El riesgo de la droga y la prostituci¨®n
En el mundo de la prostituci¨®n, el sida no ha causado el temor suficiente como para modificar los h¨¢bitos tanto de las trabajadoras del sexo como de sus clientes, poco conscientes todav¨ªa de la necesidad de protegerse. As¨ª se desprende de un estudio que analiza el sector m¨¢s marginal y s¨®rdido de la prostituci¨®n, el de las trabajadoras del sexo consumidoras de drogas por v¨ªa intravenosa. Por su doble condici¨®n de prostitutas y de heroin¨®manas, estas mujeres se hallan en una situaci¨®n de riesgo constante de contraer enfermedades contagiosas, as¨ª como de transmitirlas.El estudio, realizado por la organizaci¨®n no gubernamental ?mbit Prevenci¨® por encargo de ?rgano T¨¦cnico de Drogodependencias (OTN), del Departamento de Sanidad, se hizo para conocer las caracter¨ªsticas y conductas de las prostitutas consumidoras de drogas por v¨ªa endovenosa y elaborar programas adecuados de prevenci¨®n y atenci¨®n sociosanitaria, no s¨®lo para garantizar la salud y seguridad de este colectivo, sino tambi¨¦n las de la poblaci¨®n general. "Al ser la prostituci¨®n una posible v¨ªa de infecci¨®n hacia la poblaci¨®n general, hay que tratarla tambi¨¦n como una cuesti¨®n de salud p¨²blica", afirma Xavier Major, miembro del OTN.
El trabajo, realizado por la antrop¨®loga Marta Sanrom¨¤ y coordinado por Cristina Sanclemente, presidenta de Ambit Prevenci¨®, se basa en un riguroso trabajo de campo que se llev¨® a cabo entre los a?os 1996 y 1998. Durante este tiempo se recogi¨® el testimonio de prostitutas consumidoras de droga reclutadas en la calle, principalmente en el Raval, Les Corts y la Rambla de Catalunya. De las 350 trabajadoras del sexo observadas en una primera fase del estudio, un 25% eran consumidoras de droga por v¨ªa endovenosa (el porcentaje en la actualidad es inferior, seg¨²n matiza Sanclemente). Pese a que el 62,5% de las prostitutas drogadictas entrevistadas admitieron tener anticuerpos del VIH y el 31% hab¨ªan sufrido alguna enfermedad de transmisi¨®n sexual, el uso del preservativo no era una pr¨¢ctica habitual en todas ellas. Un 79% declar¨® utilizarlo siempre y un 12,5% s¨®lo "a menudo". Sanclemente explica en este sentido que suele ser el cliente "quien determina las condiciones de la relaci¨®n sexual y muchas veces exige mantenerla sin protecci¨®n". De las encuestas se desprende que es cierto el t¨®pico de que las prostitutas drogadictas trabajan rebajando precios y aceptando m¨¢s conductas de riesgo, sobre todo si padecen el s¨ªndrome de abstinencia y necesitan dinero.
Otra de las pr¨¢cticas de riesgo es el uso de jeringuillas ya utilizadas. El 21% de las entrevistadas admitieron haber compartido alguna jeringuilla en los seis meses anteriores a la consulta.
Recurso eficaz y peligroso
Para la mayor¨ªa de las trabajadoras del sexo que se pinchan, ha sido la adicci¨®n a las drogas lo que les ha abierto la puerta al mundo de la prostituci¨®n, no al rev¨¦s. El trabajo sexual es una forma eficaz de obtener dinero para adquirir la droga, pero a la vez es un recurso peligroso que conduce al estancamiento en el mundo de la marginalidad y la pobreza. "No deja de ser una situaci¨®n como la del pez que se muerde la cola", se?ala el estudio. A menudo, la droga, que era en principio la finalidad de su trabajo, se va haciendo cada vez m¨¢s imprescindible porque se convierte en un est¨ªmulo para poder ejercer la prostituci¨®n. ?sta es una de las principales causas de los fracasos de los programas terap¨¦uticos de desintoxicaci¨®n entre este colectivo, seg¨²n concluye el estudio.
Las prostitutas que se inyectan son las m¨¢s j¨®venes y se concentran especialmente en el Raval, Les Corts y la Rambla de Catalunya, as¨ª como en la parte baja de La Rambla. Suelen buscar a los clientes en la calle y prestan sus servicios en el coche y s¨®lo ocasionalmente en pensiones o meubl¨¦s.
Pese a las p¨¦simas condiciones en las que suelen vivir las prostitutas drogodependientes (la mayor¨ªa de ellas han estado en la c¨¢rcel m¨¢s de una vez, tienen hijos a su cargo y viven en l¨²gubres pensiones o incluso en la calle), la mitad de las entrevistadas no han perdido la esperanza de cambiar de trabajo y de alejarse de la droga.
El estudio concluye que la problem¨¢tica de estas mujeres debe abordarse teniendo en cuenta su doble condici¨®n de prostitutas y de drogadictas. El trabajo propone la creaci¨®n de un centro especializado que permita la oferta de atenci¨®n sociosanitaria en un espacio fijo complementado con un servicio m¨®vil. Estos centros deber¨ªan ofrecer informaci¨®n y atenci¨®n sanitaria b¨¢sica y material preventivo, y constituir un espacio de relaci¨®n y de apoyo psicol¨®gico, entre otras prestaciones. Tambi¨¦n se propone la instalaci¨®n en Les Corts de una m¨¢quina dispensadora de jeringuillas, complementada con una unidad m¨®vil de apoyo a las prostitutas.
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