Berl¨ªn teme que el escudo antimisiles desencadene otra carrera de armamento

Antes de la llegada del presidente norteamericano Bill Clinton ayer a Berl¨ªn, el Gobierno alem¨¢n bosquej¨® apresuradamente una posici¨®n p¨²blica ante el proyecto de Washington para construir un escudo nuclear que proteja el territorio norteamericano de los ataques de los llamados Estados gamberros. Berl¨ªn, sin embargo, no est¨¢ a¨²n preparada para contestar a la pregunta que Clinton puso sobre el tapete en Lisboa: ?quiere Europa compartir la tecnolog¨ªa del Sistema Nacional de Defensa Antimisiles (NMD) con Estados Unidos?

Alemania, la primera potencia econ¨®mica de Europa, no es una potencia nuclear y su posici¨®n (donde la opini¨®n p¨²blica ha comenzado a formarse este a?o) no est¨¢ a¨²n lo suficientemente madura. El canciller Gerhard Schr?der, sin embargo, estaba moralmente obligado a transmitir a Clinton las preocupaciones europeas, en v¨ªsperas de la reuni¨®n del l¨ªder estadounidiense con el presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, en Mosc¨². Clinton tratar¨¢ de proponer a Rusia un compromiso que haga compatible el tratado ABM de 1972 (al que Mosc¨² no quiere renunciar hoy bajo ning¨²n concepto) y un sistema de defensa antimisiles limitado, con base en Alaska y dirigido contra los posibles ataques desde Estados asi¨¢ticos.En Berl¨ªn, expertos alemanes con algo que decir sobre la guerra de las galaxias fueron convocados el martes a una reuni¨®n a puerta cerrada organizada por el Ministerio de Exteriores. Medios alemanes afirman que hay divergencias en la Administraci¨®n sobre si Ir¨¢n debe incluirse entre los Estados gamberros, junto a Corea del Norte, Irak y Libia. En el reparto de funciones dentro del Gobierno, el tema guerra de las galaxias es "asunto del jefe", es decir, de Schr?der.

Desde una postura inicial de escepticismo y rechazo ante la posibilidad t¨¦cnica de construir un escudo defensivo, Alemania ha pasado a aceptar que el NMD puede ser una realidad al margen de lo que piensen los europeos, si el proyecto funciona t¨¦cnicamente, y as¨ª lo ha expresado recientemente Karsten Voigt, el encargado de las relaciones con EEUU en Exteriores. Berl¨ªn reconoce hoy el derecho de EEUU a tener su propia percepci¨®n de las amenazas y a defenderse de ellas.

La pol¨ªtica alemana en torno a la NMD est¨¢ penetrada por tres ideas b¨¢sicas, definidas por el portavoz gubernamental, Uwe-Carsten Heye:

1. Deben mantenerse los controles de armamento nuclear existentes, entre ellos el tratado ABM.

2. Debe evitarse una nueva carrera de armamento mundial.

3. No debe ponerse en peligro la cohesi¨®n de la Alianza Atl¨¢ntica.

Esto ¨²ltimo parece hacer referencia tanto a EEUU como al Reino Unido, que mantiene una postura particular, dado que podr¨ªa participar con la modernizaci¨®n de sus estaciones de radar en el NMD. Con estos tres puntos, Alemania sugiere que el NMD deber¨ªa ser compensado con nuevos acuerdos de desarme, como el START III.

El presidente Clinton debe decidir a fines de a?o si construye el sistema NMD. A la pregunta sobre las necesidades europeas de compartir la tecnolog¨ªa del NMD, hab¨ªa respondido hace poco el polit¨®logo Ernst-Otto Czempiel, de la Universidad de Francfort. Czempiel ha dicho que, de aceptar la oferta de participar en una defensa antimisiles, "se habr¨ªa acabado la Uni¨®n Europea como socio en igualdad de derechos con EEUU. Y se habr¨ªa acabado tambi¨¦n el euro".