Los bajos precios de los productos y las subidas de los carburantes disparan el malestar en el campo valenciano
Los agricultores temen que la supresi¨®n de las ayudas ponga en peligro la continuidad del sector
Vender un kilo de patatas entre cinco y 13 pesetas cuando cuesta 25 pesetas de producir y se vende a 70 pesetas el kilo en los comercios no parece un buen negocio. Es el bot¨®n de muestra que se repite en la producci¨®n agr¨ªcola de muchas comarcas valencianas. Los bajos precios de productos como las patatas, la fruta de verano de la Vall d'Albaida (ahora diezmada por el pedrisco), las alcachofas de Benicarl¨® o los c¨ªtricos est¨¢n provocando numerosas manifestaciones de los agricutores, convocados por las organizaciones agrarias durante los ¨²ltimos meses. Protestas contra el decreto de polinizaci¨®n, por los bajos precios de los productos, as¨ª como las m¨¢s recientes contra la subida de los carburantes o la petici¨®n de mantener las ayudas de la Uni¨®n Europea a los frutos secos, son algunas de sus reivindicaciones."El agricultor es un empresario que trabaja e invierte en un producto, no es una pieza de museo y quiere vivir dignamente de su trabajo", afirma el presidente de la Asociaci¨®n Valenciana de Agricultura (AVA), Crist¨®bal Aguado, que considera que los productos mediterr¨¢neos est¨¢n discriminados respecto a otros europeos. Una opini¨®n compartida por el secretario general de la Uni¨® de Llauradors i Ramaders, Lucio Monteagudo, que defiende la constante desventaja de los productos mediterr¨¢neos frente a otros continentales. Europa, explica Monteagudo, "siempre mira hacia el norte y el centro, nunca hacia el sur".
Las organizaciones agrarias reclaman la necesidad de renegociar las ayudas directas a los productos mediterr¨¢neos, a trav¨¦s de las Organizaciones Comunes de Mercados (OCM), en la actualidad pendientes de renovaci¨®n y que seg¨²n los representantes de los agricultores, "no han evolucionado a la vez que las necesidades de los sectores" y no re¨²nen las condiciones necesarias para salir de la crisis.
?ste ser¨ªa el caso de la OCM del arroz, en la que se est¨¢ estudiando la supresi¨®n del precio de intervenci¨®n del producto, un colch¨®n que asegura una renta m¨ªnima, o la de frutas y hortalizas, dentro de la que se est¨¢ planteando la supresi¨®n de ayudas a los frutos secos, un sector que la Uni¨®n Europea (UE) considera preparado para competir con los pa¨ªses terceros. Los agricultores temen que la supresi¨®n de ayudas pondr¨ªa en peligro la continuidad de un sector importante en las comarcas de interior. La preocupaci¨®n provoc¨®, la semana pasada, una reuni¨®n entre la Consejera de Agricultura, Mar¨ªa ?ngeles Ram¨®n-Llin y representantes de agricultura de Catalu?a, Murcia, Andaluc¨ªa y Baleares, para hacer un frente com¨²n y que la UE siga financiando y mantenga las ayudas.
En la Comunidad Valenciana hay 167.000 hect¨¢reas dedicadas al cultivo de frutos secos, un sector del que viven 80.000 familias. La producci¨®n anual de almendras es de 61.000 toneladas, un cuarto de la producci¨®n nacional y 50.400 toneladas de algarrobas, el 48% del total espa?ol. La supresi¨®n de estas ayudas se plantea especialmente dram¨¢tica porque las explotaciones de frutos secos se sit¨²an en zonas desfavorecidas y con escasez de recursos h¨ªdricos, lo que hace dif¨ªcil su sustituci¨®n por un cultivo alternativo.
La reforma de la OCM de frutas y hortalizas es vista por los agricultores como el paso necesario para paliar las deficiencias de sectores estrat¨¦gicos para el campo, como el citr¨ªcola, que este a?o ha tenido una mala campa?a, caracterizada por la ca¨ªda de cotizaci¨®n de casi todas sus variedades. Los precios que se pagaron al agricultor, similares a los de hace 20 a?os, estuvieron marcados por una falta de planificaci¨®n de la campa?a y el incremento descontrolado de la superficie destinada al cultivo, que aumenta a raz¨®n de 10.000 hect¨¢reas cada a?o.
Otra de las preocupaciones es el progresivo envejecimiento de su poblaci¨®n y la ausencia de relevo generacional. La poca rentabilidad del campo agudiza la tendencia de los j¨®venes a abandonar la agricultura, de forma que m¨¢s de la mitad de los agricultores valencianos tienen entre 55 y 60 a?os. Los j¨®venes buscan empleo en otros sectores productivos y mantienen el trabajo en el campo como actividad secundaria, lo que convierte la agricultura a tiempo parcial en una pr¨¢ctica muy com¨²n. "S¨®lo el 10% de los agricultores se dedican exclusivamente a esta actividad", explica el presidente de AVA. Esta situaci¨®n, explica Cristobal Aguado, permite "aguantar" mejor las malas campa?as, ya que "si vivieran s¨®lo del campo, la situaci¨®n ser¨ªa mucho m¨¢s dram¨¢tica".
Toda esta problem¨¢tica est¨¢ marcada por una caracter¨ªstica coyuntural del campo valenciano: el minifundismo. La parcelaci¨®n agraria es superior a la de cualquier pa¨ªs europeo. As¨ª y frente al proceso de reagrupaci¨®n de tierras en los pa¨ªses europeos, m¨¢s del 50% de las explotaciones valencianas tienen menos de una hect¨¢rea; alrededor del 30% tienen entre una y cinco hect¨¢reas y s¨®lo un 15% supera las cinco hect¨¢reas. Las organizaciones agrarias piden un plan ambicioso de modernizaci¨®n del campo que tome medidas contra la parcelaci¨®n agraria y favorezca la agrupaci¨®n de tierras, lo que tendr¨¢ evidentes ventajas en cuanto a reducci¨®n de costes de producci¨®n y mejora de la competitividad. La pelota est¨¢ ahora en el tejado de la Consejer¨ªa de Agricultura, que est¨¢ elaborando un proyecto de ley que favorezca la agrupaci¨®n de tierras.
Desde la Uni¨® de Llauradors i Ramaders-COAG, que estos d¨ªas anunciaron movilizaciones frente al Palau de la Generalitat cada d¨ªa que se re¨²na el Consell y hasta que Eduardo Zaplana los reciba, han solicitado al Gobierno valenciano la elaboraci¨®n de una ley b¨¢sica de agricultura y desarrollo rural, que regule todos los aspectos de la actividad agr¨ªcola y de aquellos que la trabajan y que priorice a los agricultores por encima de otras consideraciones.
Mientras los agricultores se manifiestan y la Administraci¨®n espa?ola mira hacia Europa, el campo valenciano se prepara para afrontar la campa?a de verano, que en comarcas como la Vall d'Albaida se plantea dif¨ªcil para la cosecha de frutas, que arrastran una crisis desde hace siete a?os y se agrava con los da?os del pedrisco.
La Administraci¨®n, concluye Monteagudo, debe decidir "si apuesta por una agricultura con agricultores o en manos de las empresas".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.