Holanda resuelve un choque de altura
Francia, que se enfrentar¨¢ a Espa?a en cuartos, demostr¨® su potencial incluso con un equipo plagado de reservas
Un partido de momentos brillantes y gran intensidad dej¨® ayer un recado para Espa?a: en Francia, el perdedor de la noche, hasta los reservas son todo un hueso. Basta comprobar que con su equipo B, con s¨®lo un titular (Desailly), ofreci¨® una respuesta magn¨ªfica a Holanda, que envid¨® con todo lo que pudo, que no es poco. Los reservas de Roger Lemerre, cuyo equipo s¨®lo se jugaba el primer puesto, al igual que Holanda, no restaron un gramo de fescura al duelo. Quiz¨¢ porque ambos sab¨ªan que Espa?a, pese a todo, siempre es un incordio. Adem¨¢s de evitar a los espa?oles, Holanda, que se mostraba ante su p¨²blico, quer¨ªa evitar desplazarse a tierras belgas para los cuartos, para lo que precisaba la victoria. Un triunfo que se le atragant¨® en exceso por el tama?o del rival y por su contraproducente tendencia a manejar s¨®lo una orilla del campo. Frank Rijkaard inunda el equipo de zurdos y hasta cinco titulares s¨®lo manejan la pierna izquierda, sin contar a Overmars, que tiene salida por los dos perfiles. Para un equipo que tiene como primera premisa conquistar las bandas para ensanchar el campo, la inclinaci¨®n de Rijkaard no parece la adecuada. Y mucho menos para una selecci¨®n que ha heredado de sus ilustres antepasados que los encuentros se dirimen a trav¨¦s de la pelota. De su posesi¨®n y mimo. En este cap¨ªtulo Davids y Cocu, los dos medios centros holandeses, no son los m¨¢s adecuados. Nadie les discute su predisposici¨®n al oficio, pero en la filosof¨ªa holandesa sobra uno.En los dos partidos anteriores, al anfitri¨®n holand¨¦s se le hab¨ªa abierto la misma herida. Frente a Francia no fue una excepci¨®n, aunque el equipo local se sostuvo mejor que en ocasiones anteriores mientras Bergkamp y Kluivert se dieron cuerda el uno al otro. Los franceses adelantaron demasiado la defensa y, a falta de una mente privilegiada en la media naranja, Bergkamp se retras¨® unos metros para descargar sobre el ariete. Y en ocasiones hacia los extremos, donde Zenden, por la izquierda, siempre est¨¢ m¨¢s auxiliado que Overmars, que se busca la vida como puede.V¨ªctima de su propio enredo, Holanda, muy dubitativa, no se asom¨® al juego hasta que Francia le cobr¨® ventaja en su primera llegada, un c¨®rner lanzado por Micoud, en el que los holandeses hicieron pasillo a Dugarry, uno de los bombazos de la noche por su sobresaliente partido.
Pronto respondi¨® Kluivert, que gan¨® por piernas a la adelantada zaga de los campeones del mundo. Holanda se sinti¨® aliviada y trenz¨® sus mejores momentos de la noche, culminados con una preciosa jugada entre Davids y Zenden que cerr¨® Bergkamp con un cabezazo al larguero. Francia resisti¨® lo suficiente como para que Micoud y Pires se quitaran el polvo. Dos futbolistas de clase, sobrios para armar un f¨²tbol sedoso y de trazo corto con el que desnudaron a Davids y Cocu. A partir de Micoud y Pires, los franceses equilibraron la batalla y el partido multiplic¨® su enorme inter¨¦s. Por muchos suplentes que tuvieran los franceses, aquello iba en serio. Como se advirti¨® con el extra?o gol de Trezeguet, que desvi¨® un trallazo de Wiltord tras un c¨®rner de nuevo mal defendido por los holandeses.
Contra un aspirante al t¨ªtulo tan rebajado por las ausencias, Holanda sinti¨® pavor. Atormentada por no ganar la posesi¨®n, el equipo de Rijkaard estuvo inc¨®modo, muy inc¨®modo. En ataque y en defensa, donde Stam no estuvo a la altura. Un error suyo al achicar dej¨® solo a Dugarry frente a Westerveld, que le sac¨® un remate muy claro con la pierna. Francia masticaba el encuentro, con arrestos de campe¨®n, que tiene de sobra, con titulares y sin ellos. Pero se top¨® con uno de los goles del campeonato. Mientras sus chicos hablaban con Lama sobre c¨®mo colocar una barrera en una lejan¨ªsima falta, Frank de Boer lanz¨® un misil impresionante, preludio del gol de Zenden tras un estropicio de Leboeuf. El vuelco del resultado no rest¨® un ¨¢pice de intensidad al duelo, que se mantuvo en plenitud hasta el final. Con el juego un tanto racheado, pero con detalles fabulosos. Como corresponde a dos equipos de pedigr¨ª que jam¨¢s defraudan por su apuesta. Holanda porque lo lleva en las venas y Francia porque est¨¢ en plenitud. Juegue quien juegue, es todo un hueso.
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