Comedia drogada
"El puto amigo nos ha jodido", dice en su lenguaje caracter¨ªstico uno de los personajes de la obra: drogotas, alucinados, delirantes. Era una frase m¨¢s bien de las madres, cuando hablaban de su chico al que hab¨ªan perdido los amigos: las "malas compa?¨ªas". Hay algo de lenguaje de madre traspuesto en los datos morales de este espect¨¢culo sobre la droga: drogado, pienso, porque todo transcurre dentro de ese caos de los personajes en situaciones de las que se llaman "l¨ªmite", aunque van mas all¨¢ de los l¨ªmites. Es una forma violenta de presentar a unas v¨ªctimas de la droga, y en ese sentido todo es v¨¢lido.Lo es tambi¨¦n como narraci¨®n y como teatro. La forma de girar el tema de un personaje a otro, la velocidad de la acci¨®n, el di¨¢logo dentro de un sector del mundo, est¨¢n bien hechos. La tensi¨®n aparece desde el primer momento: no se pierde en la hora y media, y no se liquida al final: sigue en el aire.
Caos De Antonio ?lamo
Int¨¦rpretes: Mariano Alameda, Daniel Huarte, Sergio Villoldo, Rodolfo Sancho. Escenograf¨ªa y vestuario, Rafael Garrigos, Julio Pastor, Maika Chamorro. Direcci¨®n, Eduardo Fuentes. Teatro Alc¨¢zar.
Ah, bueno, parece que est¨¢n todos muertos, pero eso importa poco. Llevo vistas demasiadas obras en las que al final se va sabiendo que todos los personajes est¨¢n muertos, y que aquello donde est¨¢n es el infierno, que ya me da igual: me interesa esta obra en tanto que seres vivos y ca¨®ticos, y como literatura dram¨¢tica, y supongo que tambi¨¦n a los otros espectadores. Muchos de los cuales fueron a ver la obra -hablo de una tarde de f¨²tbol hist¨®rico, con la ciudad drogada en ese otro estupefaciente- para mirar a los chicos. Cuatro mujeres por hombre; la mayor parte, jovencitas. Est¨¢ bien, antes se iba a ese mismo teatro a mirar a las chicas de Celia G¨¢mez, y ahora se va a ver a los chicos, queridos en la televisi¨®n: no s¨®lo son monos y graciosos, sino que se diferencian de aquellas coristas en que son buenos actores. Dirigidos por Eduardo Fuentes, saben hablar este di¨¢logo r¨¢pido, colocar sus interjecciones, meter las palabras duras; los delirios est¨¢n bien fingidos, los golpes a la bater¨ªa suenan bien, y se merecen no solo los grititos amorosos, sino los aplausos de la gente seria
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