Riesgos en Kosovo
La inestabilidad de Kosovo se ha acentuado coincidiendo con el primer aniversario de la entrada de las tropas aliadas en lo que todav¨ªa es nominalmente territorio serbio. Los ajustes de cuentas, atentados, ataques contra personas indefensas, se multiplican. Las v¨ªctimas son principalmente serbios. En v¨ªspera del examen por el Consejo de Seguridad de la situaci¨®n en la zona tras un a?o de ocupaci¨®n militar internacional, el secretario general de la ONU acaba de emitir un informe en el que considera que la violencia contra minor¨ªas ¨¦tnicas se mantiene en niveles inaceptables. Considera Kofi Annan que los ataques contra civiles serbios (ocho muertos la semana pasada) obedecen a una campa?a orquestada. Otro memor¨¢ndum, ¨¦ste de la oficina de la ONU para los refugiados y la OSCE, abunda en lo mismo y concluye se?alando que albaneses y serbios (de ¨¦stos quedan aproximadamente 100.000) forman dos sociedades separadas en todos los ¨®rdenes.El riesgo es que se pierda la paz despu¨¦s de haber ganado una guerra que, un a?o despu¨¦s, sigue atormentando a sus protagonistas. Con pocos d¨ªas de diferencia, la Fiscal¨ªa del Tribunal de La Haya para la antigua Yugoslavia informaba al Consejo de Seguridad de que no existen bases para acusar a la OTAN de cr¨ªmenes de guerra, como pretend¨ªa el caudillo yugoslavo Slobodan Milosevic, mientras Amnist¨ªa Internacional consideraba que algunos ataques aliados hab¨ªan violado el derecho internacional. Se puede esgrimir que la amilanada estrategia elegida por Occidente, bombardeos a 20.000 metros de altura, no funcion¨® como se pensaba; que muchos de sus proyectiles erraron y que, como consecuencia, en Kosovo y en Serbia perecieron tr¨¢gicamente inocentes civiles. Dif¨ªcilmente, sin embargo, cabe considerar esas muertes como cr¨ªmenes de guerra. Estados Unidos y Europa recurrieron a la fuerza para contrarrestar un rosario de atrocidades imputables al dictador Milosevic.
Kosovo es ahora un territorio desorganizado, sin futuro claro, sin instituciones que funcionen apropiadamente y donde una parte de las v¨ªctimas se han convertido en verdugos. Las promesas occidentales en dinero y organizaci¨®n se cumplen poco, tarde y mal. Tanto que el aparato propagand¨ªstico del dictador serbio se permite pedir la retirada de las fuerzas internacionales y el final del mandato, por "traici¨®n", del administrador de la ONU, Bernard Kouchner.
Pero todo ello no obedece s¨®lo a la dificultad objetiva de rehacer un pa¨ªs sometido hace s¨®lo un a?o a una guerra a¨¦rea devastadora. Ra¨ªz fundamental de la situaci¨®n es la ambig¨¹edad occidental sobre su estatuto, el limbo en el que de hecho vive una regi¨®n que en teor¨ªa forma parte de Serbia y que, seg¨²n el Consejo de Seguridad, debe disfrutar de "autonom¨ªa sustancial" y "significativa autoadministraci¨®n". Nadie parece saber con exactitud qu¨¦ significan esos conceptos, y el Consejo sigue dando largas a la petici¨®n de Annan para su debate y definici¨®n. La guerra, adem¨¢s, ha alentado entre los albaneses moderados la idea de que Kosovo puede ser independiente. Tras lo sucedido, un alban¨¦s de origen dif¨ªcilmente se someter¨¢ por propia voluntad al poder de Belgrado. El te¨®rico objetivo multi¨¦tnico es hoy una bienintencionada utop¨ªa.
Los albanokosovares tampoco aceptar¨¢n indefinidamente un r¨¦gimen casi colonial. Para que el mandato de la ONU acabe cuajando es imprescindible no s¨®lo la presencia armada occidental, sino m¨¢s dinero, m¨¢s polic¨ªa e instituciones eficaces en el d¨ªa a d¨ªa. Es tambi¨¦n crucial preparar urgentemente unas elecciones cre¨ªbles -en oto?o habr¨¢ comicios municipales- que impidan la ocupaci¨®n del vac¨ªo pol¨ªtico por extremistas de toda laya. La ¨²nica esperanza para Kosovo a corto plazo es la ejecuci¨®n de esa difusa autonom¨ªa. Y junto a ella, una estrategia aliada para llevar el cambio a Belgrado. Con Milosevic al tim¨®n -aun en precario, aun acorralado como criminal de guerra-, ninguna soluci¨®n civilizada es posible en el espacio de la antigua Yugoslavia sobre el que todav¨ªa influye. Se llame Bosnia, Montenegro o Kosovo.
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