'Krampack', una comedia de adolescentes de Cesc Gay, mantiene alto el nivel del certamen Un d¨ªptico sobre Andaluc¨ªa, primera propuesta interesante de la secci¨®n de documentales
Tiene un t¨ªtulo extra?o, Krampack. Es la primera pel¨ªcula en solitario del catal¨¢n Cesc Gay -Hotel Room era su filme de exordio, aunque firmada al alim¨®n- y acaba de ganar el premio de la Juventud en el Festival de Cannes. Es una comedia fresca, con adolescentes, pero no pensada s¨®lo para ellos. Su paso, ayer, por el Festival de Cine de M¨¢laga mantuvo el buen nivel exhibido el d¨ªa anterior con la comedia de Garc¨ªa S¨¢nchez, Azcona y Juan Luis Galiardo Adi¨®s con el coraz¨®n, donde el actor dabaun recital a lo Mastroianni con su versi¨®n de un cutre y tierno gal¨¢n crepuscular.
Habr¨ªa que dejar constancia de por lo menos dos grandes virtudes de Krampack: una, que aunque se juega siempre en un terreno moralmente ambiguo, jam¨¢s reprende ni juzga a sus personajes. Dos, que es un relato reposado y luminoso, al cual se entra poco a poco, casi sin darse cuenta.Esta muy libre versi¨®n de la pieza teatral hom¨®nima de Jordi S¨¢nchez habla de lo que casi todas las ficciones de aprendizaje: del despertar de los sentidos, de la confusi¨®n de los instintos en el siempre dudoso periodo del fin de la adolescencia, del terreno ambiguo que separa la amistad viril del deseo f¨ªsico consumado. Y lo hace jugando siempre entre l¨ªneas, muy bien interpretado en sus papeles protag¨®nicos por Fernando Ramallo, Marieta Orozco y un gran hallazgo, Jordi Vilches. Es un filme, adem¨¢s, aviesamente l¨ªmpido, hecho casi como una fresca f¨¢bula veraniega, que, no obstante, esconde una clara sabidur¨ªa vital, un libertarismo tan compartible como necesario.
En la rueda de prensa posterior al pase de la pel¨ªcula, cuyo estreno est¨¢ previsto para el pr¨®ximo 16 de junio, el director Cesc Gay afirm¨® que "no hab¨ªa querido hacer una pel¨ªcula sobre la homosexualidad; ni mucho menos tratarla como un melodrama mexicano". Efectivamente, le ha salido una pel¨ªcula tranquila, llena del ambiente l¨¢nguido de las vacaciones de verano, y centrada en las emociones y pulsiones sexuales que surgen entre los dos amigos adolescentes.
Y ha sido en el tema del reparto de los protagonistas donde Gay ha acertado plenamente, con un Fernando Ramallo y un Jordi Vilches (quien en la vida real trabaja como acr¨®bata en un circo) cre¨ªbles y reales como los protagonistas de una pel¨ªcula de Rohmer. "Lo m¨¢s duro fue elegir a chicos delgados, de cuerpos peque?os, porque ahora casi todos los adolescentes son unos t¨ªos fuertes y enormes", dijo el director. El jovenc¨ªsimo Ramallo asegur¨® que durante el rodaje hubo un ambiente absolutamente relajado y que entraron en el tema de las relaciones er¨®ticas entre ellos (en la jerga de los muchachos llaman as¨ª a sus masturbaciones mutuas) "casi sin darnos cuenta".
Andaluc¨ªa y cante jondo
Gay, que reconoci¨® la sorpresa que hab¨ªa supuesto para ¨¦l el premio de la Juventud en Cannes -"no dise?amos esta pel¨ªcula para adolescentes", dijo-, admiti¨® que los personajes femeninos se hab¨ªan abordado completamente en funci¨®n de los chavales protagonistas. Con mucha sinceridad admiti¨®: "A¨²n no s¨¦ dirigir bien a las mujeres".
Por otra parte, la selecci¨®n de la secci¨®n documental se inici¨® con dos propuestas que parecen casi un d¨ªptico: La punta del moral, de Ricardo Iscar y Nacho Mart¨ªn, y el impresionante Agujetas, cantaor, de la francesa Dominique Abel.
El primero habla de un h¨¢bitat humano amenazado, el que ocupan los pescadores del pueblo onubense del t¨ªtulo; el segundo, de uno de los ¨²ltimos cantaores puros, ese Agujetas de Jerez que, a sus tal vez 75 a?os -nunca se puede estar seguro con un gitano analfabeto y que huye de lo legal como de la peste-, sigue reivindicando con su arte un cante tan hondo como dif¨ªcil, en los l¨ªmites incluso para muchos de los aficionados al gran arte gitano.
Tradici¨®n y modernidad son los goznes en los que se mueven las dos propuestas. Iscar y Mart¨ªn se mueven sin ning¨²n apoyo desde el off sonoro, capturando, en la mejor tradici¨®n del documental etnogr¨¢fico que casi llega a ser, la cotidianeidad amenazada de unas familias que s¨®lo saben vivir de la pesca. Por su parte, Abel demuestra un contundente dominio del terreno en el que juega su biografiado, tal vez el ¨²ltimo representante de un cante asilvestrado, alejado de lo social, capaz s¨®lo de dar cuenta de la pura angustia de la existencia.
La de Dominique Abel es una propuesta, filmada en blanco y negro, de inusual rigor musical, pero tambi¨¦n de enorme sabidur¨ªa narrativa, que capta momentos de estremecedora, deslumbrante belleza, y que aqu¨ª, visto entre entendidos y amantes del misterio del cante, cobra una fuerza en la que seguramente estaba pensando su h¨¢bil, inspirada creadora.
Babelia
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