Los Estados Unidos de Europa: la discusi¨®n Par¨ªs-Berl¨ªn
Europa se encuentra hoy en un momento hist¨®rico parecido al que viv¨ªa Estados Unidos tras su independencia en 1776, cuando federalistas y republicanos manten¨ªan un debate constitucional sobre el futuro de la Confederaci¨®n. ?sta es la pol¨¦mica analog¨ªa hist¨®rica que ha empleado el ministro de Exteriores de Alemania, Joschka Fischer, en una larga conversaci¨®n sobre el futuro de Europa con el ministro de Interior franc¨¦s, Jean-Pierre Chev¨¨nement.En respuesta a una propuesta de debate p¨²blico lanzada por la Asociaci¨®n de la Prensa Extranjera en Berl¨ªn, ambos pol¨ªticos se reunieron el pasado 14 de junio en la Embajada alemana en Par¨ªs. El resultado final ha sido una larga conversaci¨®n que publicaban ayer simult¨¢neamente el diario franc¨¦s Le Monde y el semanario alem¨¢n Die Zeit.
Fischer, de 52 a?os, es miembro del partido verde y Chev¨¨nement, de 61, es presidente del Movimiento de los Ciudadanos, una organizaci¨®n fundada tras haber dejado el Partido Socialista por su desacuerdo con el Tratado de Maastricht y la moneda ¨²nica.
Fischer se define a s¨ª mismo como "integrador convencido" y califica a Chev¨¨nement como "partidario de la soberan¨ªa". Chev¨¨nement hab¨ªa desafiado a Fischer de forma provocativa y hab¨ªa llegado a decir que Alemania ten¨ªa nostalgia del Sacro Imperio Romano Germ¨¢nico.
El tema b¨¢sico del pensamiento de Fischer es "la relaci¨®n entre los Estados-naci¨®n y Europa". En su discurso en la Universidad Humboldt, Fischer acept¨® el Estado-naci¨®n, pero ha dejado muchas dudas sobre su grado de compromiso con esta realidad y su apego a la misma.
Hoy, una parte del debate que ha provocado en Europa pasa por tratar de averiguar si Fischer, un hombre que se form¨® en Francfort al calor de las clases del fil¨®sofo J¨¹rgen Habermas, ha abrazado sinceramente el Estado-naci¨®n, en su acepci¨®n francesa, o si su profesi¨®n de fe es s¨®lo una cuesti¨®n t¨¢ctica para no asustar a los interlocutores ni despertar viejos fantasmas.
El texto que Le Monde y Die Zeit publicaban ayer posiblemente incremente todav¨ªa m¨¢s esas dudas, si se piensa cu¨¢l fue el resultado del debate norteamericano que condujo a la Constituci¨®n de 1787. El ministro Fischer ha dicho que Europa necesita "instituciones democr¨¢ticas que funcionen" si quiere una pol¨ªtica social europea, y necesita tambi¨¦n un Parlamento Europeo con diputados que defiendan en sus pa¨ªses lo que se decida en Estrasburgo.
El "punto decisivo" del debate no consiste, seg¨²n el ministro, en crear nuevas instituciones que sean un objetivo en s¨ª mismas, sino en "una democracia europea viva". "Con una confederaci¨®n laxa de Estados no conseguiremos nada en la ¨¦poca de la mundializacion", ha sentenciado Fischer.
"Me intereso actualmente por los inicios de la historia constitucional norteamericana despu¨¦s de 1776", ha dicho el ministro alem¨¢n. "En aquella ¨¦poca no hab¨ªa partidos pol¨ªticos. Del mismo modo que hoy no hay partidos pol¨ªticos europeos, sino s¨®lo diferentes actitudes ante Europa. En aquella ¨¦poca, en Estados Unidos hab¨ªa federalistas y republicanos. Esto se parece mucho. Y de hecho ya estamos de lleno en un debate constitucional", ha se?alado. Seg¨²n Fischer, las relaciones entre los Estados-naci¨®n y Europa constituyen el tema esencial. "?Qu¨¦ corresponder¨¢ a Europa? ?Qu¨¦ corresponder¨¢ a los Estados?". "?ste ser¨¢ nuestro gran compromiso constitucional", se pregunta.
Chev¨¨nement parte de la idea de Estado-naci¨®n constituido por ciudadanos, que surge de la Revoluci¨®n Francesa. La actitud de los franceses respecto a su naci¨®n y la de los alemanes ha sido distinta en funci¨®n de su propia historia y la cristalizaci¨®n tard¨ªa de la naci¨®n alemana.
Para Fischer, los desarrollos democr¨¢ticos de Alemania se basan en la decisi¨®n de Estados Unidos de permanecer en Europa despu¨¦s de la "liberaci¨®n" de 1945 y en la decisi¨®n francesa de imponer el principio de la integraci¨®n como base de la comunidad de Estados europeos. Alemania ha encontrado su Estado nacional en 1989 tras la reunificaci¨®n, pero la iron¨ªa de la historia ha querido que este reencuentro se produzca cuando el Estado nacional europeo no tiene ni el tama?o ni la fuerza para conformar el destino de los pueblos europeos.
Fischer afirma que el principio de la "integraci¨®n" es imprescindible para que la Europa del siglo XXI pueda jugar un papel fuerte en el mundo.
Chev¨¨nement est¨¢ de acuerdo con Fischer en que Alemania ha salido del proceso hist¨®rico que la llev¨® al nazismo, pero insiste en que "en el fondo de s¨ª misma" tiene a¨²n una cierta tendencia a "demonizar" la naci¨®n y a imponer su propia concepci¨®n, que es la de un federalismo de base regional con ciertas analog¨ªas con el sagrado imperio romano germ¨¢nico.
Fischer se niega "firmemente" a aceptar la tesis seg¨²n la cual los alemanes se refugian en la identidad europea. "Tras la guerra exist¨ªa ese deseo de huir de la identidad propia y refugiarse en la identidad europea. Hoy es de otra manera", afirma el ministro de Exteriores alem¨¢n.
Para Chev¨¨nement, la creaci¨®n de instituciones europeas requiere previamente un espacio com¨²n de debate a escala europea. La pol¨ªtica, afirma, debe preceder a las instituciones.
Fischer, en cambio, habla de una "revoluci¨®n" contra el "viejo r¨¦gimen de Bruselas". La pregunta de si se quiere una federaci¨®n o no es acad¨¦mica, seg¨²n Fischer, ya que "si somos honrados, hay que reconocer que, desde hace tiempo, ya existen elementos esenciales de esta federaci¨®n", se?ala. Fischer cita como ejemplo el euro y las fronteras comunes de Schengen, pero afirma que, a la hora de abordar un proyecto social o geopol¨ªtico, como pueda ser el acercar a Rusia al destino de Europa, "el sujeto pol¨ªtico Europa existe hoy tan s¨®lo como un esquema". El ministro alem¨¢n se pregunta c¨®mo puede Europa ser capaz de discutir una asociaci¨®n duradera con Rusia si ni siquiera es capaz de integrar a los pa¨ªses de Europa central. "Las instituciones actuales no lo permiten y por esa raz¨®n hay que responder al desaf¨ªo hist¨®rico a trav¨¦s de una refundaci¨®n de las instituciones europeas", se?ala.
Fischer y Chev¨¨nement difieren en el enfoque de la relaci¨®n de Europa con EEUU. El ministro franc¨¦s advierte que el papel de "liberador" de Estados Unidos no debe convertirse en el de "protector" y se?ala que una "federaci¨®n europea mal pensada" convertir¨ªa a Estados Unidos en el "verdadero federador". Fischer tiene un papel m¨¢s positivo frente al socio transatl¨¢ntico y se?ala que los norteamericanos tienen "necesidad de un socio fuerte", y ese socio "no ser¨¢ Francia, Alemania, Polonia o el Reino Unido, sino todos conjuntamente". "Estoy profundamente convencido de que hay un estrecho v¨ªnculo entre una Europa fuerte, unida y pol¨ªticamente activa, y un socio transatl¨¢ntico, que evidentemente debemos redefinir".
El ministro alem¨¢n enumera varios ejemplos de integraci¨®n europea que suponen un peso ante Estados Unidos, a saber, las fusiones en la industria aeron¨¢utica, la posici¨®n europea en alimentos modificados gen¨¦ticamente y la pena de muerte. S¨®lo uni¨¦ndose, Europa puede defender su modelo social frente a Estados Unidos y frente a la globalizaci¨®n, afirma el ministro Fischer, que dice considerarse como un hombre de izquierdas y ser partidario de redefinir la justicia social.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.