Mon¨®logo exterior de una mujer
Una de las mejores cosas que han pasado este a?o por Madrid en Danza es el baile maduro y elegante de Jo?lle Bouvier. La vimos hace a?os varias veces, acompa?ada por Regis Obadia y su compa?¨ªa en diferentes obras (primero, El Reino milenario en La Villa, y despu¨¦s, en el Alb¨¦niz, donde tambi¨¦n hab¨ªa un columpio, y ella estaba rubia, fascinante en su femineidad casi provocativa). Ahora este solo es un intenso desnudo con la plasticidad de un desv¨¢n en ruinas. La bailarina rebusca en las motivaciones de la soledad de la mujer abandonada de s¨ª misma la infancia con marcas que se desdibujan pero no desaparecen del subconsciente, la sugerencia del tratamiento lacaniano de las obsesiones, el desprecio ego¨ªsta por lo que sucede puertas afuera de su mundo; as¨ª, hasta armar un todo coral que no decae en lo dram¨¢tico.Actualmente el baile de Bouvier sigue partiendo de su colocaci¨®n exquisita, su potencia y un arrebato l¨ªrico que la distingue. En la pieza se intercalan al menos tres breves bailes en los que resalta la gran artista de danza que es. Resulta una danza desesperada y oscura, que reclama comprensi¨®n sensitiva. Al ver su solo se piensa en otra grande del g¨¦nero, Susanne Linke, aunque explorando el aria lamentabile por senderos muy diferentes, y tambi¨¦n hubiera algo de la danza-teatro alemana, m¨¢s tendente a ese brusco tratamiento conc¨¦ntrico, que puede ser despiadado con el espectador, pero de gran efectividad, pues el espectador recibe un golpe de humor y uno de rabia, sin otra pausa que un desesperado di¨¢logo con la nada.
L'Esquisse Depeche toi
Coreograf¨ªa e interpretaci¨®n: Jo?lle Bouvier; asesor coreogr¨¢fico: Rafael Pardillo; vestuario: Rachel Quarmby. Teatro del Instituto Franc¨¦s. Madrid, 9 de junio.
Decididamente, el solo es un riesgo y se necesita del temple y de la madurez de un int¨¦rprete de categor¨ªa capaz de interiorizar las im¨¢genes y devolverlas, convertidas en movimiento, en acci¨®n, bailada o no, pero a trav¨¦s del cuerpo, y en este caso, de una voz rota por el hambre de lucidez, o acaso de compa?¨ªa.
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