Venlo celebra la llegada de Paco
Para las aficionadas holandesas que siguen a Espa?a en su refugio de la Eurocopa, todos los jugadores se llaman como el central del Zaragoza
Los rumores circulan como reguero de p¨®lvora. "Yo he visto a tres jugadores de Espa?a en el centro del pueblo, dos altos y uno mediano. Algo incre¨ªble", se ufana la se?ora Netty, con una trompeta vibrando al fondo. El festival de jazz de Venlo coincide con la presencia de la selecci¨®n espa?ola en un castillo de las inmediaciones. Corre la cerveza por el centro hist¨®rico de esta localidad holandesa de m¨¢s de 60.000 habitantes, y las bandas se distribuyen en todas las plazas, atestadas de gente y de bares cerveceros. El pueblo est¨¢ orgulloso. Venlo, una almendra medieval con cintur¨®n industrial incluido, no ha vivido muchos acontecimientos multitudinarios en los ¨²ltimos a?os y ¨²ltimamente se le acumulan. "Aqu¨ª tenemos un carnaval bastante agitado, y alguna fiesta de vez en cuando, pero que nos visite la selecci¨®n de Espa?a es algo extraordinario para un lugar tan tranquilo", comenta Netty, de 50 a?os, directora de un programa de radio local. "La gente es muy f¨²tbol-pensante en este pa¨ªs, y que un equipo como Espa?a nos visite es muy importante... ?Podr¨ªa venir el se?or Camacho a visitarnos al estudio?".Por menos de 300 pesetas la entrada, cualquiera pod¨ªa acercarse a los entrenamientos de Espa?a. El control de la venta de billetes lo llev¨® el club Tiglieja, donde se entrena el equipo. Hasta que los administradores decidieron permitir el ingreso gratis. Un chiringuito ameniz¨® la atm¨®sfera, que se fue calentando a lo largo de la semana pasada. Camacho comenz¨® a percibir cierto murmullo inquietante, en las pr¨¢cticas vespertinas. De pronto, las vallas que limitan el campo de entrenamiento se atestaron con cientos de personas. Ni?os, madres, abuelos, ociosos, adolescentes en minifaldas a la caza de un aut¨®grafo de mano de cualquier individuo que se paseara con uniforme oficial de la RFEF. Al grito de "?Paco, Paco...!" arremetieron las ni?as, que no parecieron distinguir al central Paco J¨¦mez de otro miembro de la plantilla. Casillas era Paco, Abelardo era Paco, Guardiola era Paco. El propio Ra¨²l fue rebautizado como "Paco" por las aficionadas holandesas.
"?Lo que ocurre aqu¨ª es incre¨ªble!", se admiraba un curioso cincuent¨®n, hace tres d¨ªas. "Los jugadores espa?oles llegan al entrenamiento en bicicleta. Vemos pasar a Guardiola, Hierro, Ra¨²l... todos en bicicleta por el camino que va al hotel. Y siempre con tiempo de firmar aut¨®grafos a todo el mundo. Eso es algo que no ocurre con la selecci¨®n de Holanda. ?sos viven en un b¨²nker. Son los locales y es l¨®gico que los vuelvan locos". Otro subraya el acierto: "Por eso se van a Espa?a, porque como dijo Seedorf : 'All¨ª hace sol, juego en un gran club, y gano mucho m¨¢s dinero que aqu¨ª'. Los jugadores holandeses se van de Holanda por dinero".
Venlo es una ciudad de frontera, lejos de las grandes ciudades de los Pa¨ªses Bajos, pero bien comunicada por un cruce de caminos, junto a la frontera con Alemania. Camacho eligi¨® un suburbio de sus inmediaciones, Tegelen, para concentrarse con Espa?a. Pocos lugares hab¨ªa m¨¢s remotos en el mapa de hoteles de los Pa¨ªses Bajos que repas¨® la Federaci¨®n antes de decidir el emplazamiento del cuartel espa?ol durante el campeonato. Viajar¨¢n s¨®lo para jugar. Y tras los partidos regresar¨¢n a su refugio.
Fundada en el a?o 90, seg¨²n la leyenda, por Vaulas, jefe de una tribu germ¨¢nica, Venlo est¨¢ en la parte cat¨®lica de Holanda, al sur del r¨ªo Maas. En 1.364 ingres¨® en la Liga Hanse¨¢tica. La ciudad de Maastricht, que dio nombre al Tratado de la Uni¨®n Europea, se levanta a unos 70 kil¨®metros, r¨ªo Maas abajo. Amsterdam queda a 170 kil¨®metros y Amberes a 125. La frontera con Alemania dista dos o tres kil¨®metros del centro del pueblo, y se?ala su fortuna y sus calamidades. "Vivimos del comercio, de vender cosas a los alemanes que pasan camino de Amberes, Amsterdam y Eindhoven. Nos hemos enriquecido gracias a ellos", comenta un tendero. Pero aqu¨ª nadie olvida que tras los bosques de robles que se extienden hacia el este, persisten las ruinas de un aeropuerto militar construido por el Tercer Reich. Al final de la guerra, en 1945, los aliados bombardearon la base, y los puentes sobre el Maas. M¨¢s de 5.000 civiles murieron en pocos d¨ªas. "S¨®lo Rotterdam sufri¨® m¨¢s bajas civiles que Venlo durante la guerra", asegura el propietario de un hotel.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.