Zahovic, el iracundo
La estrella eslovena admite que su "mala leche" le conviene para meter goles
Miran Pavlin conduce el juego. Amir Karic es el carrilero zurdo que mete los centros m¨¢s envenenados. Saso Udovic controla con el pecho, espera y descarga. Zlatko Zahovic hace los goles, es la celebridad, el mascar¨®n de proa en la modesta selecci¨®n de Eslovenia. Un equipo formado en 1993, cuando la federaci¨®n eslovena se inscribi¨® en la FIFA, tras la secesi¨®n de Yugoslavia, y que tiene puestas en estos cuatro futbolistas sus mejores esperanzas. Son los m¨¢s correctos de su equipo con el bal¨®n en los pies, y los que le pueden generar mayor n¨²mero de problemas a la selecci¨®n espa?ola. Todos tienen algo en com¨²n: en el folleto que reparte la federaci¨®n eslovena, los cuatro se?alan a Maradona como su jugador favorito.Los caminos de Eslovenia conducen a Zahovic. Un tipo fuerte, de 29 a?os, 1,80 de altura, culo bajo y piernas gruesas. No es r¨¢pido pero es muy potente. Prefiere arrancar desde atr¨¢s y tiene buen manejo de bal¨®n. Sabe tirar paredes a un toque. Sabe acelerar las jugadas con un golpe seco de tobillo y es un buen int¨¦rprete del juego ofensivo. De cerca, la estrella eslovena destaca por su perfil griego: el tabique nasal parece la prolongaci¨®n sustancial de su frente. A primera vista mueve los ojos con nervio, como esperando algo terrible. Es pol¨ªglota. Usa el espa?ol, el eslavo, el italiano, el portugu¨¦s y el griego, y rara vez se detiene a pensar antes de abrir la boca frente a un micr¨®fono. "Mhh... Espa?a es un gran equipo, tiene grandes jugadores, espero hacer un buen partido, y espero ganar". Esa es toda la opini¨®n que le merece el acontecimiento de hoy.
"Es nuestro Ra¨²l", lo define el seleccionador, Srecko Katanec. Y lo cierto es que Zahovic tiene algo en com¨²n con el delantero madridista. Un rasgo en su car¨¢cter intempestivo y espantadizo. ?Mala leche? La expresi¨®n parece encender algo en su interior, y se revuelve con un punto de displicencia. "S¨ª, tengo mal genio, tengo mala leche, y eso evidentemente es algo que necesito como delantero", dice con una media sonrisa. Luego se?ala una carencia: es zurdo cerrado. "Uso bastante poco la derecha, y no creo que demasiado bien".
La irritabilidad de Zahovic es notoria. Tanto como su acierto: ha metido nueve del total de 15 goles que ha hecho Eslovenia durante la fase de clasificaci¨®n. Sin ¨¦l, su pa¨ªs no estar¨ªa representado en la Eurocopa y su entrenador lo sabe. Katanec, que sostiene que lo m¨¢s importante es que Eslovenia "debe jugar como un equipo", ha montado un conjunto en torno a Zahovic. "?l no ser¨ªa nada sin el grupo, sin el trabajo t¨¢ctico, sin el equipo...", repite Katanec con tono monocorde. Pero el equipo ser¨ªa mucho menos equipo sin Zahovic.
Poco m¨¢s se sabe de Zahovic adem¨¢s de que es un fan¨¢tico confeso de Robert De Niro y de la trilog¨ªa de El Padrino, de Coppola. Su leyenda de chico terrible se agit¨® el d¨ªa en que abandon¨® a su actual equipo, el Olympiakos, durante dos meses tras un enfrentamiento con el entrenador en pleno partido. Un dato que alienta su excentricidad es su total falta de inter¨¦s en el esqu¨ª, el deporte nacional esloveno. Un caso raro, m¨¢s a¨²n cuando Zahovic naci¨® y se cri¨® en Maribor, una estaci¨®n invernal al pie de los Alpes que acogi¨® unos mundiales.
Zahovic termina su entrenamiento, a las afueras de Utrecht, y los seguidores eslovenos lo rodean en busca de aut¨®grafos. "Aqu¨ª el ambiente es familiar", dice un hincha en el bar adjunto al campo de pr¨¢cticas. En una mesa, mirando el partido Francia-Rep¨²blica Checa, bebiendo cerveza y con ropa de faena, se sienta el presidente de la Asociaci¨®n Eslovena de F¨²tbol, Rudi Zavrl. Junto a ¨¦l pasa Pavlin, que pinta canas en su cabellera. Pero los reclamos de los aficionados recaen sobre Zahovic. Un ¨ªdolo para los m¨¢s de 7.000 eslovenos que han comprado una entrada a su federaci¨®n para acudir al partido de hoy. El n¨²mero es considerable en un pa¨ªs que apenas supera los dos millones de habitantes, y considerando que la federaci¨®n espa?ola s¨®lo vendi¨® 2.500 entradas para el Espa?a-Noruega que abri¨® la participaci¨®n espa?ola en la Eurocopa. Esta tarde en el Amsterdam Arena Espa?a puede volver a quedar en evidencia como la selecci¨®n menos apoyada por sus seguidores en toda Europa. Una ventaja de la que se aprovechar¨¢ el rival, envalentonado desde la grada al canto de "?Zahovic, Zahovic, Zahovic!".
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