Suso de Toro reescribe las leyendas celtas en el libro sin g¨¦nero 'El pueblo de la niebla'

El escritor Suso de Toro (Santiago de Compostela, 1956) ha querido emular a los monjes medievales de Irlanda. ?stos, en el siglo IX, volcaron al pergamino las viejas leyendas c¨¦lticas que durante cientos de a?os se hab¨ªan transmitido oralmente de una generaci¨®n a otra. Los frailes irlandeses lograron que la memoria de Occidente conservase para siempre la ¨¦pica de aquel primitivo pueblo de guerreros, cuya impronta a¨²n pervive hoy en manifestaciones tan dispares como la m¨²sica folk o los juegos de rol. Pero los monjes medievales recogieron los relatos tal como los escuchaban, dispersos e inconexos, por lo que a ese mundo m¨ªtico "le falta una Il¨ªada", afirma De Toro. Para suplir esa carencia, el novelista gallego ha reescrito y sistematizado las leyendas c¨¦lticas en su libro El pueblo de la niebla.Autor prol¨ªfico, casi compulsivo, De Toro a¨²n no se ha repuesto del reciente lanzamiento de su ¨²ltima novela, Non volvas (Xerais), que saldr¨¢ pr¨®ximamente en castellano, y ya est¨¢ presentando O pobo da br¨¦tema, escrito en gallego y que Aguilar ha editado de forma simult¨¢nea en ambos idiomas. ?ste es un libro dif¨ªcil de encasillar en un g¨¦nero concreto, e incluso su propio autor lo define como "un pastiche". Tiene una primera parte narrativa, en la que dos cuervos van recreando las historias m¨ªticas de la fundaci¨®n y las vicisitudes b¨¦licas de los pueblos celtas. La segunda parte es m¨¢s un ensayo literario con apuntes hist¨®ricos. En ella, De Toro escudri?a las influencias celtas a lo largo de los siglos, desde las leyendas art¨²ricas hasta Stevenson, Joyce o Tolkien.

"En todo caso, se trata de una obra literaria", afirma su autor, "es un tipo de libro con el que me he sentido muy c¨®modo escribiendo, porque te da m¨¢s libertad para expresar tus opiniones personales que una novela, donde los que hablan son los personajes". En lo que se refiere a la reescritura de los relatos, De Toro ha tratado de ser lo m¨¢s fiel posible a los textos originales, aunque no ha tenido m¨¢s remedio que adaptarlos al lector actual. "Tal como est¨¢n redactados", afirma, "algunos resultan muy aburridos e incluso ilegibles".

En las leyendas c¨¦lticas -entre ellas, la de la fundaci¨®n de Irlanda por los hijos del caudillo galaico Breog¨¢n-, fulge constantemente el brillo de las espadas, "casi siempre empapadas en sangre", dice De Toro. Pero el espanto de la violencia queda atemperado por la nobleza del esp¨ªritu guerrero, que se resume en la frase del h¨¦roe celta C¨² Chulainn, escogida como cita inicial del libro: "Hago mercedes a todo d¨¦bil, a todo fuerte hago da?o". La pervivencia de lo c¨¦ltico tiene algo que ver, seg¨²n el autor, con la b¨²squeda de los or¨ªgenes y con la fascinaci¨®n por lo primitivo. "Frente al orden de la civilizaci¨®n romana, los celtas representan el caos. Roma encarna la ley y la letra escrita. Los celtas representan lo oral y lo libertario".

De Toro, historiador de formaci¨®n, no ignora que el mito c¨¦ltico goza de poco prestigio en el mundo acad¨¦mico. Durante el siglo XIX, en Galicia se recurri¨® a ¨¦l con frecuencia para dotar al nacionalismo de una fundamentaci¨®n hist¨®rica. En los ¨²ltimos a?os, los historiadores han tendido a arrinconar el celtismo en el ba¨²l de las leyendas literarias.