Holanda gana con m¨¢s energ¨ªas que ideas
El grupo D queda totalmente resuelto a falta de la ¨²ltima jornada
![Santiago Segurola](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fe505581b-3596-4161-bc77-1816c8c68bf7.png?auth=d22627484165dfcb062103e8d1fdebeb92a54c13220f4fd6553111e786e168fa&width=100&height=100&smart=true)
Holanda se llev¨® por delante a Dinamarca en la segunda parte, despu¨¦s de un primer tiempo en que observ¨® los mismos defectos que en el primer encuentro del torneo. Hasta su vigorosa reacci¨®n, interesante en un equipo con fama de quebradizo, prevaleci¨® la idea de un equipo en estado de crisis, seg¨²n la l¨ªnea que hab¨ªa marcado desde el Mundial de Francia.Sorprendentemente los holandeses parec¨ªan atacados por las dudas. No encontraban refugio en la posesi¨®n de la pelota, en primer lugar porque no dispon¨ªan de ella. En el dibujo hay algunas piezas mal ajustadas, y esta victoria frente a Dinamarca, por mucha holgura que haya en ese tres a cero, no servir¨¢ para remediar el problema.
Dos posiciones parecen definitivamente mal resueltas por Rijkaard. A Cocu, que tiene fama de vers¨¢til, le ha tocado peregrinar por todo el equipo. En el Mundial de Francia comenz¨® de interior izquierda y termin¨® de lateral izquierdo por necesidades del gui¨®n. Se lesion¨® Numan y su puesto fue ocupado por Cocu, cuya principal cualidad es el despliegue y la llegada al ¨¢rea. Cada temporada suele terminar con un saquito de goles. Esta vez se le ha desplazado a la derecha de Davids, como compa?ero en el pivote. Si adem¨¢s de no distinguirse por su facilidad en la distribuci¨®n, se encuentra con problemas de orientaci¨®n por su zurdera, Cocu cumple un papel secundario en un equipo que necesita de un director de operaciones.
Por supuesto, Davids se mueve a toda mecha, con una vitalidad que da envidia. El hombre rebosa salud. Pero Davids s¨®lo tiene una velocidad: la m¨¢xima. Eso le convino a Holanda cuando toc¨® a rebato para acabar con los daneses, que se rindieron enseguida. Pero cualquiera que sea el efecto sobre la moral del equipo, el desequilibrio se mantiene. La elaboraci¨®n es complicad¨ªsima, hasta el punto de que en la primera parte llovieron los pelotazos sobre Kluivert ante la imposibilidad de superar las l¨ªneas danesas. Como recurso es tan v¨¢lido como cualquier otro, m¨¢s a¨²n si se trata de Kluivert, de cuya autoridad para jugar de espaldas a la porter¨ªa no hay duda. Pero cuando su b¨²squeda se debe al destemple absoluto del equipo, s¨®lo se puede pensar en problemas.
La ubicaci¨®n de Zenden como extremo derecho tambi¨¦n significa el reconocimiento de una carencia. En el primer partido, Seedorf jug¨® por ese costado, con p¨¦simos resultados. Contra Dinamarca, Overmars sali¨® de titular por la izquierda, con el traspaso de Zenden a la otra banda. Est¨¢ en la tradici¨®n holandesa utilizar los extremos abundantemente, pero Zenden no parece la soluci¨®n. Lo m¨¢s probable es que termine imponi¨¦ndose la l¨®gica y que Ronald de Boer termine por ganarse un puesto en el equipo. Como ocurri¨® ante los checos, Ronald de Boer fue una pieza b¨¢sica en el segundo tiempo. El equipo se siente m¨¢s c¨®modo con ¨¦l. Y m¨¢s c¨®modo que nadie se encuentra Bergkamp. Al menos tiene a uno m¨¢s que le entienda.
Toda la primera parte fue un est¨¦ril esfuerzo de Holanda por buscarle las vueltas al encuentro. No lo consigui¨®. A veces se vio una cierta superioridad de Dinamarca, que coloc¨® dos l¨ªneas de cuatro y esper¨® acontecimientos. Recuperaba el bal¨®n con frecuencia y buscaba el contragolpe. Imposible con los jugadores actuales. S¨®lo Tomasson y Gronjkaer tienen un pase. Al resto no les alcanza para mantener el pabell¨®n de un equipo que ha entrado en barrena. El desencanto en Rotterdam era evidente tras la primera parte. Se dudaba de la capacidad de reacci¨®n de Holanda, demasiado ofuscada. Sin embargo, el equipo entr¨® al galope en el segundo tiempo y se llev¨® a su rival por delante. Lo hizo con un juego cuestionable. A su favor qued¨® el liderazgo de Davids en un momento delicado y la clase de Bergkamp, que no acaba de pasar del grado de jugador de grandes detalles. Pero por encima de todos estuvo Kluivert, el ¨²nico que ofreci¨® soluciones en el primer tiempo. En el segundo s¨®lo tuvo que aprovechar el viento de cola para desarmar a la defensa danesa, que se derriti¨® con el primer empuj¨®n de los holandeses.
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