Leyendas de la historia
Mart¨ª de Riquer estudia algunos de los mitos de nuestro imaginario colectivo en "Llegendes hist¨°riques catalanes"
Si alguien en este pa¨ªs relaciona antes Sant Celoni no con la serpiente de veh¨ªculos que se forma cada domingo ante el peaje de la autopista, sino con otro terrible ofidio de las inmediaciones que en tiempos remotos se zampaba a los caminantes y que acab¨® sus d¨ªas bajo los golpes de la espada de Vilardell, no hay que dudarlo. Esa persona es Mart¨ª de Riquer. El romanista acaba de publicar Llegendes hist¨°riques catalanes (Quaderns Crema), documentado repaso de cinco mitos de nuestro imaginario colectivo.Esos mitos tienen procedencia y fortuna diversas. Tres de ellos llegan y se integran en el acervo popular: las cuatro barras de sangre con las que el rey franco Carlos el Calvo ti?¨® tras la batalla el escudo dorado de Guifr¨¦ el Pel¨®s; el rescate del caballero Galcer¨¢n de Pin¨®s de la prisi¨®n mora de Almer¨ªa por intercesi¨®n de san Esteban; y el ya citado drag¨®n de Sant Celoni, liquidado por Pere Soler de Vilardell gracias a una espada "de virtud" que un d¨ªa hall¨® en la puerta de su casa y que se volver¨ªa tristemente contra ¨¦l. Los otros dos mitos no trascienden el ¨¢mbito de corte, en primer lugar, y el de los eruditos, en segundo: as¨ª, la bella y fant¨¢stica historia del engendramiento de Jaime I el Conquistador qued¨® como una estricta cuesti¨®n pol¨ªtica de consumo diplom¨¢tico, ciertamente ¨²til para frenar las ambiciones de Francia sobre la se?or¨ªa de Montpellier, mientras que la milagrosa muerte en Jerusal¨¦n de su hija Sancha, que retuvo entre sus dedos muertos una hoja que la identificaba mientras las campanas ta?¨ªan sin que ninguna fuerza humana propulsara las badanas, no pasa de ser un embellecimiento para una dinast¨ªa regia.
"Son materiales con los que me he encontrado en diversos trabajos de historia de la literatura. Me ha parecido que no hab¨ªan sido estudiados con detenci¨®n anteriormente o bien que yo pod¨ªa interpretarlos de un modo distinto a como se hab¨ªa hecho hasta ahora".
Las cuatro barras
La cuatro barras: "Es la m¨¢s tard¨ªa de las leyendas que recojo en este volumen. No surge de modo espont¨¢neo, sino a partir de los historiadores del siglo XVI, es decir a partir de una tradici¨®n culta. Se trata de una bella y emotiva historia que durante el Romanticismo y la Reinaxen?a origin¨® una literatura po¨¦tica que cal¨® entre las clases populares. Procede de la antigua y muy consolidada man¨ªa de buscar or¨ªgenes m¨ªticos a los elementos her¨¢ldicos de la nobleza. A partir de ah¨ª se genera la leyenda, esto es la historia del pueblo, que no es la misma que la del erudito".
De signo muy distinto es el engendramiento de Jaime I, un quid pro quo de cama en el que Pedro el Cat¨®lico cre¨ªa estarse solazando con una alegre cortesana cuando en realidad yac¨ªa con su leg¨ªtima esposa, Mar¨ªa de Montpellier, al parecer no muy agraciada. "Esa noticia surge del propio testimonio del rey Jaime. Luego Desclot y Muntaner la novelizaron, pero siempre qued¨® como una cuesti¨®n restringida al ¨¢mbito de la corte". ?Por qu¨¦ esa necesidad de novelizar la historia? "Porque hab¨ªa que dar una explicaci¨®n veros¨ªmil a la legitimidad de la herencia de Montpellier por parte del rey y se recurri¨® a un tema que ya ten¨ªa otros antecedentes literarios. Del mismo tipo es la historia de la muerte de la infanta Sancha, hija de Jaime I. En este caso se trata de una transposici¨®n de la milagrosa muerte de san Alejo que tampoco trascendi¨® a la tradici¨®n oral".
S¨ª lo hicieron las otras dos historias que Riquer documenta profusamente: la de la espada de Vilardell y el rescate del caballero Galcer¨¢n de Pin¨®s. ?Por qu¨¦ ¨¦stas s¨ª llegaron al vulgo y aqu¨¦llas otras no? "Porque estas leyendas se generaron en lugares concretos y determinados: Sant Celoni, en el caso de la primera de ellas; Bag¨¤, capital de la baron¨ªa de Pin¨®s, en el de la segunda. Ambas beben de leyendas anteriores. El tema de la espada de virtud, con determinados poderes sobrenaturales, se puede rastrear por ejemplo en la Canci¨®n de Rolando. En cuanto al rescate de Galcer¨¢n a cambio de cien doncellas v¨ªrgenes, es decir el canje de un ser humano por otros, se encuentra en la mitolog¨ªa cl¨¢sica, por ejemplo en el mito de Teseo y el Minotauro. En cuanto a la liberaci¨®n milagrosa del caballero por intercesi¨®n directa de san Esteban, es un asunto conocid¨ªsimo, que aparece sin ir m¨¢s lejos en Los hechos de los ap¨®stoles cuando san Pedro es liberado de la prisi¨®n por un ¨¢ngel".
"En Sant Celoni y Bag¨¤ estas tradiciones se hab¨ªan conservado oralmente, pero de forma fragmentaria. Ocurri¨®, sin embargo, que el movimiento rom¨¢ntico las recuper¨® literariamente, como sucedi¨® en toda Europa y muy especialmente en Alemania, donde basta citar los muy conocidos cuentos de los hermanos Grimm. Los juegos florales retoman temas legendarios y vuelven a idealizar la historia con elementos maravillosos como los dragones. Es el sentimiento de pueblo como creador colectivo, en Catalu?a ¨ªntimamente vinculado al movimiento de la Renaixen?a".
Hoy en d¨ªa, ?qu¨¦ ha sido de toda esta memoria? "En la segunda mitad del siglo XX la radio y la televisi¨®n han contribuido a revitalizar estas historias. Hoy nos encontramos as¨ª ante una mezcla de lo que quedaba de la tradici¨®n oral con la herencia erudita divulgada por la tecnolog¨ªa contempor¨¢nea. Y ya es muy dif¨ªcil que desaparezcan estas leyendas, sobre todo las locales". ?Por qu¨¦? ?Necesitaremos siempre dotarnos de un imaginario m¨ªtico? "Naturalmente. Y el cine es el que nos proporciona una mejor constancia de esta necesidad".
Abrirse camino en todo este mundo que mezcla sin contemplaciones historia con leyenda, hechos ciertos con invenciones de hechos m¨¢s o menos afortunadas, es tarea compleja. En muchas ocasiones, procediendo a la manera del inspector Maigret -y Riquer tiene mucho de ¨¦l, no ¨²nicamente la costumbre de fumar en pipa-, hay que desenmascarar a aut¨¦nticos falsarios como Bernat Boades, autor de un Libre de feyts d'armes de Catalunya supuestamente fechado en 1420, cuando en realidad fue escrito por Joan Gaspar Roig i Jalp¨ª entre 1673 y 1675. "En mi trabajo se encuentran muchos documentos falsos de este tipo. Pero son muy ¨²tiles porque revelan determinadas intenciones, la m¨¢s com¨²n de crear un imaginario anterior al que efectivamente existi¨®. Lo importante es saber que ese documento es falso. Cuando se consigue, entonces suele aportar informaciones valios¨ªsimas".
El notario del milagro
Uno de los documentos m¨¢s curiosos citados por Mart¨ª de Riquer en su estudio sobre las leyendas es una declaraci¨®n realizada en Bag¨¤ por el historiador Pere Tomich el 12 de julio de 1431 ante el notario Antoni d'Artigavella en presencia de numerosos fedatarios de la localidad. Al no encontrarse en los archivos los documentos que atestiguaban el milagro de san Esteban en la liberaci¨®n de Galcer¨¢n de Pin¨®s, el erudito fue requerido para que relatara esos hechos oralmente, seg¨²n ¨¦l los hab¨ªa conocido por los libros. Con extremo rigor -se conocen de ese documento diversas copias- Tomich procedi¨® a explicar la historia seg¨²n la cual Galcer¨¢n de Pin¨®s, almirante de Ramon Berenguer IV, fue hecho prisionero en Almer¨ªa, donde permaneci¨® por espacio de cinco a?os. El rescate del personaje inclu¨ªa diversos presentes valiosos, entre ellos 100 doncellas v¨ªrgenes destinadas a nutrir el har¨¦n del moro y que, seg¨²n testimonios citados por el declarante, hab¨ªan sido seleccionadas entre las hijas de los generosos vasallos de Bag¨¤ (extremo del que Riquer prudentemente duda: m¨¢s bien se inclina por un reclutamiento forzoso de mozas entre las familias menos influyentes de la baron¨ªa). El caso es que ese canje no lleg¨® a efectuarse porque Galcer¨¢n, que milagrosamente se encontr¨® con la comitiva en Salou, hab¨ªa sido liberado por san Esteban, del que era muy devoto.En el acta notarial de 1431 esta historia fue corroborada por diversos testigos de Bag¨¤ que declararon por los sagrados Evangelios haberla escuchado en esos mismos t¨¦rminos en boca de sus padres y abuelos. Y hete aqu¨ª c¨®mo de una historia milagrosa se llega a extender fe p¨²blica. ?D¨®nde queda en este caso el hecho cierto y comprobado y d¨®nde la invenci¨®n popular? El caso es que todo un notario certific¨® que san Esteban en persona hab¨ªa liberado a Galcer¨¢n de los pesados grilletes del infiel...
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