Bonet
"Que quede claro: el museo no cambiar¨¢ de rumbo, s¨®lo se trata de hacerlo m¨¢s plural". Hace casi cinco a?os, cuando se hizo cargo del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), Juan Manuel Bonet explic¨® cu¨¢les eran sus intenciones. Y a?adi¨®: "Pretender asociar la llegada de un partido pol¨ªtico al poder con un cambio de programa est¨¦tico es algo que s¨®lo se puede hacer desde la mala fe. Pienso que, ni en Valencia ni en ninguna otra comunidad aut¨®noma, la llegada del PP al poder significa la llegada de ning¨²n estilo...". La semana pasada, al dejar el cargo con la perspectiva de volver a Madrid para asumir la direcci¨®n del Centro de Arte Reina Sof¨ªa, recibi¨® un homenaje del equipo del museo valenciano en la forma de un caluroso aplauso, mientras era objeto de los ¨²ltimos exabruptos de quienes no le perdonan que haya sabido mantener sus objetivos a salvo del espeso pantano cultural que otras gestiones, guiadas por impulsos bastante insalubres, han ensanchado hasta la n¨¢usea sin ning¨²n escr¨²pulo. La tarea no era f¨¢cil, aunque resultase intelectualmente atractiva. Tal vez no lo era precisamente porque resultaba racional y plausible. Con un pie en el arte y otro en la literatura, Bonet conoce muy bien las vanguardias hist¨®ricas, pero ha abierto tambi¨¦n la programaci¨®n del museo, como ya anunci¨®, a otras voces, figurativas y no figurativas, externas al discurso de la vanguardia, y ha prestado atenci¨®n a otros polos de inter¨¦s, a otras expresiones. Sus planteamientos, desde luego, pueden discutirse, pero s¨®lo desde la mezquindad y el sectarismo ser¨ªa posible descalificarlos. El IVAM sigue siendo un museo de referencia, un nudo reconocido en la compleja red internacional de centros art¨ªsticos. Intelectual sin carnet de partido y, a la vez, n¨ªtidamente comprometido con la mayor¨ªa pol¨ªtica actual, Bonet deja entre nosotros otra aportaci¨®n: la capacidad de di¨¢logo con gentes de posiciones ideol¨®gicas distintas sin exigir peajes, la constataci¨®n de que la cultura todav¨ªa puede generar espacios de contraste ajenos a la falsificaci¨®n demag¨®gica. Desde algunos sectores del poder han intentado cobrarle un precio por ello, pero sus facturas s¨®lo tienen valor en otro mercado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.