Fernando Ramallo reivindica el trabajo de actor como diversi¨®n

Cuatro largometrajes y ocho cortos es el bagaje profesional de Fernando Ramallo (Madrid, 1980), el joven actor al que Cinema Jove le ha augurado un futuro de cine en su edici¨®n de este a?o. Con aspecto de adolescente despistado, Ramallo afirm¨® ayer en Valencia que se divierte haciendo cine, una profesi¨®n a la que accedi¨® casi por casualidad, cuando fue elegido en el instituto donde estudiaba para protagonizar al Trist¨¢n de La buena vida.

Debe de ser complicado para un chico de 20 a?os asumir la responsabilidad de ser uno de los actores con m¨¢s proyecci¨®n del cine espa?ol. Y m¨¢s si la fama te llega de repente, sin ni siquiera haber pensado jam¨¢s en buscarla: "A m¨ª no me gustaba el cine, como mucho iba a ver alguna pel¨ªcula de acci¨®n con los amigos y poco m¨¢s". Pero Fernando Ramallo no lo lleva nada mal. Tiene bastante claro que no trabaja en esto "por dinero". "Vivo con mis padres y eso me da una cierta libertad a la hora de elegir papeles". De ah¨ª que, a la hora de seleccionar sus trabajos, haya procurado no meterse en algo que le "pudiera salir mal". "De todas formas, creo que he tenido mucha suerte con lo que me han propuesto". Desde su deb¨² como el adolescente obligado a madurar r¨¢pidamente de La buena vida, de David Trueba, Ramallo, hubo de asumir que aquella experiencia en el mundo del cine era algo m¨¢s que una mera diversi¨®n. "En el tercer d¨ªa del rodaje, en una escena en la que ten¨ªa que llorar dentro de una ba?era, supe que pod¨ªa dedicarme a esto". A partir de ah¨ª comenz¨® su proceso de formaci¨®n: "Primero me tuve que ver casi 100 pel¨ªculas para saber lo que era el cine y, cuando hice Carreteras secundarias, empec¨¦ a estudiar arte dram¨¢tico. Emilio Mart¨ªnez L¨¢zaro ten¨ªa muy clara la pel¨ªcula que quer¨ªa hacer desde el primer momento y yo, al lado de gente con muchas tablas, como Resines o Maribel Verd¨², aprend¨ª much¨ªsimo". Despu¨¦s vinieron El coraz¨®n del guerrero, de Daniel Monz¨®n, y Kr¨¢mpack, de Cesc Gay, que le han labrado un prestigio como actor especializado en interpretar chavales con un grado de madurez superior al de su edad. "Creo que eso pasar¨¢ con los a?os. Dicen que la cara te cambia a los 22 a?os y yo tengo 20. De todas formas, no me gustar¨ªa que me encasillaran en ese tipo de papeles toda mi vida y, desde luego, no me har¨ªa mucha gracia ser el Michael J. Fox espa?ol".