El Museo de Arte abona la creatividad de los presos de Girona
Rebosan de lo que m¨¢s carecen muchos artistas supuestamente libres: oc¨¦anos de tiempo para idear y ejecutar sus obras. Su creatividad es una forma de conocimiento, pero tambi¨¦n de fuga: s¨®lo un recluso puede aferrarse a un cuadro como si se tratase de una alfombra m¨¢gica capaz de transportarle a un mundo de sue?os o de elevarle cr¨ªticamente sobre los errores y desenga?os de su vida. La experiencia que el Museo de Arte de Girona realiza durante todo el a?o en el centro penitenciario de la ciudad, de la mano del pintor Pau Baena, rebasa la concepci¨®n del arte carcelario entendido como una simple manualidad para matar el tiempo e intenta facilitar a los reclusos elementos de candente reflexi¨®n cr¨ªtica que despu¨¦s pueden ser expresados mediante las m¨¢s diversas disciplinas art¨ªsticas.El primer contacto entre la prisi¨®n de Girona y el Museo de Arte surgi¨® durante un taller de la exposici¨®n Una cambra pr¨°pia, una compleja exhibici¨®n pluridisciplinaria inspirada en el libro del mismo t¨ªtulo de Virginia Wolf, dedicada a los espacios creativos f¨ªsicos y mentales. La c¨¢rcel se convirti¨® en uno m¨¢s de estos reductos creativos y los trabajos de los reclusos fueron expuestos en el museo. La experiencia result¨® tan enriquecedora que las direcciones de ambos centros decidieron darle continuidad.
Rilke y la c¨¢rcel
La actividad que lleva por t¨ªtulo Escrituras de los d¨ªas consiste en encuentros semanales de unas tres horas durante los cuales, adem¨¢s de explicar, discutir y analizar el material elaborado por los presos durante la semana, se introducen nuevos elementos de discusi¨®n. A menudo, determinados fragmentos de un escritor sirven como base para iniciar el debate. As¨ª, el pasado mes de abril unos versos de Rilke iniciaron un fruct¨ªfero viaje al mundo interior, con paradas en la infancia y en el poso de los recuerdos. Pau Baena, ide¨®logo y coordinador de la experiencia, asegura que la pr¨¢ctica del arte es inseparable de la vida y las circunstancias personales de los creadores. El pintor est¨¢ convencido de la bondad del arte como terapia ps¨ªquica y como coadyuvante a la rehabilitaci¨®n.
Entre los ejemplos que demuestran la efectividad del arte para matar ciertos demonios de algunos reclusos, Baena explica el caso de un condenado por el asesinato de su mujer que encontr¨® en la plasmaci¨®n de torturadas figuras una f¨®rmula de descarga de tensi¨®n, y el de una reclusa enganchada a la droga que consigui¨® dominar sus l¨²gubres pesadillas convirti¨¦ndolas en poemas. En otros creadores, el arte es una v¨ªa de escape que les permite fabular un mundo propio con el que resistir la insustancial rutina carcelaria.
En una mesa vitrina del Museo de Arte se expone permanentemente el resultado de la experiencia y se van incorporando nuevas creaciones. "Es una t¨ªmida forma de acercar dos mundos terriblemente incomunicados", afirma Baena.
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