LA DESIGNACI?N DE LOS MANDOS POLICIALES Sab-heriseker de Bilbao TEO SANTOS
Sostiene el autor que la forma de designar a sus responsables define el car¨¢cter y actuaci¨®n de los cuerpos policialesLa Enciclopedia del Pa¨ªs Vasco Au?amendi recoge (volumen XXXVIII, voz "polic¨ªa") como antecedente del r¨¦gimen policial una organizaci¨®n egipcia del siglo III antes de J.C. sometida a la autoridad del Sab-Heriseker, cargo que se traduce como "jefe de apaleadores". Era un cargo de confianza de los faraones o faraonas. Hoy en d¨ªa habr¨¢ quien piense que las cosas no han cambiado tanto, aunque formalmente se mantengan otros pronunciamientos. Es tarea tambi¨¦n de la propia polic¨ªa demostrar que, en efecto, la transformaci¨®n en servicio al p¨²blico es cierta. Tal vez por eso, cuando en ocasiones se cuestiona la labor policial, inmediatamente se sacan y publican estad¨ªsticas sobre las intervenciones realizadas, humanitarias a ser posible. Pero en esta consideraci¨®n de servicio p¨²blico no es cuesti¨®n menor la importancia de la designaci¨®n de los jefes policiales.
En una organizaci¨®n tan jerarquizada como la polic¨ªa, la c¨²pula deviene en un elemento principal. Qui¨¦n est¨¦ en la cima de la estructura policial puede influir de manera muy importante en su comportamiento. El caso hist¨®rico m¨¢s famoso es el del franc¨¦s Fouch¨¨. Pero tambi¨¦n el de Peel en Inglaterra, o el de Beria en la extinta URSS son ejemplos de liderazgo determinante. En la actualidad occidental, Branson en Nueva York, o el cercano Manuel Martin en Catalu?a, han demostrado su influjo. Otros pasan desapercibidos, por muy jefes que sean, y dicen que eso es mejor.
En todo caso, hay cierto acuerdo en que es bueno que se conozca qu¨¦ personas desempe?an tales jefaturas; al fin y al cabo, su actividad tiene peso espec¨ªfico en la comunidad. Que los nombramientos de responsables policiales sean debatidos y sus curr¨ªculos contrastados est¨¢ en la cuna de la democracia, cuando en Atenas se eleg¨ªan a los cargos ejecutivos del orden interno de la ciudad. En algunos lugares de Estados Unidos el sheriff es determinado por votaci¨®n p¨²blica. Pero la verdad es que no me imagino al jefe de la Ertzaintza elegido por sufragio; vasco, por supuesto.
De todas formas, la funci¨®n p¨²blica que ejecuta la polic¨ªa y su estructura est¨¢n reguladas en los estados de Derecho. Las normas establecen qui¨¦nes y en qu¨¦ condiciones pueden ser nombrados jefes de polic¨ªa. Es m¨¢s, tales regulaciones son indicativas de las sensibilidades pol¨ªticas que las promueven y sustentan. Por ejemplo, una ideolog¨ªa conservadora y autoritaria procura, en su l¨®gica, una nominaci¨®n de jefaturas lo m¨¢s discriminativa posible. Es decir, colocar "a dedo" a quien le parezca bien, generalmente por adhesi¨®n al r¨¦gimen de turno. Una ideolog¨ªa progresista tiende al reconocimiento profesional del designado (no confundir con tecnocracia), y a un consenso lo m¨¢s amplio posible para la determinaci¨®n de puestos clave, como el de director del FBI. Vemos la diferencia entre la divisa de un cuerpo militar como los Carabinieri, "Fidelissima" (al poder), y el "estamos para ayudarle" de la polic¨ªa comunitaria brit¨¢nica.
El caso del Pa¨ªs Vasco es singular. Las jefaturas de la Ertzaintza son todas de "libre designaci¨®n", que, seg¨²n curiosa (y criticable) sentencia judicial, solo es responsabilidad "del alma de la administraci¨®n". Dicho claramente, el consejero de Interior pone al mando de unidades a quien le da la gana. Las jefaturas de las polic¨ªas locales, las olvidadas y relegadas por la Ley de Polic¨ªa del Pa¨ªs Vasco, se regulan por un proceso de oposici¨®n, al menos basado en la posible objetividad de una selecci¨®n por concurso p¨²blico. Otra cosa es que las condiciones de ese concurso puedan favorecer a determinado tipo de opositores; por ejemplo, valorando preponderantemente el euskera. Pero nos encontramos con que incluso este ¨²ltimo sistema ha sido pervertido.
Hace unos a?os, a ra¨ªz del conflicto entre el entonces alcalde de Bilbao, Jos¨¦ Mar¨ªa Gorordo, y el jefe de la Polic¨ªa Local bilba¨ªna, decidi¨® el Consistorio crear la plaza de "Director de Seguridad". Un puesto "de confianza", por encima del jefe, y que no se sabe en qu¨¦ lugar dejaba al concejal delegado, pero, en fin. Ahora, el ¨¢nimo pionero del actual ayuntamiento, nombra "Jefe en funciones" de la Polic¨ªa Municipal a un oficial de la misma (uno determinado, claro), salt¨¢ndose escalafones y m¨¦todos selectivos, y postergando a otros profesionales de reconocido prestigio. He aqu¨ª el cambio de rumbo prometido por el se?or Azkuna y su concejal Olabarria. La modernizaci¨®n policial parece concretarse en la designaci¨®n desde el trono municipal del Sab-Heriseker bilba¨ªno.
Teo Santos es ertzaina, experto en temas policiales.
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