"Se nos pide que compitamos con Madrid con las manos atadas a la espalda"
Despu¨¦s de un a?o con el bast¨®n de mando, Joan Clos est¨¢ menos r¨ªgido, m¨¢s desenvuelto. Tal vez por eso se muestra m¨¢s contundente en su an¨¢lisis del futuro de Barcelona. La ciudad se la juega si no tiene una autoridad metropolitana que agrupe a los 35 municipios, con tres millones de habitantes, que forman su ¨¢rea real. Y la ciudad tambi¨¦n se juega su porvenir si no dispone de las infraestructuras necesarias, como el AVE y un aeropuerto m¨¢s competitivo.Pregunta. Ha pasado un a?o desde su elecci¨®n como alcalde, ?c¨®mo lo valora?Respuesta. Desde el punto de vista local, ha ido muy bien porque hemos elaborado el plan municipal, todo lo que depende de nosotros lo tenemos muy ordenado. La otra cara de la moneda gira con mayor lentitud, me refiero a las relaciones con la Generalitat y el Estado. Con la Generalitat hemos avanzado en dos aspectos fundamentales: la Fira y la l¨ªnea 9 del metro. En el Estado, el Gobierno es m¨¢s reciente. Estamos ahora pendientes de la Carta Municipal y el AVE. Antes de las vacaciones del verano estos asuntos deben estar cerrados.
P. La parte de la Carta Municipal con la Generalitat tampoco acaba de funcionar. Los consorcios no se crean.
R. La subcomisi¨®n de urbanismo funciona bien. Eso es muy importante en este momento de gran dinamismo inmobiliario. Los otros consorcios todav¨ªa no porque afectan a departamentos que han cambiado de titular y hay una especie de retraso en asumir los compromisos que se acordaron en la Carta. No me preocupa demasiado. Me preocupar¨ªa si no se hubiera llegado al acuerdo de la l¨ªnea 9 del metro, porque se habr¨ªa perdido la posibilidad de pedir los fondos de cohesi¨®n, y me preocupa el retraso del Gobierno porque el 2004 tiene un calendario fijado y andamos apurados de tiempo en lo referente al AVE.
P. ?Cu¨¢l es la fecha l¨ªmite para empezar las obras?
R. Se tendr¨ªa que estar trabajando desde hace dos o tres meses. Espero que haya noticias en pocos d¨ªas.
P. Usted est¨¢ satisfecho del urbanismo, pero las asociaciones de vecinos se han movilizado contra varios proyectos: Bar?a 2000, la manzana Myrurgia, Can Batll¨®. ?Esto no refleja falta de sinton¨ªa entre un gobierno de izquierdas y el movimiento vecinal?
R. Yo creo que el urbanismo mantiene pautas de rigor y calidad muy elevadas que sorprenden a los urbanistas que visitan Barcelona y satisfacen a la mayor¨ªa de sus ciudadanos.
P. En este primer a?o se han tomado decisiones claras, como la compra del Tibidabo y la reconversi¨®n de Poblenou. Pero en algunos conflictos no se aprecia la misma energ¨ªa, por ejemplo, la Guardia Urbana.
R. En este conflicto, no puedo ceder. Mi responsabilidad es clar¨ªsima. Tengo que actuar en bien de la colectividad y no por peticiones injustificadas, como la jubilaci¨®n a los 57.
P. Mientras, el tr¨¢fico se resiente y la indisciplina aumenta.
R. El tr¨¢fico no se resiente de eso. La indisciplina se debe corregir, y pronto, para no perder el hecho diferencial tan bonito de Barcelona, que siempre ha tenido un tr¨¢fico muy c¨ªvico.
P. Ten¨ªa.
R. Tiene, tiene. En materia de tr¨¢fico hay dos aspectos, uno cercano y otro lejano. El primero es la eclosi¨®n econ¨®mica. Estamos en un momento tan positivo de la econom¨ªa que se genera mucha m¨¢s movilidad. Segundo: no tenemos todav¨ªa los instrumentos adecuados de autoridad. Y eso se debe corregir.
P. Y el Gobierno central ?opina lo mismo?.
R. No. El Gobierno central es muy celoso de su propia autoridad y no est¨¢ dispuesto a cederla f¨¢cilmente.
P. Hay un debate sobre los l¨ªmites de Barcelona. ?Cu¨¢l es su opini¨®n?
R. Las leyes frecuentemente van por detr¨¢s de la realidad y lo que pasa con los l¨ªmites de Barcelona es un claro ejemplo de ello. Es imprescindible volver a tener una autoridad metropolitana. No se nos puede pedir que compitamos con Madrid con las manos atadas a la espalda. Madrid tiene 600 kil¨®metros cuadrados y tres millones de habitantes. Nosotros tenemos 100 kil¨®metros de municipio estricto. No es as¨ª. El conjunto urbano de Barcelona, de 35 municipios, tiene 600 kil¨®metros cuadrados, con los mismos habitantes que Madrid y m¨¢s fuerza econ¨®mica. Lo llevo diciendo m¨¢s de tres a?os. En 1956 en Madrid se hizo una anexi¨®n de municipios y en Barcelona la Corporaci¨®n Metropolitana. Franco marc¨® la diferencia. A?os despu¨¦s se disolvi¨® la corporaci¨®n. Y ahora me dicen que Barcelona pierde... ?con relaci¨®n a qu¨¦?
P. La versi¨®n m¨¢s extendida dice que las empresas trasladan sus centros de decisi¨®n Madrid.
R. Es cierto en empresas que dependen de la capacidad reguladora del Gobierno central; para el resto, Barcelona es una ciudad mucho m¨¢s atractiva. Tenemos ejemplos cotidianos. Captamos a las divisiones de las multinacionales que se desconcentran. A ¨¦stas no les preocupa tanto lo que dice el Gobierno espa?ol. Les preocupa lo que decida Bill Clinton y quiz¨¢ Bruselas. Y se instalan en Barcelona: Agilent Tecnolgics, Avis, Renault. Lo que nos afecta es no tener el tama?o ni los mecanismos de coordinaci¨®n para luchar de t¨² a t¨². No tener un gobierno metropolitano y tener siete administraciones distintas. Ahora lo que hay que hacer es una entidad local supramunicipal, crear el gobierno de la Barcelona real, que tiene 35 municipios. As¨ª podremos plantar cara.
P. ?Propone una anexi¨®n?
R. No, estoy en contra. Hay que hacer un gobierno local supramunicipal. ?sa es la apuesta pol¨ªtica de Barcelona y de todos los municipios del ¨¢rea metropolitana. Queremos hacer una Barcelona real, basada en una red de ciudades que mantengan su personalidad. Con una gran corona entre Matar¨®, Granollers, Sabadell, Terrassa, Martorell, Vilafranca y Vilanova.
P. ?C¨®mo son las relaciones con la oposici¨®n?
R. En general, buenas. El problema del gobierno municipal no es la oposici¨®n, es convencer al Gobierno de que invierta en infraestructuras y de que reconozca la realidad de Barcelona.
P. Eso hace que el debate municipal sea muy plano.
R. Eso se debe a algo m¨¢s profundo. Detecto que estamos en un momento confuso. Tenemos un Gobierno, el de Pujol, en la Generalitat, que hemos elegido, y un Gobierno central, del PP, con mayor¨ªa absoluta. Ese conjunto no refleja la mayor¨ªa catalana y provoca una sensaci¨®n de bloqueo y de desencanto.
P. ?Se refiere usted a la izquierda?
R. S¨ª, claro. Hay una sensaci¨®n extra?a que afecta a la izquierda y que se une a otro elemento muy importante: vivimos una crisis de cr¨ªtica cultural muy seria. No hay cr¨ªtica cultural.
P. ?Por qu¨¦?
R. Creo que son muchos a?os de acomodaci¨®n y de frustraci¨®n a la vez. La cultura catalana no est¨¢ ahora en su mejor momento. Y a eso ha contribuido un Gobierno de CiU que ha durado 20 a?os y que ha sido acr¨ªtico. M¨¢s a¨²n: anticr¨ªtico. Ciertos sectores de la izquierda vive una enfermedad adolescente: votan a CiU para que gobierne la Generalitat y cuentan con que el Ayuntamiento est¨¦ controlado por las izquierdas. Y as¨ª satisfacen a su gusanillo cr¨ªtico. ?Cu¨¢nto tiempo durar¨¢ esto?
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