la ¨¦poca de Arsenio en una referencia positiva, aunque dejando claro que no pod¨ªamos vivir s¨®lo del recuerdo.
P. ?Cu¨¢ndo empez¨® a considerar seriamente la posibilidad de alcanzar el t¨ªtulo?
R. Al finalizar la primera vuelta. Quedamos campeones de invierno y llev¨¢bamos ventajas de cinco o seis puntos. A partir de ese momento, empec¨¦ a sospechar de que pod¨ªamos lograrlo, aunque el margen de incertidumbre era muy grande.
P. En la segunda vuelta, el equipo tuvo un comportamiento muy extra?o. Arrasaba en casa y fuera lo perd¨ªa todo. ?Le obsesion¨® esa situaci¨®n?
R. No, al rev¨¦s, empec¨¦ a pensar que si segu¨ªamos as¨ª en casa, podr¨ªamos lograr el t¨ªtulo. En todo caso, es verdad que tenemos que mejorar nuestra capacidad de sufrimiento, aprender a solventar determinadas situaciones, a enfrentarnos a circunstancias en que el adversario puede tener m¨¢s el bal¨®n y el p¨²blico empuja en su favor.
P. La actitud de su equipo fuera de casa era muy conservadora.
R. Yo creo que no. ?Qu¨¦ se interpreta por conservador, que el contrario tenga m¨¢s la pelota? Pues eso le pasa a cualquier equipo fuera de casa. El equipo no se hac¨ªa m¨¢s conservador, lo que ocurre es que no era capaz de quitarle la pelota al contrario.
P. ?Y cu¨¢ndo pens¨® definitivamente que el t¨ªtulo no se iba a escapar?
R. Hasta muy avanzada la segunda vuelta. Porque, de pronto, cambi¨® el estado an¨ªmico del Madrid, y el Barcelona tambi¨¦n tuvo durante unos cuantos partidos una peque?a reacci¨®n. Pero yo siempre trat¨¦ de enviar al equipo el mensaje de que, con la confianza que ten¨ªamos en casa, podr¨ªa bastarnos.
P. ?Nunca tuvo la pesadilla de que le ocurr¨ªa lo mismo que a Arsenio?
R. De verdad que no. Por eso siempre que me preguntaban por el asunto, trataba de responder con iron¨ªa para quitar hierro a la situaci¨®n. A m¨ª nunca se me ocurri¨® pensar que pod¨ªa repetirse toda esa historia del ¨²ltimo partido y del penalti en el ¨²ltimo minuto. Pero s¨ª notaba esa sensaci¨®n en el deportivismo en general. Mucha gente, entre ellos gallegos que viven fuera, me escrib¨ªan cartas para decirme que nos iba a pasar lo mismo que la otra vez. Hab¨ªa cierta sensaci¨®n de fatalismo, de que este equipo nunca podr¨ªa ganar la Liga, y eso se acrecent¨® en las ¨²ltimas jornadas. Se buscaban toda clase de analog¨ªas con la situaci¨®n anterior. Yo cog¨ª un enfado muy gordo el d¨ªa del Zaragoza sobre todo por el l¨ªo de la expulsi¨®n de Djalminha. Y ahora resulta que con los puntos que conseguimos ese d¨ªa ya hubi¨¦semos sido campeones. Pero, en fin, me he dado cuenta de que los gallegos recuerdan demasiado lo negativo
P. Y al final, han vencido al fatalismo
R. Eso es de lo que m¨¢s me alegro. Que la gente se haya olvidado de ese negativismo y ahora se dedique a disfrutar.
P. El Depor ha sido el campe¨®n que m¨¢s partidos ha perdido en toda la historia de la Liga. Mucha gente cree que este ha sido un campeonato pobre.
R. Tambi¨¦n somos uno de los campeones que m¨¢s partidos ha ganado (21) y estamos en la Liga de la ley Bosman, en la Liga que ha colocado tres equipos en las semifinales de la Copa de Europa... Decir que esta es una Liga mala resulta un contrasentido. Lo que ha sido es la Liga m¨¢s igualada de los ¨²ltimos a?os, una tendencia que se va haciendo m¨¢s acusada.
P. En todo caso, Madrid y Barcelona parece que han pagado su participaci¨®n en la Copa de Europa. ?Cree que el Depor tiene que ampliar mucho su plantilla para poder afrontar las dos competiciones?
R. Depender¨¢ de lo que ofrezca el mercado y de nuestras propias posibilidades. Creo, aunque todav¨ªa no s¨¦ en qu¨¦ medida, que habr¨¢ una ilusi¨®n por intentar hacer algo en la Champions, y eso puede condicionarnos la Liga. Hay que reforzarse, pero yo voy a seguir confiando en la base de esta plantilla.
P. Da la impresi¨®n de que a usted no le convencen los jugadores con demasiada aura de estrellas.
R. No es as¨ª. Me gustan los muy buenos jugadores siempre que aporten cosas al equipo. Pero yo nunca renunciar¨ªa a tener un Cruyff o un Zidane. Otra cosa es que este equipo no cuente con grandes figuras, aunque s¨ª con jugadores buenos que aportan cosas interesantes. Makaay vino del Tenerife, que acababa de descender, y ha marcado 22 goles. Ser una figura implica m¨¢s que hacer determinadas acciones individuales. En otros sitios, y aqu¨ª tambi¨¦n, hay mucho curroromerista. A m¨ª Curro Romero me parece un gran torero, pero igual hay que estar todo el a?o esperando que haga un buen pase... Creo que esos valores se pueden compatibilizar con otras cualidades que tambi¨¦n necesita un equipo.
P. ?Seguir¨¢ Djalminha?
R. No tengo ni idea. En principio, le quedan dos a?os de contrato, pero determinados sectores period¨ªsticos, que tienen buena relaci¨®n con ¨¦l, aseguran que se ir¨¢. Lo hablaremos estos d¨ªas.
P. ? Ha sido su gran dolor de cabeza esta temporada?
R. Es un jugador especial y siempre intenta hacer valer su propia especificidad. Eso a veces resulta positivo y otras negativo para el equipo. Este a?o ha tenido partidos muy buenos y creo que ha cambiado: se sacrifica m¨¢s y se ha dado cuenta de que, al menos en el f¨²tbol europeo, no puedes estar todo el partido esperando a hacer un par de cosas.
P. A partir de ahora, ya se sabe que al equipo le exigir¨¢n mucho m¨¢s. ?Le preocupa eso?
R. Creo que nunca hay que olvidar cu¨¢l es nuestro verdadero peso y de d¨®nde partimos. Por ejemplo, a¨²n nos falta experiencia en Europa. Es bueno que nos pongamos metas y que la gente, en medio de la euforia, diga: 'y ahora, a por la Champions'. Pero luego vendr¨¢ el d¨ªa a d¨ªa y no hay que olvidar nuestras posibilidades y la entidad de equipos como el Manchester, el Bayern...
P. Usted estaba catalogado como el t¨ªpico entrenador muy bueno para los equipos medianos, pero incapaz de triunfar en un grande.
P. Yo me siento muy orgulloso de cosas que he hecho en mi carrera, por ejemplo en el Sestao, que cog¨ª en Segunda B y estuve a punto de ascender a Primera. Pero yo lo que no pod¨ªa era ganar la Liga con el Logro?¨¦s o el Oviedo. En cualquier caso, siempre he encontrado gente que me ha valorado mucho. Lo que pasa es que a veces el periodismo me adjudica cosas en las que yo no me reconozco.
P. En cualquier caso, al menos en A Coru?a, le ha costado conectar con la afici¨®n y no se ha librado de muchas cr¨ªticas.
R. A m¨ª a veces parece que se me exige m¨¢s. Pero yo me quedo con el reconocimiento de mucha gente y no con los que siempre te est¨¢n diciendo que la culpa la tienes t¨². Este no es un equipo perfecto, tiene sus goteras. Creo que su mejor valor ha sido la constancia. Se ha dicho que jug¨¢bamos mal y hemos metido 66 goles. A veces al f¨²tbol hay que ponerle un poquito de pausa y tener una visi¨®n m¨¢s serena, sin tanta visceralidad.
P. ?Le han llamado muchos colegas espa?oles para darle las gracias por lo que ha conseguido para los t¨¦cnicos nacionales?
R. Me han llamado m¨¢s amigos que entrenadores. En todo caso, esto es bueno para todo el colectivo, que estaba poco valorado entre los directivos, la prensa y el aficionado en general.
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